Valeria Barahona / EFE

El Foro Mundial del Agua fue inaugurado ayer en Brasilia, llegando así, por primera vez, a Sudamérica, región que atesora el 20% de las reservas de agua dulce del planeta, en amenaza por la carencia de infraestructura para su preservación.

El evento trienal es organizado desde 1997 por el Consejo Mundial del Agua, organismo que en esta edición reunirá a delegaciones de unos 150 países, entre ellos, Chile; junto a empresas que actúan en el sector hídrico -como Aguas Andinas -, con el objetivo de debatir prácticas volcadas a un uso más racional del recurso.

"Se trata de aproximar a los dirigentes políticos, los técnicos, los académicos y la sociedad en general a la cuestión del agua", que es "crucial" para la vida, dijo a la agencia de noticias Efe el ingeniero brasileño que preside el Consejo Mundial del Agua, Benedito Braga.

La instancia se extenderá hasta el viernes, con una agenda que contempla debates en torno a la necesidad de diseñar políticas públicas volcadas a la preservación del agua que, por efectos del cambio climático y otros factores como el derroche, comienza a escasear en el mundo.

Situación en la región

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) presentará en la cita un informe global sobre el desarrollo de recursos hídricos que, según fuentes de la organización, propondrá acciones para ayudar a una mejor preservación.

Naciones Unidas ya ha alertado que la falta de agua puede llegar a ser motivo de conflictos en el siglo XXI, por lo que incluyó entre los derechos humanos el acceso al elemento vital y su respectivo saneamiento.

El Banco Mundial, por su parte, afirmó que Sudamérica posee cerca del 20% de las reservas de agua dulce del planeta, donde Brasil tiene la mayor parte, con un 12% del total mundial.

Sin embargo, la falta de infraestructura adecuada, problemas de fiscalización medioambiental y deficiencias en el uso del agua, que incluyen una elevada contaminación de los ríos y sus nacientes, además de un fuerte desperdicio en la industria y la agricultura, impiden que muchos brasileños tengan acceso a ese recurso.

Según datos oficiales, cerca del 15% de la población no tiene acceso directo a agua potable en sus residencias y, en promedio, casi un 30% de los recursos hídricos se pierde por fallos en la distribución.

Esto se debe a que sólo el 40% de los brasileños cuenta con redes de aguas servidas y un 12% aún utiliza fosas sépticas, lo cual repercute directamente en la salud pública y el deterioro del medio ambiente.

La ONU ha afirmado en sus estudios que esta situación no es muy diferente en el resto de Latinoamérica, y tiene especial incidencia en los países en desarrollo, que carecen de los recursos financieros necesarios para enfrentar el problema.

El presidente del Consejo Mundial del Agua señaló que no se puede dejar de lado que la preservación del recurso "depende de inversiones" que, en muchos casos, solamente el sector privado está en condiciones de ejecutar.

árboles

Plantar árboles para "conservar" los ríos es una de las claves del "Proyecto Conservador de Aguas", iniciativa pionera en Brasil que ayuda a los agricultores que contribuyen a la preservación del medio ambiente.

Extrema, una ciudad del estado de Minas Gerais, alberga desde hace casi 12 años este proyecto, período en el que se han plantado cerca de 1,5 millones de árboles en mil hectáreas, para proteger cerca de 700 nacientes de ríos.

Rubens Carbone, uno de los productores beneficiados por el programa, ha reforestado laderas de colinas y nacientes de los ríos, áreas frágiles desde el punto de vista ambiental que reciben especial atención del Código Brasileño del Bosque. "Aquí en la región había, en la época de sequía, nacientes que se secaban. A veces se reduce el agua en cierta cantidad, pero ya no se secan más", declaró.