Todos sabemos que la prioridad de las isapres -como toda empresa privada- es la generación de utilidades para sus dueños y no la provisión de una salud de calidad a sus usuarios, que incluya, por ejemplo, la prevención. Esto debe cambiar, y desde la presidencia de la Comisión de Salud estamos impulsando una batería de indicaciones al proyecto de ley que presentó el Ministerio de Salud.
Así, y de manera unánime, pusimos punto final a las preexistencias que hoy mantienen cautivos a muchos de los usuarios, eliminando la discriminación por la condición de salud de las personas. Otra de las indicaciones impulsadas por los partidos de la oposición y a la que se dio luz verde establece un precio único por el plan de salud universal por isapres.
Hoy, las aseguradoras ofrecen miles de planes y cobran valores diferentes que están asociados a esos planes. Con esta modificación, sólo podrán ofrecer hasta tres alternativas, diferenciados por la red de centros clínicos de salud que ofrecen. De esta forma, las isapres no podrán cobrar precios diferentes ni rechazar la afiliación por razones de edad, sexo o condición de salud.
Pero nuestra propuesta es más ambiciosa y también queremos poner fin a la integración vertical, que impide que las aseguradoras contengan el gasto de las clínicas. Además, impulsamos que el plan de salud universal asegure acciones y prestaciones integrales y que la bonificación no podrá ser menor de un 80%. Buscamos que los usuarios accedan a planes de por vida y de esa forma las isapres estarán obligadas a apostar por la prevención. Para la oposición este es un eje central que debe estar presente en la reforma.
En ese sentido, las isapres tendrán que establecer programas de prevención por rango etario. Sin embargo, para que esta reforma funcione debe caminar de manera paralela con el cambio al Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y por ello hemos pedido que el nuevo proyecto anunciado por el Gobierno se ingrese a través del Senado, para ser discutido en conjunto en su Comisión de Salud.
Los usuarios del sistema privado han esperado demasiado tiempo el término de los abusos, mientras que los usuarios del sistema público exigen, con razón, una atención más oportuna y de calidad. Estamos en condiciones de avanzar en ambos frentes, aunque soy un convencido que la solución de fondo pasa por un sistema universal y equitativo, que reconozca efectivamente el derecho a la salud de todos los chilenos.
Rabindranath Quinteros Lara, senador por la Región de Los Lagos