Menor actividad comercial golpea al tradicional Barrio Lynch
DESÓRDENES. Pese a que no han sufrido destrozos ni saqueos como ha ocurrido en el centro de Osorno, sus ventas han bajado tanto en las últimas dos semanas que algunos han optado por no abrir hasta que el público recupere confianza. Se trata de pequeños comerciantes que generan empleo, pagan arriendos y se están viendo afectados por una nueva crisis cuando algunos ni siquiera han superado las pérdidas causadas por el extenso corte de agua potable en julio.
"Yo vengo desde hace muchos años a Lynch, a la peluquería todos los meses y a comprar, porque uno los conoce y eso da confianza. Y es que ellos también conocen a los clientes, conversamos y con el tiempo hay relaciones de afecto. Pero en estas semanas, si salgo, prefiero hacerlo en la mañana porque uno no sabe si habrá cortes en las calles o locomoción en las tardes y a esta edad, es mejor no arriesgarse".
Así describió Daniel Vásquez, cliente habitual del barrio Lynch, parte de su rutina en el sector, la que se ha visto modificada durante las últimas semanas porque, al igual que muchos osorninos, ha optado por no salir de compras en las tardes pues teme encontrarse con enfrentamientos como los vistos en las últimas semanas en el centro de Osorno.
"En la mañana vengo al supermercado a comprar lo básico porque estaban cerrando más temprano, pero en estos días no he salido por el barrio, ni siquiera a la frutería de siempre porque busco lo estrictamente necesario ya que cerca de la plazuela Yungay ha habido harto desorden y es inseguro", explicó Margarita Ramírez, vecina del sector, cuando salía del Unimarc ubicado entre Lynch y Errázuriz.
Pérdidas
Es justamente esa precaución de la clientela la que está afectando al tradicional barrio comercial de Lynch, que si bien no ha sufrido destrozos ni saqueos como ha ocurrido en el centro de la ciudad; sus locatarios han visto disminuidas sus ventas entre un 70 y 100% en las últimas semanas.
Uno de los ejemplos extremos es el de Julia Muñoz que tiene una paquetería desde hace 13 años en un local por el que paga arriendo y gastos básicos.
"Al principio venía un rato, pero he optado por no abrir desde que se dieron los desórdenes ya que mis ventas bajaron a cero y no soy la única que ha tenido pérdidas del 100% en estas semanas. Hemos tenido años malos, pero éste sin duda ha sido el peor", comentó.
La comerciante detalló que en el barrio todos están cerrando más temprano, alrededor de las 17 ó 18 horas, porque en la tarde no anda público.
"Yo dejé de abrir para no generar gastos, ni siquiera de luz porque no estaba vendiendo un solo peso", sostuvo.
Los locatarios entrevistados coincidieron que durante las mañanas tienen mucho menos público del habitual y, en las tardes, prácticamente nada. Ni siquiera el comienzo de mes repuntó las ventas en este sector, que al igual que Rahue Bajo, se caracteriza por el esfuerzo de pequeños comerciantes, muchos emprendedores que todavía no saldan las cifras rojas que les provocó el extenso corte de agua potable de julio pasado en la comuna.
Organización
El presidente de la Cámara de Comercio del Barrio Lynch, Mario Uribe, aseguró que desde que comenzó la crisis en el país, las ventas fueron disminuyendo paulatinamente hasta que, en la actualidad, prácticamente no reciben público.
"Ocurrió una especie de sicosis en la que le gente corría a los supermercados y los pequeños comerciantes fuimos olvidados. Llegó fin de mes y las ventas no han remontado nada", exclamó.
En el barrio son alrededor de 200 comerciantes, la mayoría pequeños; y más de 40 son socios de la Cámara de Comercio conformada hace menos de un año.
Una de las características del sector es que los locatarios establecen relaciones de respeto y unidad que se han fortalecido a través de los años y tienen la generosidad de acoger de la mejor manera a los nuevos emprendedores.
Y es que como en Lynch los arriendos son mucho más baratos que en el centro de la ciudad, estando prácticamente al lado, esto ha permitido emprender a quienes tienen gran vocación y no tantos recursos económicos.
Su público habitual llega desde distintos sectores de la ciudad y de comunas aledañas, pero los clientes más fieles son los adultos mayores y las familias de campo que valoran la calidad de los productos y la atención personalizada que caracteriza esta zona de Osorno.
