Trump y Ley del Mono
En Chile existe una acertada Ley del Mono que permite corregir situaciones vulnerables en construcciones efectuadas sin permiso oficial. Trump podría solucionar el problema de los indocumentados que tanto le preocupa mediante un mecanismo similar: "Monky Law", en vez de estar amenazando con expulsarlos del país y además proyectando una larga y onerosa muralla en el límite con México para suspender su ingreso ilegal.
Es mejor buscar una manera de mantenerlos sin echarlos y mejorar el control administrativo de ingreso al país. Muchos indocumentados han logrado insertarse por años en Estados Unidos creando familias y educándose gracias a las facilidades sin discriminar propias de ese país -pagando los impuestos exigidos-, por lo cual merecen un trato civilizado que los proteja.
Si los indocumentados existen es porque el país descuidó su ingreso y toleró por años su existencia, y el echarlos ahora con sus familias sería una actitud inhumana, muy poco inteligente y democrática.
David Benavente
Sueldo de Donald Trump
Siempre, como en todas las circunstancias de la vida, hay que mirar el vaso medio lleno. Sucede que el futuro Presidente de Estados Unidos va a renunciar a su sueldo mensual de 400.000 mil dólares y acogerse a la ley que le obliga a percibir un dólar, ejemplo a seguir para muchos de nuestros políticos.
Hay algunos que son grandes empresarios y siguen recibiendo platas del Estado.
Walter Carmona Cheuquian
Trump y conservadores
La subida al poder en Estados Unidos de un millonario deslenguado y novato en la arena política ha provocado una histeria masiva. ¿De dónde surge ese pavor? En realidad, la gente no le teme a Donald Trump. El hombre siempre ha sido más demócrata que republicano. Su estilo de vida lo acerca más a Hugh Heffner que a Pat Buchanan.
El miedo, que está llevando a muchos a querer emigrar a Canadá, es a la gran victoria republicana. La maquinaria política ha caído en manos del partido del elefante y su objetivo principal será hacer retroceder el reloj. Los conservadores buscarán destruir todas las reformas sociales que Barak Obama construyó en ocho años en La Casa Blanca.
Lo que han demostrado estas votaciones es que los demócratas pertenecen a una elite citadina. El verdadero poder votante de la nación está en las clases trabajadoras, en zonas rurales donde la economía anda por los suelos, en masas de hombres blancos enojados y en sus mujeres. No hay que olvidar que fue el voto femenino el que derrotó a Hilary Clinton.
Otro factor de miedo para los progresistas urbanos serán esas masas fortalecidas por las promesas del nuevo Presidente.
Malena Venant
Paro y acceso a la salud
Los últimos días hemos asistido a un vigoroso cuestionamiento por parte de la Superintendencia de Salud, de la Contraloría General de la República y muy especialmente de los medios de comunicación, a la verticalización de las isapres y del incumplimiento de la ley por la persistente presencia de ejecutivos de las aseguradoras en cargos relevantes en los prestadores.
Por cierto que la ley debe cumplirse, y la vigilancia de este tema es bienvenida, pero este es un problema que afectaría a cerca del 25% de la población más rica de Chile, que voluntariamente cotiza en isapres y escoge prestadores. Sin embargo, poco se comenta, vigila o censura el hecho que el otro 75% de la población, precisamente aquellos con menos acceso a recursos económicos, está en la práctica "capturado" por Fonasa y el sistema público de atención de salud.
Estas personas son rehenes de un efectivo chantaje por parte de las asociaciones de empleados públicos, muchos de los cuales están impedidos legalmente de declarase en huelga, y no trepidan en afectar gravemente la provisión de servicios de salud esenciales para la población, además de otros muy relevantes para la vida normal, como el Registro Civil, Aduanas, Servicio Médico Legal, etc.
Es más, sólo se ha informado que "el paro fiscal obligó a suspender 16 mil interconsultas y 5 mil cirugías previamente programadas; alcaldes reconocen que los "turnos éticos" no dan abasto para responder a las necesidades. Todo esto en medio de una obvia y permanente crisis de la atención de salud primaria.
¿Por qué las autoridades no dedican mayor energía y vigilancia, ni aplican las disposiciones legales de que disponen para proteger a los más desvalidos? En la práctica, este accionar conduce a proteger a los más protegidos y a descuidar a los más vulnerables.
Creo que ya es tiempo de exigir ordenar las prioridades, por el bien de la salud de nuestro país y de la inmensa mayoría de los chilenos que se atiende en el sector público.
Manuel José Irarrázaval, director del Ipssus de Universidad San Sebastián