Han sido ya largos meses, casi un año, en que la investigación sobre un posible brote de fiebre Q -enfermedad causada por la bacteria Coxiella Burnetti- se ha presentado ante la opinión pública como un hecho confirmado, algo que la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, (Sago) criticó desde un inicio, debido a las serias dudas que genera la metodología usada por el Ministerio de Salud.
Hasta ahora, la autoridad nunca pudo explicar de manera convincente por qué razón una zoonosis endémica en Chile como la fiebre Q, que se transmite de animal a humano, podría haber pasado agresivamente de humano a humano, razón por la cual llegaron incluso a levantar la tesis de una mutación de la bacteria Coxiella Burnetti en explotaciones ganaderas.
La verdad de las cosas, sin embargo, es que la tesis de un brote de fiebre Q ha ido perdiendo fuerza, al punto que hoy se habla que ya no se puede descartar que hayamos estado en presencia de algún tipo de rickettsia, que se transmite por pulgas, garrapatas y ratones, entre otros, causando enfermedades infecciosas.
Es necesario poner, otra vez, el tema en real perspectiva: abordar la gama de enfermedades transmitidas por animales -poniendo énfasis en los vectores más peligrosos, como ratones y perros asilvestrados- y no mediante alarmas aisladas.
Se debe analizar el funcionamiento de las campañas de prevención y autocuidado en muestras de animales y centros de agroturismo y manejo de basuras y agua, principalmente en zonas urbanas.
En el caso específico de la ganadería, que fue apuntada en estos meses de manera injusta, por supuesto que no desconocemos que hay áreas que mejorar: Tuberculosis Bovina y Brucelosis, por ejemplo, tienen focos permanentes de reinfección y por ello es importante terminar las campañas de erradicación que comenzaron hace décadas como una acción voluntaria de nuestros productores, con el objetivo de activar planes nacionales que incluyan compensaciones sanitarias, lo que permitiría avanzar de forma rápida en la eliminación de estos agentes, particularmente en regiones como Los Lagos y Los Ríos. Esta fórmula ya mostró efectividad en los '80 para terminar con la fiebre aftosa.
En definitiva, es urgente comprender que las enfermedades que quedan por erradicar no son exclusivas de Chile y que la manera de enfrentarlas debe cambiar.
Sergio Willer Daniel Vicepresidente Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, Sago