Derecho a la vivienda digna
"Necesitamos cambios concretos, es necesario que exista un control de la especulación del mercado de suelos"
Como fundación llevamos casi 20 años trabajando con las familias más excluidas en Chile; hemos sido testigos de cómo las más de 38 mil familias que viven en campamentos han visto vulnerados sus derechos fundamentales y sociales sistemáticamente; hemos visto cómo se justifica y normaliza la violencia que significa vivir en pobreza. Frente a esta situación, también hemos sido testigos de que a través de la organización de los vecinos, mediante el trabajo colaborativo entre comunidades y distintas organizaciones, es posible construir soluciones dignas.
Es cierto que el Estado ha avanzado en la materia, pero no es suficiente, son miles las familias que siguen viviendo en una situación precaria. Nuestro país presenta un déficit habitacional de cerca de 391 mil unidades; esto afecta a personas concretas, a familias que sufren a diario la segregación, la violencia que significa vivir en campamentos o en situación de allegados, donde el lugar que habitas no te pertenece.
Para poder avanzar en la materia necesitamos cambios concretos, es necesario que exista un control de la especulación del mercado de suelos: la compra a bajo costo y la venta con grandes rentabilidades se ha consolidado como una práctica frecuente en el mercado de suelos. Es imprescindible que el Estado norme y regule la ganancia sin producción ejercida por quienes usufructúan del suelo y que ha generado que las viviendas sociales muchas veces estén mal localizadas, afectando una vez más la vida de familias que intentan salir de la línea de la pobreza, truncando sus sueños.
Como fundación proponemos, por ejemplo, la creación de un Banco de Suelos, para que de esta manera evitemos que las familias queden marginadas al borde de la ciudad, porque esto sucede cuando un derecho social, como la vivienda digna, se transa en el mercado; al final son los grandes capitales quienes tienen acceso al bien más preciado. Esto pasa con salud, educación y también vivienda. Si los suelos se negocian, son los pobres quienes quedan en la periferia, por lo que es necesario que el Estado administre un banco de suelos para, en caso de ser necesario, proveerlos para la construcción de viviendas sociales.
Los desafíos son muchos, nosotros seguiremos trabajando sin descanso por las familias de campamentos, aportando a su organización y desarrollo, hasta lograr un país justo y sin pobreza.
Giovanna Moreira Almonacid, directora regional de Techo-Chile