Caleta Manzano: la belleza rústica escondida en la cordillera costera
SAN JUAN DE LA COSTA. La riqueza natural de este territorio indígena, ubicado a 75 kilómetros de Osorno, sorprende a los visitantes por la pureza y tranquilidad del paisaje. Sus habitantes se dedican a la venta de mariscos y de algas, aunque también ofrecen algunos servicios a los turistas que llegan al lugar.
"Este es un lugar fantástico para venir a pasear. La distancia que tenemos de acá con Osorno es de 75 kilómetros aproximadamente. No tenemos acceso por vehículo ahora, pero uno demora 15 minutos en bajar caminando a la playa", cuenta Mateo Villar, pescador y funcionario municipal radicado en la Caleta Manzano hace 48 años, los mismos que tiene de vida.
El territorio de la comuna de San Juan de la Costa pertenece a la comunidad huilliche Choroy-Traiguén, compuesta por 25 familias que por ahora poseen título de domino comunitario mientras se definen los títulos individuales definitivos que les entregará la Conadi.
Es a raíz de este tipo de antecedentes que este lugar ha permanecido prácticamente sin intervención urbana durante toda su historia.
Aquí, la diversidad de peces, moluscos, algas, aves, árboles nativos y mamíferos como zorros e incluso pumas, se conjugan con la belleza del río Quihue, un cause de origen pluvial que nace de las vertientes de la Cordillera de la Costa para desembocar prístino justo en Caleta Manzano.
Sin embargo, la rusticidad tiene sus desventajas, como por ejemplo el mal estado del acceso a la playa y la falta de servicios básicos, como los baños.
Carmen Vásquez, docente de Bariloche, en Argentina, quien junto a su pareja llegó desde la ciudad vecina a Manzano, comentó que "de este lugar nos enteramos cuando paramos en Pucatrihue una noche. Fuimos a comprar a un mercado y la señora del local nos habló de esta caleta. Nos dijo que no podíamos irnos sin conocer acá, pero creía que no íbamos a llegar en el auto".
El consejo de la mujer que les recomendó la caleta fue muy pertinente, ya que sólo algunos vehículos con doble tracción pueden transitar por este camino, que tal como contaba Mateo Villar, demora más o menos 15 minutos bajar a pie.
Sin embargo, esto podría depender de la óptica del turista, ya que muchos visitantes, sobre todo extranjeros, aprovechan este tipo de senderos para hacer trekking.
Para llegar
Para acceder en vehículo desde Osorno, lo primero que hay que hacer es llenar el estanque de combustible porque en todo el trayecto no hay ninguna bencinera.
Se debe tomar la Ruta U-400 en dirección a Bahía Mansa. Son 62 kilómetros de verde paisaje y un copioso bosque nativo, que por las curvas puede ser un poco incómodo para quienes se marean.
La entrada a Pucatrihue está marcada por un cruce donde se observa un hermoso monumento de madera en honor a un lonco huilliche. En esa bifurcación hay que virar a mano derecha (ruta U-300).
Siguiendo por la costa de Pucatrihue hasta cruzar el río Choroy-Traiguén, aparece un puente mecano que al terminar marca el fin del pavimento y el inicio del camino de ripio. Desde allí son aproximadamente 10 kilómetros rumbo norte para llegar a Caleta Manzano, donde finaliza el camino.
Para los que no tienen auto, la alternativa es tomar un microbús de la empresa Mutrico desde el terminal de Rahue bajo, Osorno, los lunes o viernes a las 16 horas. El bus sale los mismos días desde allá, pero a las 7 de la mañana. En ese lugar se puede observar un mirador y una ex escuela básica de color amarillo en desuso por falta de alumnos.
Fabián Ojeda, técnico en Telecomunicaciones, quien acampaba en la playa junto a tres amigos de Osorno, señaló que "llegamos el martes en la tarde, después de caminar como tres horas de Pucatrihue para acá. Nos vamos el viernes. Es un lugar muy tranquilo, pero me decían mis amigos que antes no estaban los cercos y uno podía pasar sin problema a los todos los puntos, ahora lo sitiaron mucho. Entonces, como no hay mucha sombra la única opción es pasar las cercas. Acá está limpio y la basura que trajimos nos la llevamos en una bolsa, lo único que falta es un espacio higiénico, porque el camino está bueno y bajar del colegio para acá no es tanto".
Servicios
En ese mismo lugar, a mano izquierda, justo frente a la ex escuela, por el callejón que da inicio al empinado sendero, hay un pequeño restaurante donde se ofrece comida típica más el menú del día. Sin embargo, abre sólo los fines de semana, aumentando su periodicidad en febrero con el arribo de la mayoría de los turistas.
Llegando a la playa está Candelario Ancapán, pescador de 76 años que ha vivido siempre en esta zona, heredando los terrenos de su padre.
Él junto a su familia, incluido los nietos, se han dedicado estos últimos años a trabajar y fomentar el turismo.
Por eso durante febrero y los fines de semana de este mes, ofrecen paseos a caballo y en kayak por el río y mar a 2 mil y 4 mil pesos la media hora, respectivamente.
"Si quieren salir al mar, se le cobra un poco más, pero vale la pena, porque es una experiencia totalmente diferente deslizarte por una ola en un kayak. La verdad es indescriptible la sensación", afirma.
También se pueden hacer recorridos a la ladera norte, donde hay otros miradores.
Por otra parte, la esposa de candelario, Mercedes, tiene un pequeño quiosco donde vende empanadas, milcaos, tortillas, agua caliente, té y café. Además, la familia piensa abrir pronto una cabaña para arrendar a $30 mil la noche en la ribera del río Quihue.
Lo que urge, sin embargo, tal como lo expresan los veraneantes, es la instalación de baños, algo a lo que ya se comprometió el alcalde de San Juan de la Costa, Bernardo Candia, quien además afirmó que volverá a rellenar el camino hacia la playa durante el mes de febrero.
"Los baños dependen de los recursos y de lo que cobre Disal, pero está el compromiso de instalarlos la primera semana de febrero. Sobre el camino estamos esperando que la máquina se desocupe para iniciar el relleno con la motoniveladora que ahora está trabajando en Kulmapu", explicó el alcalde junto con señalar que cada año se trabaja en mejorar la vía, pero debido a las lluvias ésta vuelve a exhibir sus grietas. Además, los terrenos pertenecen a la comunidad indígena, por lo que el municipio no tiene plena injerencia.
Cambios del paisaje
"Antes del '60 esto era rodeado de árboles en la playa y habían chupones en las orillas, pero el terremoto (de Valdivia) barrió con todo. Incluso, esas piedras altas que están ahí (apunta unas rocas en el pasto) las pasó a dejar el agua. Nosotros teníamos casa acá en la playa, pero salimos porque mi papá hizo una en el cerro. Ahí estábamos cuando pasó esto. El agua avanzó 5 kilómetros río arriba", cuenta Candelario Ancapán, quien ha vivido todos sus años junto a este paisaje que se ha visto dos veces alterado por acción de la naturaleza.
La otra fue 20 años después, cuando una avalancha bloqueó temporalmente el río, llenándolo de rocas por los costados. Hoy Ancapán está ansioso por tener su título de dominio para potenciar aún más el lugar.
"Fuimos a comprar al mercado de Pucatrihue y la señora nos habló de este lugar. Dijo que no podíamos irnos sin conocerlo".
Camila Vásquez, Docente de Bariloche"
"Los baños dependen de lo que cobre Disal, pero está el compromiso de instalarlos la primera semana de febrero".
Bernardo Candia, Alcalde de San Juan de la Costa"