A partir del 1 de enero de este año entró en vigor lo dispuesto en el artículo 8 del Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) de Osorno. Se trata de exigencias que aumentan el estándar de aislación de todas las viviendas que se construyan en la comuna, tanto en el sector urbano como en el rural, con y sin subsidio. Con esto se busca que disminuya la demanda por calefacción y, consecuentemente, se reduzcan las emisiones en nuestra contaminada ciudad, medida que por cierto debemos apoyar.
Dentro de las nuevas reglas que se imponen, dos muy relevantes tienen que ver con las ventanas. Por una parte, se limita la cantidad a instalar dependiendo de la orientación que se escoja, y por otro lado, estas deben ser certificadas o elegirse dentro de un listado que entrega muy pocas opciones. El tamaño mayor disponible apenas supera los 3 metros cuadrados y todas deben ser con doble vidrio.
Entonces, dado que el diseño se verá fuertemente restringido a las pocas alternativas que son provistas actualmente, se hace urgentemente necesario contar con la posibilidad de una certificación asequible para aquellos modelos que se escapen de la lista.
Actualmente, la alternativa más cercana se encuentra en la Región del Bío Bío y sólo existen en el país dos laboratorios más que se encuentran en Santiago. Así, el costo de la certificación es hoy más caro que la ventana misma. La consecuencia de esto es que en la Dirección de Obras Municipales no se ha aprobado ningún expediente nuevo ingresado desde el 1 de enero a la fecha, lo que ha paralizado la construcción de viviendas.
En el gremio hemos discutido este tema y nuestra propuesta a la autoridad es que se aumenten las opciones disponibles y, además, se provea por lo menos de un laboratorio para certificación en cada una de las diez comunas en que se está aplicando esta exigencia (similarmente a lo que se hace con las plantas de revisión técnica; ¿se imagina tener que ir a Concepción a hacerla?). Los beneficios económicos sociales de mejorar el aire, como argumenta el mismo PDA, compensarán largamente esta inversión.
Estamos ciertos de que todos queremos cumplir con las nuevas normativas, pero creemos que para ello primero se deben crear las condiciones, luego realizar la capacitación a los involucrados y finalmente hacer exigible el cumplimiento. En este tema, haber partido en orden inverso nos dejó sin solución a la vista.
Alicia Vesperinas, ingeniero civil estructural
y presidenta de la CChC de Osorno