Productores de leche y carne viven momentos de tranquilidad gracias a las lluvias veraniegas
SEQUÍA. Las precipitaciones que cayeron la segunda quincena de diciembre y la primera de enero y que totalizaron 106,7 milímetros, causaron alivio entre los ganaderos y lecheros que dependen de las praderas para alimentar sus rebaños.
Un positivo balance de las lluvias que cayeron en la provincia durante la presente temporada de verano hacen los agricultores, quienes han debido soportar complejas condiciones climáticas durante los últimos años, que han sido especialmente secos y han impactado negativamente en las praderas y cultivos tradicionales; lo que sumado a factores de mercado, como el bajo precio pagado por la industria a los productores lecheros, redundó en una notoria baja en la masa ganadera y en algunos casos en números rojos.
Afortunadamente los últimos dos meses han sido distintos a los vividos en las últimas temporadas. Las fuertes lluvias caídas durante la segunda quincena de diciembre y los primeros 15 días de enero lograron acumular 106,7 milímetros (mm) de agua en la provincia de Osorno, un panorama muy diferente al mismo período del año 2016, cuando cayeron apenas 23,4 milímetros de agua.
En tanto, durante este mes han caído 6,8 milímetros de agua en la provincia, según la Dirección Meteorológica de Chile.
Ganaderos
Luis Amthauer, productor lechero con predios en sectores de Hueyusca y San Pablo, comenta que "en el caso nuestro somos casi cien por ciento ganaderos lecheros y por eso la lluvia fue muy bien recibida. Ahora no tenemos problemas de forraje ni nada. Fue como ningún año, con buena producción de pasto. Ahora este mes nos ha dejado cosechar en buenas condiciones el heno, los silos se han hecho bien y todavía el pasto y las praderas se mantienen con gran cantidad de hojas verdes en crecimiento. Por ese lado estamos muy contentos".
Similar opinión manifiesta el agricultor lechero, Andrés Follert, cuyo predio se ubica en la comuna de Purranque, para quien las precipitaciones caídas durante la temporada han sido "muy buenas, porque como estamos en zona seca derivó en un aumento del forraje. Por estos lados la falta de agua que era normal en enero, las aguas de los pozos y esteros que se secaban, todo se atrasó este año. Depende de lo que se produzca. Si es trigo, granos y forraje. Yo creo que a los trigueros en general les fue más perjudicial. Pero para forraje fue realmente bueno".
En tanto, Augusto Willer, productor lechero de Pelleco, comparte la percepción de que "las lluvias fueron importantes, no fueron cantidades menores. Eso se tradujo en bastante mayor crecimiento en las praderas que años anteriores. Los últimos días hemos tenido un poco de temperaturas excesivas, pero es lo que ocurre todos los años. Vamos a ver cómo se comporta más adelante, pero es un año normal. Y como en este momento la mayoría de los ganaderos está con menos animales, entonces está sobrando pasto".
El meteorólogo de El Tepual en Puerto Montt, Boris Salinas, detalló que "durante enero cayeron 62,3 mm en Osorno. Los últimos diez días de diciembre cayeron 44,4 mm. A la fecha tenemos más de 100 milímetros de agua caída en la temporada de verano. El normal climatológico de enero está entre 39,8 milímetros y 53,2 milímetros. O sea, podríamos decir que lo que llovió en enero está apenas un poco por sobre lo considerado normal para el mes. Por lo tanto, es un mes ligeramente más húmedo".
Granos
Un caso típico es el de los productores granos, que podrían resultar perjudicados en caso de las que las lluvias continúen en lo que resta de temporada, toda vez que se acercan las fechas de cosecha de trigo, avena, cebada y maíz.
El agricultor y distribuidor de granos de la zona, Rodrigo Sáez, comenta que "aparentemente" el trigo no ha resultado dañado con la humedad presente en el ambiente ni con la lluvia caída.
"El trigo diría que no tuvo gran impacto, salvo algunas variedades específicas y en lugares determinados en cuanto a los 'falling numbers' -que es un método de medición del grado de nacimiento del trigo- en algunas variedades y algunos sectores. No se comportó igual en todos lados. En algunos lugares se comportó bien y en otros mal. Fue un fenómeno bien raro, porque en algunas áreas, dentro de un mismo campo, la variedad se comportó de distinta manera. En teoría, se supone que fue el exceso de agua. Pero, en general, los trigos están con muy buen rendimiento y buenos glútenes", comentó Sáez.
