Da la impresión que el gobierno no ha entendido el mensaje de los ciudadanos que desde el 18 de octubre el año pasado están pidiendo mayor justicia social. Peor aún, no ha comprendido ni acogido el sentimiento de abuso que la gente arrastra hace años, donde el reclamo también es por los bajos salarios.
Existe esta desigualdad y hoy La Moneda tenía la oportunidad para proponer una fórmula que permitiera a los chilenos tener salarios muchos más decentes y un mayor esfuerzo de los empleadores. Sin embargo, prefirió optar por un subsidio estatal, que beneficia incluso a grandes empresas.
Hay quienes sostenemos que el ingreso mínimo debe alcanzar los $500 mil, cifra que incluso fue propuesta por algunos empresarios y que permite satisfacer las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias.
El gobierno ha presentado un proyecto con el objetivo de complementar los ingresos de los trabajadores que reciben más bajas remuneraciones, mediante una especie de bono de aproximadamente $50.000, generando así lo que han denominado un nuevo "ingreso mínimo garantizado".
Este aumento, no obstante, no alcanza a cubrir las necesidades esenciales de los chilenos. Lo dijo hace muchos años la Iglesia cuando habló por primera vez del sueldo ético; lo han demandado insistentemente los trabajadores a través de sus organizaciones, y lo confirman todos los estudios que sostienen que el ingreso mínimo se encuentra bajo el umbral de la pobreza.
Otro problema de esta iniciativa es que no apunta a que las empresas aumenten la remuneración para sus los trabajadores, sino que establece un nuevo subsidio de cargo estatal. Es el entonces el Estado y no el privado quien absorbe el costo del mayor salario.
Entonces no se entiende la propuesta del gobierno. En momentos de crisis se requiere tomar medidas estructurales que generen cambios profundos y esto no se logra con un aumento magro y producido exclusivamente mediante una transferencia del Estado, sin esfuerzo de los empleadores.
Entendemos la urgencia del gobierno por mostrar que se está haciendo cargo de las demandas ciudadanas, pero evade el problema de fondo. La gente quiere soluciones reales y no de parche, y las urgencias deben ser las de los ciudadanos y no las de La Moneda.
Rabindranath Quinteros, senador por la Región de Los Lagos