Ala luz de los constantes conflictos que se viven en muchas realidades educativas desde un tiempo a esta parte, y que se han ido incrementando en el tiempo, el gobierno ingresó hace dos semanas el proyecto de Ley denominado "Aula Segura", que tiene como propósito fortalecer las facultades de los directores de establecimientos educacionales, permitiéndoles expulsar de manera inmediata a alumnos que se vean involucrados en hechos graves de violencia.
Una de las mayores controversias que ha presentado este proyecto, indica que el director del establecimiento puede expulsar inmediatamente a un estudiante, sin un debido proceso (descargos del estudiante, presentación de evidencias, etc). Al margen de esa polémica que ha sido corregida por el gobierno, quisiera plantear los siguientes aspectos que a mi juicio son esenciales para fortalecer los procesos de convivencia al interior de los establecimientos, como son respeto por las ideas diferentes, capacidad de diálogo, responsabilidad de padres y apoderados, entre otros.
Pensar que la Ley Aula Segura viene a solucionar los problemas de violencia al interior de las escuelas, es no entender las dinámicas propias de los centros educativos. Hoy "lamentablemente" nadie habla de la responsabilidad que tienen los padres y apoderados de los estudiantes que originan y propician la violencia. No se debe olvidar que son menores de edad, en su gran mayoría, los que realizan este tipo de acciones, por lo tanto la familia es un protagonista importante que debe hacerse parte en la educación de estas cuestiones y en consecuencia asumir responsabilidades.
Por otra parte, cualquier proceso educativo, debiera tener como eje central una formación integral que integre aspectos de convivencia escolar real; y que estos aspectos ingresen a la sala de clases y no queden reducidos a dos o tres acciones en el año, creadas por directivos, sin ningún involucramiento ni participación de estudiantes. En este ámbito el Ministerio comienza a dar pasos en la dirección correcta, integrando indicadores de desarrollo personal y social (convivencia, autoestima, formación ciudadana, etcétera) que se deben trabajar en cualquier establecimiento, o toda un área de convivencia creada como parte de los planes de mejoramiento. Sin embargo, estos énfasis se tensionan cuando se categoriza y evalúa la "calidad" de una escuela, minimizando los otros esfuerzos que pueden realizar los centros educativos.
Héctor Álvarez, director de Docencia
Instituciones Santo Tomás Osorno