Comercio en barrios sale adelante en medio de las movilizaciones
ECONOMÍA LOCAL. Los almacenes, farmacias, fruterías y paqueterías vivieron un alza en sus ventas cuando Osorno estuvo bajo estado de emergencia y toque de queda por el cierre anticipado del retail. Luego de un año difícil para el rubro, los pequeños emprendedores son un ejemplo de perseverancia y de compromiso con las familias de sus sectores.
Un recorrido de reporteros de este medio por los sectores de Rahue Alto y Bajo, Francke, Ovejería, sector oriente y Kolbe dio cuenta de los efectos que la crisis vivida a nivel nacional y local desde hace más de un mes, y dejó en evidencia el compromiso de los pequeños comerciantes con sus barrios.
Muchos coincidieron en que los días en los que la ciudad estuvo en estado de emergencia y toque de queda provocaron un aumento importante en sus ventas, principalmente por el cierre anticipado de los locales del centro de la ciudad, grandes supermercados y tiendas del retail. A medida que las cadenas retomaron a su horario normal, hubo una disminución en el flujo de sus negocios, pero eso no los desalentó pues el esfuerzo es parte de su historia.
Miriam Millán es un claro ejemplo de más de 14 años de compromiso con los vecinos de la población Carlos Condell en Rahue Alto.
En su pequeño negocio, ubicado a un costado de su casa, tiene desde abarrotes, bebidas y repostería, hasta frutas y verduras. "Lo que ha pasado estas semanas es que, sobre todo en las tardes, llegan más clientes y eso ha sido una salvación porque llevaba más de dos años bien malos", sostuvo.
Sobre el abastecimiento, aseguró que nunca se ha quedado sin stock en el último mes. "Pero sí sucedió que los pedidos llegaban un día tarde en el tiempo que hubo toque de queda, porque andaban menos camiones", precisó la comerciante.
También en Rahue Alto se ubica la Farmacia República, en calle Real esquina Recife. La vendedora María Soledad Vera mencionó que, durante las primeras semanas, efectivamente aumentaron las ventas y en las últimas dos volvieron al flujo normal.
"Yo creo que puede tener relación con que no hay mucho dinero a estas alturas del mes; de todas maneras hemos mantenido nuestro horario habitual entre las 10 y las 21 horas porque hartas personas pasan a la farmacia después del trabajo", informó.
Ausencia escolares
Hay negocios de barrio cuyas ventas se ven favorecidas en tiempo de clases gracias a la venta de confitería, artículos de librería, sándwiches y paquetería; y aunque saben que en periodo de vacaciones de verano desaparecen sus fieles clientes escolares, en este tiempo se han visto sorprendidos por algunas tomas, suspensiones de clases e incluso rumores de culminación anticipada del año escolar.
Es el caso de Norma Conapil, cuyo mercado particular y amasandería se ubica al lado del colegio Emprender en Mirasur; y de Orlando Bocaz que tiene un minimercado en la población Kolbe, al lado del colegio Santa Cecilia.
Para ella, el último mes ha sido distinto porque se ha visto en la necesidad de cerrar más temprano en días de manifestaciones, cuando hay mucho movimiento de gente en la tarde. "Abrimos a las 7.30 y cerramos como a las 23, pero en estas semanas hay días en que se ve desorden, mucha gente en la calle y preferimos cerrar mucho antes", comentó.
La comerciante dijo que "la toma del colegio Emprender también afecta porque los estudiantes son clientes habituales en el horario de entrada y salida".
La percepción de Orlando Bocaz, de la Kolbe Alto, es similar, pero agrega que "no todo es tan malo porque cuando no hay clases, alguien se queda con los niños en la casa y vienen a comprar igual, así que una cosa por otra".
Su minimercado tiene todo lo que se puede necesitar en el hogar: pan, empanadas, repostería, licor, bebidas, café, té, helados de máquina, abarrotes, frutas, verduras, fiambres, artículos de aseo, de librería, incluso juguetes y regalos.
"He mantenido el horario normal hasta las 22 horas y en este mes hubo un aumento en las ventas, pero ha sido de alrededor de un 20%", dijo.
Frutas y verduras
Durante el último mes, las verduras y especialmente las frutas han aumentado el precio a más del doble en algunos casos -como los plátanos- y eso ha golpeado a los pequeños comerciantes.
José Luis Catrilef es el dueño de la frutería "Orlanda" en calle Los Abedules, en Francke, quien recalcó que "a diferencia de los grandes supermercados que acuerdan precios fijos al año, a nosotros sí nos suben, incluso más del doble".
Como además vende abarrotes, licores, bebidas, confites, lácteos, entre otros, sus ventas no se han visto tan perjudicadas y aseguró que "el cierre más temprano de los supermercados hizo que llegaran más clientes, alrededor de un 30% más, porque en el sector viven muchas familias trabajadoras".
Eliseo Pérez recorre gran parte de la ciudad en su triciclo repleto de una amplia variedad de frutas y verduras. A medida que pedalea, grita sus ofertas y tiene el plus de atender a sus "caseras" a domicilio.
A pesar de eso, aseguró que "ha estado muy malo y yo, todos los días, recorro distintos sectores de Osorno y en todas partes es igual. Lo mismo le ha pasado a mis compañeros que van a vender a otras ciudades hasta Puerto Varas, porque han subido tanto los precios que la gente no está comprando", indicó.
A pesar de la mala racha, Pérez pedalea sin parar todos los días entre las 9 y las 14 horas.
"Uno se acostumbra y a veces es frustrante porque apenas alcanza para parar la olla, pero uno ubica a las caseras, entonces aunque llueva o truene, doy la vuelta igual porque pueden necesitar algo", aseguró el adulto mayor.
Clientes
Miriam Millán hace una extensa jornada, entre las 8.30 y las 22 horas. "Lo que pasa es que estoy casi al lado del Cesfam de Rahue Alto y pacientes de todas las edades pasan, especialmente en las mañanas. También a media tarde suelen venir hartos niños, y casi terminando el día quienes salen tarde de sus trabajos", explicó.
Jaime Gutiérrez, vecino de Ovejería Alto, aseguró que prefiere comprar en el barrio.
"Es que acá no tenemos supermercados grandes y como adulto mayor no me gusta mucho ir al centro y menos en estos días porque hay marchas y poca locomoción, así que compro casi todo aquí en el sector y no me ha faltado nada", subrayó.
Margarita Lefián vive en la población Bernardo O'Higgins y comentó que, gracias al cierre del supermercado del sector durante el toque de queda, conoció el pan más rico que ha probado en un minimercado que, además, ofrece de todo.
"En mi caso no he vuelto al supermercado porque descubrí un pan delicioso a media cuadra de mi casa. En estos tiempos es importante potenciar a los pequeños comerciantes", concluyó.
"El cierre de los supermercados, provocó un aumento en las ventas de alrededor de un 30%".
José Luis Catrilef, Frutería Orlanda
Aumento ventas Se dio en muchos casos durante el periodo de estado de emergencia y toque de queda que obligó a cerrar temprano a los grandes supermercados.
Horario normal han mantenido los comerciantes de las poblaciones, en algunos casos hasta las 23 horas, pensando en las necesidades de los vecinos trabajadores.
Esfuerzo es factor común entre los pequeños comerciantes que, a pesar de los periodos difíciles, se preocupan de entregar el mejor servicio con amplio stock a sus vecinos.