Silvia y Antony relatan su historia de amor pese a la diferencia de edad
ROMANCE. El dominicano de 26 años vive hace un mes con Silvia Álvarez, de 50 años, y lo único que desea es tener su visa para trabajar y radicarse en la ciudad. Su caso es de interés televisivo.
Un poco melancólico estaba ayer Antony Lora, de 26 años, proveniente de República Dominicana, quien hace un mes llegó a Chile de manera ilegal, motivado por conocer a Silvia Álvarez, de 50 años, de quien confiesa se enamoró tras comenzar una amistad mediante Facebook.
Ayer el joven, quien fue detenido y formalizado por ingresar de forma ilegal al país, acudió al Departamento de Extranjería y Migración que funciona en el edificio de la Gobernación para saber cómo iba el proceso de tramitación de su visa, sin embargo, no tuvo buenas noticias.
"Yo quiero que me den la visa, la dejé en trámite en la embajada de Chile en mi país y se han demorado mucho. Yo no podía perder el vuelo, tenía que viajar y como ya saben me vine por amor. No puedo seguir así, sin trabajar", comentó el joven oriundo del paraje de Bávaro, en Verón, en la provincia La Altagracia de República Dominicana.
Su caso fue publicado por El Austral y al cierre de esta edición la noticia en el sitio de Facebook de este medio ya había superado las 24 mil visitas, con más de 1.500 comentarios.
Además, programas televisivos de Canal 13 y Chilevisión intentaban contactar ayer a la pareja de enamorados.
Sorprendido
El joven vive en la casa de Silvia, ubicada en calle Las Manzanillas de la villa Las Quilas, en Francke.
Para Antony, el tema de la edad no es un problema, ya que en su país es algo habitual.
"Me sorprendí hoy (ayer) al leer los comentarios que aparecieron en las redes sociales sobre nuestra relación. En República Dominicana es algo habitual ver parejas casadas y con distintos márgenes de edades, me llama la atención porque se cuestiona tanto acá", comenta el joven, en alusión a la diferencia de 26 años con Silvia.
Muchos vecinos del sector desconocían su historia y se mostraron sorprendidos, algunos destacaron lo jugado que fue el joven, mientras que otros no comprendían la diferencia de edad entre ambos.
Antony es el único hijo hombre en su familia, pero tiene tres hermanas más que lo apoyan en esta relación, pese a que dejó su hogar cuando tenía 17 años para comenzar a trabajar.
"Estuve como guardia de seguridad en una villa, de ahí me metí a trabajar en una fábrica de dulces o confites, como le llaman ustedes, y después me fui a un rancho de turismo. Y ahora estoy acá feliz", comenta Antony.
Sobre su relación amorosa, señala que todo va bien, incluso la familia de Silvia Álvarez le expresa su apoyo en este proceso sentimental que viven.
"El único problema como es que no puedo salir a trabajar, hay días que me aburro en la casa, porque ella (Silvia) tiene que trabajar y vuelve de noche. Yo no salgo mucho a la calle, porque como estoy sin mis papeles no quiero tener problemas con la policía y caer detenido otra vez. La vez pasada ella se puso muy triste cuando me detuvieron", dice Lora.
Comentó que tiene un ofrecimiento de trabajo en una distribuidora de gas, pero que no lo aceptó porque no quiere verse involucrado en problemas.
"Quiero estar bien en este país y no causar problemas, por eso no salgo y si lo hago voy a la PDI o a extranjería y regreso. No soy de rumbear, pero debo reconocer que estoy preocupado al no tener mis documentos. Quiero estar legal acá y compartir mi amor. Tengo miedo de que me digan que me van a sacar del país. Todo ello dependerá de lo que dictamine la justicia o el señor intendente", expresa el joven.
Mientras da la entrevista, el gato de la casa llamado "Baltasar" se pasea inquieto por el inmueble y advierte la presencia de otro felino. Eso da pie para que Antony señale que los animales son parte de su entretención cuando está solo.
"Los gatos me acompañan cuando Silvia está trabajando o simplemente miro la televisión, los canales de noticias, me gusta informarme y saber lo que pasa en este país. Además, me entretengo cocinando comida dominicana", agrega.
Un mes de puro amor
El celular de Silvia Álvarez sonó ayer más de lo habitual, donde muchas de las llamadas eran para felicitarla y otras para molestarla.
"Es algo que tomo con humor, hubo quienes no me creían, pero ahí está la prueba de este amor que nació por Facebook. Ha sido un mes muy bueno, conversar las cosas, lo lamentable es que no puede trabajar. Yo salgo a laborar a las seis y media de la mañana y regreso en la noche. Y sé que Antony se aburre solo", sostiene Silvia desde su lugar de trabajo, donde se desempeña como guardia de seguridad.
La franckina está terminando su cuarto medio y quiere seguir una carrera universitaria. Está consciente que su relación puede causar diversas reacciones.
"Estamos tranquilos, porque es nuestra relación. Mis hijos lo han aceptado y me están apoyando, yo estoy tranquila con él. Los chicos (sus hijos) me dicen que disfrute y que viva lo que tenga que vivir. En cuanto a la alimentación, yo cocino, aunque Antony sabe que si quiere comer algo de su país, debe prepararlo".
Silvia reconoce que ha debido soportar además las bromas de sus compañeras de curso. "Ellas siempre preguntan por el tema sexual y yo me rió no más, solo les puedo decir que soy feliz con él. En diciembre estamos pensando ir de viaje, pero todo dependerá de los temas judiciales y si logra obtener su visa para quedarse en el país", indicó la osornina, quien dijo estar enamorada.