Durante años, afortunadamente, la provincia de Osorno y la Región de Los Lagos, por extensión, han permanecido ajenas a los numerosos episodios de atentados a la propiedad privada, representados en diversos ataques a centros productivos del mundo agrícola y forestal, que se producen desde diciembre de 1997 en La Araucanía, y que hace algunos meses adquirió una nueva intensidad con la quema masiva de camiones, incluso en las cercanías de la zona urbana de Temuco, y poco antes, en lo que ha sido hasta ahora el hecho de mayor gravedad, con el asesinato del matrimonio Luchsinger Mackay, en la comuna de Vilcún. Este 2018, no obstante, ha comenzado de la peor forma para la zona al registrarse un ataque incendiario en contra de maquinarias pertenecientes a un contratista de la empresa forestal ANChile, que desarrolla sus faenas en la comuna de Río Negro, y que deja en vilo el relativo ambiente de seguridad en que se desenvuelve la economía provincial, excepto algunos delitos menores ligados al abigeato.
El atentado del 1 de enero reúne todas las características de los hechos que han minado progresivamente la convivencia en La Araucanía: la acción de un grupo de encapuchados que actúa de madrugada, el uso del fuego como elemento de destrucción, el objetivo (empresas del rubro agrícola, forestal o de transporte) y el mensaje que se deja en panfletos que aluden a la "resistencia territorial" de grupos específicos. Frente a este hecho, la autoridad debe tener, primero, muy claro su rol, en cuanto a otorgar las debidas garantías para la actividad económica de la zona y, segundo, realizar todas las acciones, dentro de la legalidad, para dar con los responsables y llevarlos ante la justicia.
Lo ocurrido en Río Negro es un hecho nuevo para la provincia de Osorno, y como tal, debe ser afrontado con energía por el Gobierno, el Ministerio Público y las fuerzas policiales, en particular si se ha observado que incluso en Argentina están enfrentando problemas similares.
La provincia de Osorno tiene que mantener su sitial como motor de desarrollo económico en la zona y frenar cualquier intento por masificar un conflicto
propio de otro territorio.