Cada 26 de agosto celebramos el Día de la Educación Técnico-Profesional en nuestro país, fecha que recuerda la creación de la Dirección General de Enseñanza Profesional por el Presidente Juan Antonio Ríos, en 1942. Entonces, volcamos nuestra mirada al rol clave que tienen los técnicos provenientes de liceos TP y de la educación superior para el desarrollo de Chile y nuestra región.

Por su parte, Inacap nace en 1966 con el objetivo de capacitar a los trabajadores chilenos. Las necesidades del desarrollo económico, sumadas a la falta de una oferta de educación técnica en el Chile de esos años, hacían imperiosa la creación de un sistema de capacitación más profesionalizado. Más de 50 años después, continuamos con esa labor, por supuesto, ampliando nuestro quehacer para satisfacer, y muchas veces adelantarnos, a las nuevas exigencias de un país cada vez más competitivo, desarrollado e inserto en el mundo.

En este sentido, con orgullo podemos decir que nuestras aulas, talleres y laboratorios albergan a un segmento importante de quienes serán los técnicos-profesionales del futuro, proyectando las capacidades que el mundo productivo necesitará en las próximas décadas. Sin ir más lejos, Inacap Osorno cuenta con estudiantes que serán mecánicos en electromovilidad, técnicos 2.0 cuya formación les permitirá hacer frente a los desafíos de una nueva era tecnológica para el sector automotriz.

No obstante, aún existe una brecha en el adecuado posicionamiento de este segmento, que pese a ser más rentable que algunas carreras de formación universitaria, quizá por desconocimiento como sociedad aún seguimos manteniendo prejuicios en torno a la valorización social de nuestros técnicos, haciéndoles un flaco favor.

Carreras más cortas, aranceles más bajos, incluida la posibilidad de acceder a gratuidad del Ministerio de Educación y una mayor empleabilidad, son razones más que suficientes para modificar la percepción que muchos tienen acerca de la educación técnica profesional. Es por ello que en esta fecha felicitamos y relevamos la importancia de los estudiantes de la enseñanza técnico profesional, con quienes ratificamos nuestro compromiso por otorgar una formación de calidad, actualizada, pertinente y vinculada con el sector productivo.

Rodrigo Ibáñez Coronado,

vicerrector de Inacap, sede Osorno

Recurriendo a un término que aunque muy manido, calza perfecto para graficar lo que ha ocurrido en la provincia durante los meses invernales, la zona vivió en julio "una tormenta perfecta" en cuanto al flujo de turistas, experimentando una brusca disminución del 64,4% si se le compara con el mismo período del año pasado. Es una reducción que ha impactado no sólo en el turismo, sino también en el comercio y servicios que encadenan esta actividad económica y que por su dispersión, ha terminado por perjudicar a un extenso número de emprendedores, con coletazos que probablemente se mantendrán durante varios meses más.

La tormenta perfecta del turismo osornino durante julio comenzó con el extendido corte de agua potable en la ciudad y siguió en paralelo con la interrupción del Paso Cardenal Samoré producto de un derrumbe en el lado argentino, teniendo además como telón de fondo la incertidumbre política y económica que se ha apoderado de Argentina, y que también explica la merma de visitantes trasandinos. A estos tres factores, algunos representantes del rubro turístico han agregado la persistente lluvia en los días de las vacaciones de invierno, lo que también habría conspirado en un menor arribo de los turistas nacionales.

Los números del ingreso de personas por el Paso Samoré son francamente decidores. Si en julio de 2018 ingresaron 27.860 pasajeros, en el mismo mes de este año lo hicieron 17.946, representando una baja del 64,4% de la cual, dada su magnitud, le costará recuperarse al sector turístico osornino. A estas cifras hay que añadir, por lo demás, el negativo impacto que tuvo, en cuanto al flujo interno, el corte de agua y la desconfianza que al día de hoy prevalece en muchas personas acerca de la calidad del elemento que provee Essal.

Salir con dignidad de esta tormenta perfecta no puede quedar exclusivamente en manos de los privados que se dedican al turismo. Se requiere con urgencia de un mayor protagonismo de parte del Gobierno, en particular desde el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), que desde hace meses pareciera transitar sin rumbo en la provincia, a pesar de los auspiciosos escenarios que siempre se han diagnosticado.