Alexander Hopkinson

Los años no pasan por la playa de Tril Tril. No hay luz, no hay electricidad ni internet, no hay señal de celular, tampoco red de alcantarillado o de agua potable. Pero ese es justamente el encanto que tiene esta localidad ubicada en el ala sur de Maicolpué, en la comuna de San Juan de la Costa, a unos 68 kilómetros del centro de Osorno, en medio del bosque nativo de la Cordillera de la Costa, que mezcla el silencio con la tranquilidad del río y la furia del mar.

Pero esa negación al tiempo y más bien al "progreso" urbano no es por azar, ha sido una firme decisión de la comunidad huilliche Maicolpi, dueña de los terrenos, que ha querido mantener este paradisíaco lugar lo más parecido a como lo heredaron de sus ancestros hace varias décadas atrás. No obstante, algunos propietarios indígenas han vendido lento, pero progresivamente algunos espacios para que compatriotas y, sobre todo vecinos argentinos, construyan casas de veraneo en los faldeos de los cerros y laderas rodeadas de una tupida vegetación nativa, aves y una privilegiada visión al basto océano y sus roqueríos.

Cecilia Martínez, técnico pecuario del Servicio Agrícola y Ganadero (Sag) de Valdivia, viene desde hace más de 30 años a veranear donde su hermano Juan Pablo, quien construyó una casa justo al lado del cauce de vertientes que le da nombre a esta localidad, cuyo significado proviene de la palabra huilliche "tril", que quiere decir desnudo.

Cuando El Austral, llegó a conocer el lugar, Cecilia se encontraba en la orilla del mar con parte de su familia.

"Esto no ha cambiado mucho, en cuanto a las casas sí, pero el paisaje sigue siendo el mismo", comentó, agregando que "se han tratado de hacer varias cosas acá y los huilliches no dejan. La misma luz llega hasta ahí no más (apunta a un poste visible), pero no la dejan pasar y sería importante para conservar los alimentos", reclama Martínez, junto con reconocer que eso también tiene sus ventajas.

"la tv nos mata"

"Siento que mis sobrinos e hijas han valorado esto, porque no traen la televisión, el xbox, sino que se comparte en familia. Aquí jugamos, se hace deporte, caminatas a Huellelhue y de noche se comparte con la bohemia de las cartas", dijo Martínez.

En ese sentido, su cuñado, Patricio Celedón, odontólogo jubilado con 40 años en el Servicio de Salud de Santiago, expresó que "realmente no vemos tele, eso nos mata. A pesar de que todos siguen sus series y todo eso, al segundo día se te olvida, porque este es otro mundo, otro aire. La casa de Pablo es como una oficina de guía del sector".

Asimismo, Patricio dijo que "lo que más se disfruta aquí es el ambiente de la juventud. Hacemos grupos en la noche. Aprovechamos la playa en la mañana y al atardecer nos juntamos varios donde jugamos a las cartas, nos entretenemos, reímos y conversamos de todo lo que hace uno. Los jóvenes conversan de sus estudios, nosotros de la vida, de nuestros hijos y así se arman unas tertulias muy lindas. Acá el paisaje es bello y no hay delincuencia, eso todavía no llega aquí".

Ladera argentina

María José Espínola y Brenda Zaehnsdorf son amigas de Quilmes, en Buenos Aires, y llegaron a Tril Tril para hacer camping y conocer la costa del sur de Chile gracias al dato que les dio un amigo que vive en Bariloche, ya que este pequeño poblado de San Juan de la Costa ha sido uno de los destinos favoritos de los trasandinos, que en estos momentos son mayoría en la ladera sur de la playa durante el verano.

"Yo estudio alemán en Buenos Aires y ahora estamos en Tril Tril, que me parece un lugar increíble porque tiene montañas y mar. Nosotros allá en la costa atlántica tenemos sólo mar y campo. Acá tienen todo y no conocía el Pacífico, que está muy lindo", dice María José, asombrada por la calma y soledad del sector.

Su amiga Brenda Zaehnsdorf, tatuadora, también estaba contenta de haber descubierto este lugar y aprovechó de dejar un recado a los chilenos que no cuidan el medio ambiente.

