Huelga en Minera Escondida se intensifica al cumplir un mes en paro
HUELGA. Los trabajadores bloquearon el acceso al puerto desde donde se embarca el material, mientras la compañía prepara nuevas medidas frente al conflicto, entre las que figura el reemplazo de trabajadores y el recorte de sueldos.
Con el diálogo congelado entre la empresa y los trabajadores, la movilización de Minera Escondida cumplió ayer un mes, día en que bloquearon los accesos al puerto donde se realizan los embarques de cobre. Desde la jornada 30, la ley permite la negociación individual entre los funcionarios y la compañía. Esta última anunció una nueva propuesta, aunque sin explicarla públicamente. Esta situación se da en forma paralela al campamento a la entrada de la operación, donde cientos de hombres han bloqueado el acceso a los contratistas.
"Ya no sólo luchamos por los 2.500 trabajadores, aquí estamos defendiendo el futuro minero de nuestro país y estamos creando un precedente para todos los trabajadores de Chile", afirmó el dirigente del Sindicato Nº 1, Jaime Enrique Thenoux.
Realidad minera
Durante el mes de paralización, Escondida ha dejado de producir entre 95 mil y 100 mil toneladas de cobre, lo que supone una pérdida económica cercana a los US$ 500 millones, según el sindicato.
La huelga también ha provocado un descenso del 12% en la producción de febrero y, según las estimaciones del Banco Central, podría acarrear una caída de la actividad económica en torno al 1,1% en el segundo mes del año.
Reemplazos
Ayer se cumplieron 30 días de huelga, cumpliéndose el límite autoimpuesto por la empresa para detener su producción, por lo que ahora Minera Escondida queda facultada para empezar a reemplazar a los trabajadores en huelga, "siempre y cuando se cuente con las medidas de seguridad necesarias", dijo el vicepresidente de asuntos corporativos, Patricio Vilaplana.
Sobre una nueva instancia de diálogo, el representante de la firma dijo que se está preparando una nueva oferta para reanudar la negociación, la cual incluiría mejoras en áreas definidas como esenciales por el sindicato, entre las que figuran condiciones contractuales.
"Hay nuevas propuestas, nuevos ajustes, cosas que nos pueden acercar. Pero eso no significa que vamos a dejar nuestras billeteras bien abiertas", sostuvo Vilaplana.
El sindicato afirmó que sólo volverá a la mesa de negociaciones si la administración no recorta beneficios actuales o aumenta las horas de trabajo, y si no diferencia entre trabajadores antiguos y nuevos.
Puerto en toma
Según el directivo, una de las prioridades es retomar las labores de la planta desalinizadora situada en Puerto Coloso, a 10 kilómetros de Antofagasta.
Este viernes, los accesos al puerto donde se embarca el concentrado de cobre de Escondida fueron custodiados por un grupo de 80 hombres que acamparon junto a la carretera, al tiempo que las puertas fueron bloqueadas por neumáticos y vallas a modo de barricadas.
Desde el lugar, afirmaron que no permitirían el ingreso a ningún contratista, "esto es hasta vencer o morir, ese es nuestro lema".
"Aquí estamos escribiendo la historia de los obreros de Chile. ¿Con qué cara miraremos a nuestros hijos si aceptamos que nos quiten nuestros derechos? No. De aquí no nos movemos", aseguró el sindicalista Jaime Enrique Thenoux.
A esta movilización de la cuprera se suman la de sus pares en el yacimiento de Grasberg, Indonesia; y Cerro Verde, en Perú, lo que ha elevado el precio del mineral en las últimas semanas.
Tres yacimientos movilizados
A la huelga de los trabajadores de la cuprífera chilena se suman la de sus pares en Indonesia y Perú, teniendo como común denominador el incremento de los beneficios y la mejora de las condiciones laborales. El primer yacimiento en movilizarse fue Gosberg, en Indonesia, a mediados de enero. Esta minera es la segunda más grande a nivel mundial y hace poco más de una semana su operadora, Freeport, anunció una reducción de las extracciones desde 140 mil toneladas diarias de metal rojo durante 2017, a 95 mil. En tanto, la peruana Cerro Verde anunció ayer el comienzo de una paralización indefinida a causa del aumento de la producción, que el año pasado bordeó las 500 mil toneladas (en 2015 fue de 256 mil) sin representar un cambio en los sueldos.