Seguridad
Julia Muñoz aseguró que no tiene miedo a las manifestaciones y entiende las demandas porque, como adulta mayor, también se ha sentido postergada y, por lo mismo, se ve en la necesidad de trabajar.
"A mí no me dan miedo las marchas porque son en el día y son tranquilas. La crema ha quedado en la noche por grupos que, por suerte, no han hecho destrozos en nuestro barrio, ni en nuestros locales porque somos gente sencilla", indicó la comerciante.
En Lynch, los comerciantes conformaron hace alrededor de 10 años un Comité de Seguridad como organización preventiva y coordinadora principalmente para protegerse de la delincuencia.
"En estas semanas, gracias a Dios no han ocurrido desmanes, ni saqueos, sin embargo nos hemos organizado en turnos de entre 5 a 10 personas para hacer guardia en las noches y hemos sido testigo de grupos numerosos, de hasta 100 personas, escapando de Carabineros que pasan golpeando las rejas", mencionó Uribe.
Y es que, además de las bajas ventas, sienten miedo de perder lo que tanto esfuerzo les ha costado. "Muchos no tienen seguro así que si, por ejemplo sufrieran un saqueo, simplemente no tendrían la capacidad económica de empezar de nuevo", aseguró Uribe.
El dirigente subrayó que esta situación los ha afectado al nivel que "hay harta gente mayor en el barrio y algunos no pueden ni dormir, estamos en contacto por whatsapp, a cada rato les enviamos fotografías y videos para que estén tranquilos, pero de verdad los he visto muy afectados".
Los clientes
"Yo suelo venir a comprar de todo a Lynch, desde materiales de ferretería hasta abarrotes, pan, ropa, bueno aquí uno encuentra lo que se necesite, hasta remedios y lo mejor es que son muy amables en el trato, respetuosos con todos y eso se agradece en estos tiempos".
Con estas palabras argumentó su preferencia por el comercio del sector Carlos Castro, osornino y cliente desde hace casi 40 años.
"Es un barrio histórico y hay personas que uno ha visto envejecer aquí, siempre en las mismas tiendas, siempre con una sonrisa, entonces es triste saber que no están pasando un buen momento. Pero hay que decir que nadie está pasando un buen momento y menos nosotros, las personas mayores", relató.
Claudia Mardones salía de una carnicería cuando comentó que "acá se da esa vida de barrio en la que te saludan por el nombre, uno conversa con los caseros que siempre tienen tiempo para hacer reír. Acá están esos pocos espacios en los que una sabe que no te van a vender gato por liebre y por eso, siempre vengo".
Mencionó que mucha gente predica, sobre todo en redes sociales, la preferencia por el comercio local. "Por los productores y emprendedores de la zona, pero a esos mismos los veo más de los días saliendo llenos de bolsas del supermercado del mall y lo sé porque trabajo ahí mismo en una tienda de ropa", recalcó.
Para ella es "fundamental", sobre todo en tiempos como los actuales, el apoyar a los comerciantes esforzados.
"Yo vengo a Lynch porque de verdad me encanta, vivo cerca y disfruto, desde la calidad y variedad de las tiendas de ropa americana hasta las dobladitas calientes de la panadería de la esquina. Esperaría que la multitud que se ha reunido a marchar por motivos que comparto plenamente, no olvide a nuestros comerciantes porque efectivamente en estas semanas he visto tan poca clientela que llega a dar pena. Creo que eso no es justo", concluyó la clienta y vecina del sector.
"Yo dejé de abrir para no generar gastos, ni siquiera de luz, porque no estaba vendiendo un solo peso".
Julia Muñoz, Dueña de paquetería
"Hemos hecho turnos (...) hay harta gente mayor en el barrio y algunos no pueden ni dormir".
Mario Uribe, Presidente Cámara Comercio, barrio Lynch
"En estas semanas si salgo, prefiero hacerlo en la mañana (...) es mejor no arriesgarse".
Daniel Vásquez, cliente barrio Lynch
"Lo mejor es que son muy amables en el trato, respetuosos con todos y eso se agradece".
Carlos Castro, cliente barrio Lynch
200 locatarios aproximadamente son los que dan vida al comercio del tradicional Barrio Lynch.
40 socios integran la Cámara de Comercio del Barrio Lynch que conformaron hace menos de un año.
5 personas y hasta 10, han conformado turnos durante las noches para cuidar el sector y mantener tranquilos a los adultos mayores.