"El agua es azulita, no hay nadie y está limpia, porque los chilenos son bastante sucios en las playas, dejan mucha basura y aquí está limpio justamente porque no hay gente y es hermoso. Nosotros conocemos el otro mar en nuestro país y me parecen hermosas las rocas, todo", afirmó Brenda, añadiendo que "vamos a acampar, no hay ninguna nube así que seguro el cielo estará hermoso y nos vamos a quedar tres días, porque queremos ir a un recital en Valdivia".

La gente no conoce

Otros pasajeros que se encontraban de paseo eran Blas Cárdenas y su señora Maritza Silva, de Osorno, quienes suelen caminar y relajarse en el lugar.

"Vinimos con mi marido, mis hijos y mi compadre a caminar y a recorrer, porque es más solitario, más tranquilo. Hemos venido en otras oportunidades y creo que no es tan visitado, porque es complicada la llegada y la gente de repente no sabe que para acá existe este lugar", dice Maritza, secretaria de la Municipalidad de Osorno.

Blas Cárdenas, carpintero independiente, complementa diciendo que "este lugar está bien así. Lo único que podría ser mejor es el acceso, que es lo más complicado, pero es bueno (en el sentido) de que no hay tanto bullicio ni tanta gente que venga con maquinaria. Me gustaría que se conserve así tranquilito, que la gente conozca y disfrute la tranquilidad de aquí frente al mar. Yo vengo a descansar y a relajarme. Los animales pueden correr, no se sienten vehículos y no hay bulla como en Osorno o en otras ciudades. Nosotros venimos hace una semana, visitamos todas las playas de la costa y estamos alojados en Maicolpué-Río Sur, en una cabaña", concluyó.

Esta playa no es apta para el baño y efectivamente resulta ser bastante peligrosa para los temerarios bañistas, debido a las corrientes que se forman por su apertura o extensión de cara al Pacífico y una profundidad que se percibe desde la orilla. Ello, sin embargo, no es impedimento para la pesca desde la orilla.

Por otra parte, el río es limpio y por tanto una excelente alternativa para el baño de niños y adultos. Además, los pozones que se esconden río arriba proveen del vital elemento a las casas mediante mangueras que llegan hasta los distintos estanques instalados por la comunidad, indicador inequívoco de la limpieza de la misma.

Tal como lo describían Maritza y su marido, el acceso no es de los mejores, aunque comparado con Caleta Manzano y Puerto Fonck, realmente no es tan complicado.

De hecho, cuando el equipo de este medio se dirigía al lugar pudo constatar en terreno que se están realizando trabajos para continuar las huellas de cemento por el paso de ripio hasta las cabañas que están al límite de Maicolpué con Tril Tril.

Servicios cercanos

Como en Tri Tril no hay cabañas ni servicios básicos, es importante comprar con anticipación las bebidas y el cocaví, ya que no hay comercio ni restaurantes en esta zona.

También es importante recordar que desde Osorno no hay bencineras, por lo que se recomienda planificar el viaje con anticipación para evitar malos ratos.

En cuanto al alojamiento, una de las alternativas para los veraneantes que buscan mayor comodidad, es pernoctar en alguna de las cabañas que están en Río Sur de camino a la playa. Una de ellas es el lodge Altos de Pichi Mallay, de la familia de Alonso Inostroza, encargado de turismo de San Juan de la Costa.

"Es como una hostal que le dimos todo el concepto de 'bed&breakfast', más internacional, para un cierto público. Los espacios son compartidos, puedes ocupar la cocina, tenemos miradores, senderos, terraza y estamos enfocados en un público que anda buscando algo más tranquilo. No estamos al lado de la playa, pero hay acceso para llegar. Es un lugar para ver el amanecer, para descansar, para leer o estar en familia y relajarse", cuenta Inostroza, añadiendo que el valor noche por persona es de $20 mil.

Además, gracias a la cercanía de esta playa con el resto del circuito costero, se pueden buscar otras alternativas para pernoctar y hacer trekking.

"Se arman unas tertulias muy lindas. Acá el paisaje es bello y no hay delincuencia, eso todavía no llega aquí".

Patricio Celedón, Odontólogo jubilado"

"Los chilenos son bastante sucios en las playas, dejan mucha basura. Aquí está limpio porque justamente no hay gente".

Brenda Zaehnsdorf, Tatuadora argentina"