La sociedad chilena, sin la conducción de los partidos políticos, es la protagonista de la protesta que nació en Santiago, pero se extendió rápidamente por todo el país. El descontento es generalizado y tiene su base en la desigualdad.
Osorno, Puerto Montt, Chiloé, se han levantado en forma masiva y mayoritariamente pacífica. Y en las calles es evidente la presión por cambios de fondo. No podemos soslayar la necesidad de diálogo para construir las preguntas y buscar las respuestas que nos pide la sociedad en su conjunto.
La crisis de confianza que afecta hoy a buena parte de las instituciones y en especial a aquellas vinculadas la labor política, sólo puede enfrentarse con más democracia y más participación. Hoy, el país experimenta un proceso de cambios cuya magnitud y efectos todavía no podemos aquilatar en su totalidad. No hay, por tanto, recetas sencillas para resolver un problema complejo y que se ha ido arraigando profundamente en la sociedad chilena. La encuesta DESOC demuestra que las personas asignan más confianza a aquellas instituciones menos relacionadas con la política, y eso da cuenta que para mejorar no se trata sólo de cambiar a las personas, sino de modificar los modos de entender y hacer política en sus distintos niveles.
Lo que no podemos pretender es extirpar la política del quehacer de nuestra sociedad, porque hoy los temas que afectan y movilizan a los chilenos son profundamente políticos. Desde la necesidad de una nueva constitución hasta la decisión de condonar el CAE y aumentar el salario mínimo, son decisiones políticas ante problemas concretos de la población. El Estado puede hacer más que un alza del 20% de las pensiones básicas y, además, tiene que responder ahora -y no mañana- a quienes se jubilarán en el futuro y que anhelan a algo más que una pensión básica. Asimismo, el Gobierno debe fortalecer la salud pública, controlar los precios de los medicamentos y congelar las tarifas de los servicios básicos.
No habrá solución para todos los problemas en forma inmediata, pero tampoco podemos permitir que éstos sigan acumulándose. Y junto con ello es imprescindible retomar la discusión por una nueva Constitución para Chile.
Si vamos a construir un país para todos, tenemos que crear las condiciones para todos, no sólo para un grupo pequeño que se ha apropiado de los ingresos de la mayoría. Es la tarea que tenemos por delante.
Rabindranath Quinteros Lara, senador por la Región de Los Lagos