En una ciudad que lidera a nivel regional la cantidad de familias en campamentos, el pronto traslado de 79 familias osorninas que viven en esos asentamientos hacia sus viviendas definitivas, propias y dignas, constituye una gran noticia que además de cumplir el sueño que han abrigado por años, alimenta también las esperanzas de todos quienes todavía esperan una solución habitacional de este tipo que les permita construir su futuro sobre bases sólidas. El "cambio de casa", que beneficiará a residentes de los campamentos Caipulli, Ferroviario y Puerto Aravena, todos del sector de Ovejería Bajo, se producirá en septiembre próximo, y si se resuelven temas administrativos para la erradicación, es muy probable que puedan celebrar las Fiestas Patrias en sus nuevas viviendas, ubicadas en la villa Jardín del Alto, en la misma zona.

A ellos se les unirán familias que en su momento también estuvieron en los campamentos, pero que luego se trasladaron a otros lugares o bien esperan la concreción de su vivienda en el hogar de los parientes. Tal como los beneficiarios actuales de los campamentos, verán cumplido su sueño y estarán en condiciones de crecer en los más diversos aspectos, partiendo, por ejemplo, por acabar con la estigmatización que de manera tan injusta recae sobre quienes viven o han vivido en los asentamientos irregulares.

La entrega de los nuevos inmuebles, hay que decirlo, contribuirá a reducir el número de familias que se han visto obligadas a hacer su vida en los campamentos, pero está muy lejos aún de desplazar a Osorno de ser la ciudad de la Región de Los Lagos, con más familias en este tipo de lugares, superando incluso a Puerto Montt. La dificultad de hallar terrenos factibles para levantar viviendas sociales en Osorno, la migración campo-ciudad e incluso el activo mercado laboral presente en la ciudad -que fomenta el arribo de nuevos habitantes-, ha elevado la demanda habitacional, tensionando el acceso a una vivienda regular y obstaculizando la posibilidad de disminuir el número de familias que viven en los campamentos. La tarea por llevar justicia y dignidad a los asentamientos, por lo tanto, sigue vigente.

Aproleche Osorno, Acoleche, Agrollanquihue, Fedeleche y la mayoría de las asociaciones lecheras y agrícolas que representan a miles de productores en Chile, han dado la alarma alineadamente por meses en torno a las importaciones de lácteos al país. Una vez más, la unidad nos da la fuerza para trabajar, generando la presión necesaria y las estadísticas que permitan a las autoridades tomar las decisiones necesarias para defender a los pequeños productores.

Sin embargo, hoy necesitamos del apoyo de todos, ya que nadie sobra. Todos los gremios agrícolas deberían presentar una mirada común frente al tema de las importaciones, siendo claves tanto el apoyo de la ciudadanía, como también la unidad absoluta dentro del mundo gremial.

Para informar a la opinión pública, como Aproleche hemos abordado este tema constantemente en los medios de comunicación. Además, nos encontramos trabajando en una campaña comunicacional, con el fin de explicar el impacto que tiene en los pequeños productores las desmedidas importaciones de lácteos a nuestro país, que en los quesos alcanza a un 330%, y en la leche en polvo entera a un 370%, afectando directamente a los pequeños productores, quienes hoy están recibiendo un precio promedio de $170, dejando a muchos de ellos al borde de la quiebra.

Junto con lo anterior, están en curso estudios económicos encargados por los gremios lecheros a connotados economistas de alta reputación nacional, los cuales estarán disponibles al más breve plazo, con el fin de entregar cifras concretas, y así puedan ser aplicados los instrumentos y mecanismos de protección necesarios frente a las importaciones generadas al país. Las autoridades ya han manifestado abiertamente su preocupación en torno a este tema, y se encuentran a la espera de los antecedentes económicos que están siendo procesados.

Sin embargo, y como señalamos anteriormente, ante las actuales cifras de importaciones y el evidente impacto en el sector lechero nacional, necesitamos que todos los gremios agrícolas y lecheros que representen a grupos de productores, tanto regionales y nacionales, se refieran públicamente frente a este tema, ya que la unidad gremial hoy es más importante que las pequeñas diferencias del pasado. Invitamos tanto a los gremios lecheros como agrícolas a sumarse a la cruzada de salvar a los pequeños productores. El futuro de miles de familias está en juego.

Dieter Konow, presidente de Aproleche Osorno