Fieles deben restaurar el templo parroquial tras alejamiento del padre Pablo Fontaine
RELIGIÓN. El sacerdote de 94 años dejó sus funciones debido a problemas de salud. La antigua estructura tiene una leve inclinación hacia el lado norte, que necesita reparación.
Los fieles católicos de La Unión han mostrado su tristeza por la partida del padre Pablo Fontaine, que debido a un problema de salud, debió alejarse hace un mes.
Tras un cuarto de siglo junto a la comunidad religiosa unionina, a la que entregó sus consejos y sirvió como guía espiritual, el padre Pablo se retiró de la parroquia San José por recomendación médica, debido a que a sus 94 años padece movilidad reducida, debido a lo cual, a veces, realizaba las misas sentado.
"El padre Pablo se encuentra en el Hogar de Los Sagrados Corazones en la capital del país y prácticamente todos los días esta comunidad religiosa sabe de su estado y además del deseo que mantiene nuestro querido sacerdote de volver a la ciudad, la cual quiere como suya", indicó Andrés Chavarría, administrador parroquial.
La voz del padre Pablo se sigue escuchando con la solicitud de ayuda para la comunidad Católica del Barrio San Pablo, que inició una campaña destinada a reunir los recursos para financiar el mejoramiento de la capilla del sector, ubicada al final de la avenida Barros Arana. Y ante la petición, la comunidad ha respondido generosamente para financiar los trabajos de la restauración de la pequeña capilla.
Feligreses ligados a la iglesia indican que el padre se ha recuperado y mantiene su esperanza de volver a La Unión, "aunque sea de paso, para saludar a las comunidades religiosas y visitar, por ejemplo, el comedor abierto que lleva su nombre en la población Irene Daiber".
CONSERVACIóN
A la distancia, el religioso mantiene su inquietud por la conservación del templo de la parroquia San José, una construcción que caracteriza a la ciudad y que muestra deterioro debido al paso del tiempo.
Andrés Chavarría recordó que el edificio tiene más de 105 años y fue intervenido en 2014, cuando se descubrió el daño que tenían las vigas de la torre principal, a causa de las termitas.
En aquella oportunidad se invirtieron 120 millones de pesos, financiados por la comunidad local, entre ellos algunas empresas que aportaron el 20% del total requerido, permitiendo la restauración de esta construcción patrimonial.
"Hace algunos días, el constructor que trabajó en la restauración anterior señaló que la torre principal de la iglesia tiene una leve inclinación hacia el lado norte, por lo que deberemos el próximo año iniciar los trabajos que permitan financiar la reparación del edificio. En el lado norte, que da hacia la municipalidad, hay deterioro causado por las lluvias y el paso del tiempo, lo que nos obligará a efectuar una inversión similar a la del 2014", afirmó Andrés Chavarría, que administra la parroquia desde hace 7 años junto al consejo que preside el párroco Miguel Concha.
Ahora la comunidad tendrá la posibilidad de postular a recursos públicos, tras la obtención de los títulos de propiedad y, con ello, se abren opciones en algunos ministerios, por ser uno de los edificios más antiguos de la zona sur, un patrimonio arquitectónico que debe ser conservado.
"Deberemos el próximo año iniciar los trabajos que permitan financiar la reparación del edificio".
Andrés Chavarría Administrador parroquial