El artículo 5° de la Constitución declara que la soberanía reside esencialmente en la nación y que su ejercicio se realiza por el pueblo a través de plebiscitos y elecciones periódicas, y también por las autoridades que la Constitución establece.
Este precepto es de vital importancia en una democracia representativa como la nuestra, toda vez que recoge el principio clásico de la soberanía nacional; y en cuanto a su ejercicio, el actor principal es la población, es decir, todos y cada uno de nosotros, los habitantes de Chile, quienes como cuerpo-nación somos los constituyentes originarios.
El país enfrenta un escenario incierto del cual puede salir fortalecido o bien ir directamente al precipicio. De nosotros depende, entonces, no ceder espacio alguno a todos quienes creen que con el poder del miedo, del terror y la violencia podrán influir en el resultado del vital acto plebiscitario de abril próximo.
Sin libertad no hay voluntad, con fuerza la voluntad está viciada. Defendamos valientemente la libertad que nos legaron con sangre nuestros antepasados y responsablemente emitamos nuestro voto en consciencia para decidir el Chile que anhelamos y cual será nuestro legado a las generaciones futuras.
Por todo lo que está en juego, debemos vencer la desidia al momento de ser convocados a emitir nuestro sufragio. Es nuestro deber moral y jurídico concurrir voluntariamente a las urnas para manifestar nuestra decisión, sin necesidad de sanciones para quienes no concurran a sufragar.
En este sentido, creo que fue un error haber eliminado la asignatura de Educación Cívica del programa de educación secundaria. Nuestros jóvenes necesitan estímulos para comprender la importancia del compromiso con la Patria y esa asignatura contribuía claramente a ello.
Los invito a reflexionar sobre estas líneas con la esperanza de que el proceso de abril próximo sea transparente, impecable, sin fuerza ni el temor que le resten legitimidad a un acto republicano de vital importancia, en el cual cada miembro de la comunidad nacional se convertirá en juez de nuestros destinos.
José Manuel Baquedano González Presidente del Colegio de Abogados de la provincia de Osorno