Alcaldes y el futuro gobierno
Las autoridades de todos los niveles deben trabajar unidos y con el bien común como único norte, aun perteneciendo a distintas alianzas políticas.
El cambio político que se expresó este año en el país, con una mayoría que prefirió la ruta señalada por el candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera, en lugar de la alternativa oficialista, en cierta manera comenzó a vivenciarse también el año pasado a nivel provincial, cuando en las elecciones municipales de octubre de ese año, el electorado modificó diametralmente la correlación de poder en las alcaldías. Si en las municipales de 2012 se eligió a seis jefes comunales de la Nueva Mayoría y a uno de Chile Vamos, en los comicios del año pasado la relación cambió a tres de la actual fuerza oficialista y cuatro de la centroderecha, dando cuenta de la inminencia de la transformación que terminó de cimentarse el domingo pasado.
En este escenario, los jefes comunales de Osorno, Purranque y San Juan de La Costa, todos militantes de la Democracia Cristiana, se encontrarán a contar de marzo del próximo año, cuando asuma el nuevo gobierno, en la vereda de la oposición, lo que para algunos podría convertirse en un problema por los recelos políticos que se ocasionan a veces entre autoridades de distinto signo y que, en el día a día de la gestión pública, deben acordar proyectos, vías de financiamiento y la implementación de políticas públicas. Por esto es que los tres alcaldes han afirmado que esperan que los nuevos inquilinos de La Moneda y, consecuentemente, los representantes del Poder Ejecutivo en la Región y la provincia, mantengan la priorización de iniciativas que se encuentran en camino y que son de alto interés para la ciudadanía, como la reposición del Liceo Carmela Carvajal, en Osorno; el estadio de Corte Alto, en Purranque; y el Cesfam de Bahía Mansa, en San Juan de La Costa.
Como en su campaña el Presidente electo evitó proponer hacer tabla rasa de lo que se ha hecho hasta ahora, evadiendo la figura de la retroexcavadora, y llamó a lograr un acuerdo nacional, es dable suponer que a nivel comunal no debería haber grandes variaciones acerca de las iniciativas en marcha.
Eso sí, tanto las futuras autoridades de la zona como los alcaldes deberán tener muy en claro que, antes de cuestiones partidistas y cálculos electorales, su real misión es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, aun estando en bloques distintos.