Vivimos una época muy favorable para la práctica de ejercicio físico en nuestra sociedad. Por una parte, las noticias son auspiciosas mostrando que cada vez más personas se suman a las corridas populares, cicletadas familiares, caminatas, plazas activas y a los gimnasios de fitness establecidos, lo que es un muy buen augurio para quienes defienden la actividad física y específicamente, el ejercicio como la solución en la prevención de las principales enfermedades crónicas no trasmisibles. Las malas noticias son que, a pesar de esta alza en la participación ciudadana en actividades deportivo-recreativas, los niveles de obesidad y sedentarismo son cada día mayores en nuestro entorno nacional y local.
Tanto el sedentarismo como los malos hábitos alimenticios están ligados a las raíces culturales de nuestro país, donde la comida, por ejemplo, es una muestra de cariño y luchar contra las culturas es un trabajo que puede llevar generaciones. La medicina y muchas veces el marketing de productos que dicen ser mágicos, sólo confunden a la gente con promesas estéticas que no van más allá de eso, solo promesas. La televisión nos vende recetas mágicas con infinidad de máquinas que nos dicen que tendremos cuerpos esculturales si las utilizamos, pero generalmente, su principal uso en las casas termina siendo colgar ropa cuando nos falta espacio.
Es por esto que el rol preventivo que deben cumplir todos los profesionales que trabajan en el área de la Salud, resulta fundamental para llevar a cabo esta lucha. Los costos que implica para nuestro sistema de salud y las enfermedades asociadas a la inactividad, superan con creces a la inversión que hoy se hace en aumentar los niveles de actividad física en la población general y en los niños en particular. Las investigaciones demuestran que el ejercicio físico es la mejor "medicina" para prevenir un gran número de enfermedades prevalentes en nuestra sociedad, no hay un solo fármaco que sea capaz de prevenir o tratar tantas patologías a la vez, y a un costo mínimo, como lo es el ejercicio.
Es por esto por lo que desde la Escuela de Kinesiología de la Universidad Santo Tomas Osorno, alentamos a la gente a participar en todas las iniciativas que impliquen movimiento. Corra, camine al trabajo, saque a pasear a sus mascotas, use su bicicleta, ocupe sus máquinas de ejercicio, vaya al gimnasio, use las escalas tradicionales y no las mecánicas, ya que con ello estará ganando salud, bienestar y calidad de vida.
Cristián Gallardo Meza, docente Escuela de Kinesiología
Universidad Santo Tomás Osorno