Es probable que uno de los cambios más visibles del cambio climático en la provincia de Osorno sea el nuevo escenario en que tienen que desenvolverse los agricultores para acceder al agua en sus más diversos procesos productivos. Si hasta hace algún tiempo esta agua caía de manera generosa del cielo prácticamente todo el año -lo que les permitía regar sin las restricciones a las que están habituados en las zonas norte y central del país-, hoy por hoy esa realidad ha mutado rápidamente hacia un complejo déficit hídrico que está obligando al propio mundo agrícola y al Estado a comenzar a diseñar estrategias que se hagan cargo de este nuevo panorama: el de considerar al agua ahora como un bien escaso.
Además de las adecuaciones que se están realizando desde el ámbito netamente productivo, como propiciar la introducción de nuevos cultivos o forrajes más resistentes al estrés hídrico, se están desarrollando las acciones para implementar el primer Plan de Riego en la Región de Los Lagos, una iniciativa que décadas atrás, cuando las precipitaciones eran regulares y pródigas en esta zona, habría aparecido como casi innecesaria. La variable del agua escasa en el sur del país ha obligado a repensar los mecanismos de riego, entre los que asoma como eje fundamental la capacidad de acopiar el recurso hídrico que cae desde el cielo, esto es, un embalse tal y como los que llevan años construyéndose en el centro del país.
Aunque el plan de riego considera otras medidas interesantes, por ejemplo, relativas a los derechos de agua y a las napas subterráneas, no hay dudas acerca del fuerte impacto que tendría para el mundo agrícola la construcción de un embalse (son cuatro en la Región) que permita acumular el líquido en la época lluviosa y luego su canalización y distribución cuando se le necesite. Los primeros antecedentes indican que el lugar escogido para el tranque en la provincia sería Purranque, lo que obligará, además, a un real y efectivo proceso de socialización con la comunidad, con el fin de evitar contratiempos futuros. En esta materia se debe avanzar con celeridad, pues la sequía claramente ya es un fenómeno permanente.