Alexander Hopkinson

El cambio climático manifestado en largos periodos de alternancia meteorológica entre frío, calor, sequía y lluvia han permitido que lenta pero progresivamente se instalen en el sur de Chile nuevas viñas y proyectos experimentales, sobre todo para variedades de blanco, espumantes y pinot noir.

Existía el rumor de que la prestigiosa viña de la Región del Maule, Miguel Torres, había comprado tierras en la provincia de Osorno, específicamente en la comuna de Purranque, con el propósito de iniciar un nuevo proyecto.

Aún cuando la versión fue desmentida tajantemente por la empresa que respondió por escrito: "Miguel Torres Chile no ha comprado nada en la zona", el sur se está transformando cada vez en un lugar más apto para la elaboración de vinos finos, tipo gourmet.

Arribo a la zona sur

El francés Quentin Javoy dirige desde 2011 la viña Coteaux de Trumao. Luego de pasar por Argentina y otros países de Sudamérica, el galo aceptó una oferta de la viña Cauquenes en la zona central y se radicó en Chile.

Sin embargo, al poco andar se abrió otra posibilidad, la de venir a Trumao a trabajar en un producto totalmente nuevo y orgánico. Si bien la viña producía variedades de tintos, Javoy supo entender el microclima de esta zona y darle un giro total a la vitivinícola que se encuentra a orillas del río Bueno.

"Yo creo que las viñas están llegando por el cambio climático que ya se está notando mucho en el norte, y en el sur también en estos años de sequía que tenemos en el verano y que es algo que no era posible hace 20 años", explica Quentin Javoy, quien detalla que ahora se puede trabajar con un sistema escalonado, pero que tiene un manejo especial.

El experto internacional explica que es necesario escoger muy bien la cepa pensando que esta es una zona más fría y lluviosa que otras latitudes.

Lissette Jopia, sommelier de la distribuidora Paraíso del Sur de la Viña Casa Silva, que tiene uno de los viñedos más asutrales en el país en la zona del lago Ranco, confirma la teoría del creciente interés por invertir y generar proyectos de vid en el sur.

"He notado que sí hay una tendencia a buscar nuevas zonas. En el caso de Casa Silva, que es una viña familiar más tradicional y por lo tanto siempre estuvimos en el valle de Colchagua produciendo sólo vinos tintos, sin embargo fuimos uno de los pioneros en descubrir que también se podían producir vinos blancos gracias al sector de Paredones", apunta Jopia.

En ese sentido, la viña de la familia Silva fue una de las primeras en instalarse en la zona del lago Rango (Futrono) -al sur del mundo- para desarrollar en primera instancia Pinot Noir, Chardonnay y Sauvignon Blanc.

Lissete señala que dicha producción tiene un sabor y aroma completamente distinto al de otras, pues es "mucho más elegante".

"Por ejemplo el Sauvignon Blanc que sacan ahí (Futrono) versus el de Paredones, es totalmente distinto en el sentido organoléptico, porque te vas a encontrar con un blanco de Colchagua costa que es súper salino. El de Casablanca es muy herbal y el de lago Ranco es mucho más sutil y más elegante", dice la sommelier.

No obstante lo anterior, la entrada de las grandes viñas a la zona sur está aún en una fase experimental, lo cual se observa en la cantidad de hectáreas plantadas y el volumen de las cosechas que si bien son de alta calidad, en el caso de la viña Casa Silva en lago Ranco no superan las 3 mil botellas.

Ribera Pellín

Rodrigo Moreno, agrónomo y ex candidato a diputado por el distrito 25, recibió hace unas semanas en Santiago una distinción de parte de la llamada "biblia" de los vinos chilenos: La Guía Descorchados, que reconoció el Chardonnay 2014 de Ribera Pellín de San Pablo como la revelación de 2017.

Un premio que se suma al reconocimiento que hizo el experto mundial (master of wine), Tim Atkin, un periodista británico quien en su informe regional sobre vinos nacionales, posicionó al Natural Brut de la viña Ribera Pellín de San Pablo como el mejor espumante del país.

Otra prueba de que los suelos de la provincia son aptos para el desarrollo de buenos vinos y que en este caso particular surgió a partir de la idea de generar viñedos como barrera natural en un predio lechero.

"Yo recibí al gerente técnico de Migel Torres el año 2012, que vino a ver lo que estábamos haciendo, nuestra producción, probó los espumantes, porque ellos estaban en ese tiempo la zona", recuerda Moreno.

Sin embargo, el destacado ingeniero agrónomo sostiene que la dificultad que tendrán las grandes viñas que se instalen en el futuro en la provincia y sus alrededores será la extensión, ya que es de esa manera que se logra extraer "la esencia de un lugar en específico. Cuando tienes grandes superficies la fruta no madura igual, no se comporta de la misma forma y al final mezclas fruta buena con mala", detalla Moreno.

El ingeniero agrónomo agrega que las tierras que buscan los viñateros en la zona son "suelos más pobres que tienen piedra pizarra de antiguas cajas de río o suelos de transición, pasando del trumao que es un suelo negro, al rojo que es el que vemos principalmente en la Cordillera de la Costa".

A diferencia de lo que pasa en Europa, en Chile no existe una regularización estricta en términos normativos, de volúmen, producción y denominación de origen sobre los vinos. Por otra parte, el valor de las tierras, aún cuando ha ido en aumento, siguen siendo más baratas que en la zona central y por supuesto el Viejo Continente, lo que en definitiva representa una oportunidad para quienes quieran experiementar con una pequeña viña.

Esa libertad, sumada al cambio climático que favorece el estrés de la fruta y su desarrollo como producto vitivinícola, hace pensar que cada vez con mayor frecuencia se verán vinos provenientes de la provincia de Osorno.

Jaime Santibáñez, ejecutivo de ventas de la distribuidora de Casa Silva, comenta que "este es un fenómeno que viene gestándose hace mucho tiempo. No antojadizamente los dueños de viñedos vieron el sur, sino que ya habían hecho los estudios de tierra para en algún minuto llegar a producir un vino que puede que al principio no haya sido lo que esperaban, pero la parra se ha ido aclimatando y cada año va mejorando, porque se está volviendo autóctona", cerró.

"El Sauvignon Blanc que sacan ahí (Futrono) versus el de Paredones, es totalmente distinto en el sentido organoléptico".

Lissette Jopia, sommelier viña Casa Silva"

"Yo recibí al gerente técnico de Migel Torres el año 2012, que vino a ver lo que estábamos haciendo en esta zona".

Rodrigo Moreno, ingeniero agrónomo"

3 mil botellas es lo que produce por cosecha la viña Casa Silva en el sector de Futrono, en lago Ranco, una de las viñas más australes del mundo.

2 premios recibió la pequeña viña de San Pablo, Ribera Pellín, gracias a su espumante Natural Brut y Chardonnay.

2012 año en el cual se registró una visita del equipo de la viña Miguel Torres para verificar en terreno el potencial de los viñedos en la zona.