El impacto negativo de las actividades humanas en los océanos es evidente en las costas de la Región de Los Lagos. Cada cierto tiempo vemos en las portadas de los diarios varazones masivas de peces, escasez de recursos pesqueros que antes abundaban en los mercados y caletas de la Región y contaminación de playas luego de la época estival, situaciones que se han tornando recurrentes.
Sumado a esto, el desarrollo intensivo de la industria acuícola y la proliferación de fenómenos naturales, como la marea roja, han potencializado los efectos negativos de las acciones humanas sobre el medio ambiente, amenazando los modos de vida de las comunidades que dependen del mar para su subsistencia.
Frente a este problemático escenario socioambiental, comunidades indígenas asentadas en la zona costera de la Región de Los Lagos, amparadas en la Ley 20.249 (del año 2008), también conocida como Ley Lafkenche, han solicitado la creación de Espacios Costeros Marinos para Pueblos Originarios (Ecmpo), con el objetivo de resguardar sus usos consuetudinarios y, con esto, promover la conservación de la biodiversidad. Los Ecmpos se han expandido en la Región, concentrando gran parte del espacio marino sujeto -o posible de serlo en los próximos años- a alguna medida de protección y que, a diferencia de gran parte de las áreas marinas protegidas de Chile, son administradas por comunidades locales.
Este nuevo fenómeno de uso y protección de la zona marino-costera representa un punto de partida para transitar hacia nuevas formas de habitar los territorios, basadas en economías de bajo impacto ambiental orientadas hacia el buen vivir de los pueblos y la naturaleza. Asimismo, la reciente implementación de los planes de administración de los Ecmpos decretados a la fecha marca un hito para la democratización de la toma de decisiones en las políticas indígenas y ambientales, al reconocer la capacidad de las comunidades indígenas para liderar el cuidado y desarrollo de la zona costera.
Francisco Araos, investigador del Ceder