El transador de granos señaló que un caso distinto es el de la avena, una especie que se vio afectada por la mayor humedad que redundó en que una gran cantidad de dicho alimento que estaba destinado al mercado extranjero.
"Ttuvo un impacto fuerte la avena, se mancharon. Eso significa que les apareció un hongo que hace que la avena se ponga oscura y que no sea apta para el consumo humano, no por toxicidad, sino por aspecto, porque esa avena se usa para quaker. Sí hubo un impacto negativo. Esa avena era para exportación, porque el 90% de la avena que se siembra acá en la zona se exporta. Ahí hubo ese impacto negativo. Hay una empresa de Temuco que la está comprando, pero ya no es una avena exportable. No sé cuál será el destino de esa avena, pero no es de calidad", dijo Sáez.
El agricultor agregó que en el caso de la cebada "no pasó nada tampoco", porque acá también se siembra cebada maltera y mucha cebada forrajera para los animales.
"En eso no tuvo ningún efecto negativo. Para el maíz las lluvias fueron tremendamente beneficiosas, porque el maíz requiere bastante agua. Aunque el maíz que se produce acá no es para grano, sino que para silo", aseguró.
Proyecciones
Pese a los más de cien milímetros de agua caída acumulada, aún es muy poco el volumen como para impactar positivamente en la recuperación de napas subterráneas, aunque sí para los esteros que atraviesan las zonas agrícolas y pozos noria.
"En pozos profundos y napas subterráneas no tiene ningún efecto, pero en los pozos noria y esteros sí se apreció un cambio. Más abajo no logra infiltrar el agua. En general se abastecen de deshielos", detalló el agricultor Andrés Follert.
En el campo hacen una positiva comparación con respecto a la difícil situación que se vivió el verano pasado.
"El año pasado fue muy crítico. Tuvimos muy poca lluvia en los meses de noviembre y diciembre. El verano fue uno de los más secos que yo he visto en la historia. Nada que ver el año pasado con este año. Aunque ya no llueva, con lo que tenemos es suficiente y no creo que se sequen las praderas. Además, en febrero ya son otras condiciones. Hay más humedad, no tanta sequedad. Hay rocío, neblina y las praderas van teniendo la suficiente cantidad de agua para seguir creciendo", plantea Luis Amthauer.
Augusto Willer, a su vez, comenta que "los años pasado y antepasado fueron muy complicados. Redundó en que buena parte de los agricultores reduzcan la masa ganadera porque hubo menos forraje. Eso, asociado al bajo precio de la leche, no justificaba bajo ningún punto de vista comprar alimento. Cuando falta comida hay dos alternativas: o compras comida o reduces la masa ganadera, que fue lo que hice".
Según Rodrigo Sáez, en el caso de la producción de granos "esas lluvias fuertes que hubo no eran necesarias, porque en el caso de los trigos ya estaban con los granos llenos y fue una lluvia que aún no se puede cuantificar en este aspecto. Si llovió o si no hubiera llovido para el caso del trigo daba lo mismo. Fue una lluvia que estuvo de más en el sentido de que la avena fue la más afectada. El problema del trigo con estos excesos de lluvia es el llamado nacimiento, que puede ocurrir si es que vienen las lluvias anunciadas a futuro. Eso significa que el grano germina en la misma planta".
Para lo que resta del verano, según el meteorólogo Boris Salinas "la proyección dice que la anomalía de la temperatura del mar llegó a -0,67 grados. Eso indica que deberíamos estar en una fase más fría y, por lo tanto, habría un fortalecimiento del anticiclón. Por lo tanto, eso indicaría una fase más seca".
El profesional agrega que estamos en una condición seca. Las precipitaciones en el área de Osorno debieran ser en torno a lo normal, igual que las máximas y las mínimas. No debieran causar grandes estragos las eventuales lluvias.
"Estamos hablando que la proyección dice que en los tres meses de verano deberían caer entre 108 y 173 milímetros. Pero si la temperatura del mar varía incluso una décima de grado, modifica la proyección final enormemente", dijo.
"Fue como ningún año, con buena producción de pasto. Este mes nos ha dejado cosechar en buenas condiciones el heno".
Luis Amthauer, Productor de leche y carne"
"El trigo diría que no tuvo gran impacto, salvo algunas variedades (...). Sí tuvo un impacto fuerte la avena, que se manchó".
Rodrigo Rosas, Corredor de granos"