"Terminé cansado del ambiente tóxico y de la envidia que existe en el boxeo"
El púgil osornino Ángelo Báez fue al inicio de la década una de las grandes promesas del boxeo no solo a nivel local sino también nacional. Gracias a su agilidad y fuerte pegada pocos contrincantes de la escena nacional querían enfrentarlo.
El ganador de una medalla de bronce en los Juegos Odesur del año 2010 en Medellín Colombia, peleó por última vez el 17 de diciembre del año pasado en la ciudad de Las Vegas (Estados Unidos), ocasión en la que perdió por nocaut ante el local Nathaniel Gallimore.
Colgar los guantes
Tras su retorno a Chile, el "Bombardero de Francke" que ostenta un envidiable registro de 15 peleas ganadas (11 por nocaut), un empate y una derrota, hace algunos meses decidió colgar los guantes, aunque no sabe si de manera temporal o definitiva.
Actualmente el deportista que en agosto de 2015 ganó el título de Chile en Súper Welter tras noquear a Juan Carlos Alderete en el gimnasio Español, cursa su segundo año de Ingeniería Automotriz en Inacap sede Osorno. En paralelo trabaja con su padre José Báez en su taller de diagnóstico automotriz ubicado en calle Guillermo Francke.
Báez, quien nunca ha tenido pelos en la lengua para decir lo que piensa, incluso apuntando en algún momento al propio Martín Vargas, de quien dijo que nunca fue un ejemplo debido a situaciones extradeportivas, se sinceró después de nueve meses de silencio. Manifestó su sentir por todo el ambiente que se vive en el boxeo local y a nivel nacional, dijo.
-Tras el combate en diciembre del año pasado en Las Vegas donde perdió por primera vez como profesional han habido varios meses de silencio. ¿Tiene pensado volver a combatir o se dedicará a otras actividades?
-Tras esa pelea continué entrenando, pero terminé cansado y desilusionado del boxeo en general, porque nunca sentí un verdadero apoyo. Todas las veladas que organizábamos las teníamos que solventar nosotros como familia y en este ambiente existe mucha envidia. Yo no estoy en contra de las críticas si son bien intencionadas y constructivas, pero acá la gente se dedicaba a tirarte para abajo y terminé aburrido.
-¿Por qué cree que el público se comportó así, pese las satisfacciones que le entregó a la ciudad en lo deportivo?
-La verdad es que no sé si era un tema personal, pero nosotros nos dedicamos a realizar combates internacionales de nivel y así y todo la gente criticaba. Además de eso no generábamos nada, sólo pérdidas porque las veladas no alcanzaban a pagarse solas. Veía a mis papás que estaban cansados y tampoco quería que pasaran malos ratos por estar apoyándome en mi carrera. Mi familia fue la que tuvo que sacrificarse y esa también fue una de las razones.
-¿Y la gente de la asociación local de boxeo y de la federación nacional lo apoyaron?
-Es que es todo desordenado y la verdad terminé cansado del ambiente tóxico y de la envidia que existe en el boxeo. Mi mamá sigue como dirigente de la Asociación en Osorno y me cuenta lo que va pasando, pero en realidad todo es un payaseo y quise salir de eso. En el caso de la Federación, yo envié una carta formal para poder disputarle el título de Chile en 76 kilos a Arnoldo Poblete, pero nunca me apoyaron y más encima él me estaba cobrando $2 millones por pelear. Después supe que lo desafió Julio Álamos, y como es de Santiago le cobró 700 lucas. Más encima sí apoyaron este combate.
-¿Pero sigue con su escuela de boxeo o también la cerró?
-Mi escuela la cerré y tampoco sé si va a ser temporal o no, porque tampoco me queda tiempo. A veces voy al gimnasio con los chicos a entrenar, pero más allá de eso no. Hace poco en una velada que organizó la Escuela del "Látigo" Uribe ayudé a un alumno en su combate y la gente me pifió, entonces ahí me di cuenta también que la decisión de salir fue bien tomada. Mi relación con otros púgiles tampoco es muy buena, ya que existe envidia. Los dirigentes en Osorno no ayudan a todos, sólo a algunos, pero en mi caso nunca sentí el apoyo a pesar de que hice una carrera correcta.
La familia
El joven está dedicado a trabajara en el taller con su padre y por las noches estudia en Inacap. A todo ello debe sumarle el hecho que formó su propia familia con su novia y tiene una hija de un año y cuatro meses Aylinne, por lo mismo dice que se siente bien con la vida que lleva alejada del boxeo, deporte que por el momento no desea retomar aunque tampoco descarta su retorno.
-¿Pero este año al menos es improbable que pueda volver a disputar algún combate?
-No tengo ganas y además no tengo tiempo para entrenar. Siempre en mi carrera entrenaba 4 ó 5 horas al día, pero ahora no tengo tiempo ni tampoco entrenador porque quise dejar de boxear. Pero como dije, no sé qué pasará a futuro, pero por el momento no está en mis planes volver a pelear.
-Sus padres, que siempre lo han apoyado en su carrera y decisiones, ¿qué dijeron frente a esta determinación?
-Ellos están tranquilos y me apoyan en todo porque saben que estoy enfocado ahora en mi familia, mi carrera y en mi trabajo. Ellos también sufrieron conmigo por todo lo que viví, por eso aceptaron mi determinación.
"Yo no estoy en contra de las críticas si son bien intencionadas y constructivas, pero acá la gente se dedicaba a tirarte para abajo"."