Yasna Barría
El osonino Omar González, de 76 años, es un hombre digno de destacar debido a su profundo amor por el arte instrumental, donde él interpreta el Arpa.
Un instrumento que dice no es para nada difícil de tocar y cuyo sutil y melódico sonido lo ha acompañado desde que tenía 18 años.
Radicado en la ciudad de Santiago, González cuenta orgulloso cómo es que hoy se destaca como presidente de la Asociación de Arpistas Chilenos, Asarchi, que agrupa a lo largo del país a más de 800 músicos que cultivan dicho arte.
"Nunca pensé que iba a lograr esto y me satisface no sólo porque uní a muchos intérpretes del arpa, sino también porque estamos en contacto con arpistas del extranjero", sostiene el músico, que desde la capital impulsa su pasión y logra liderar a muchos que como él vibran con el sonido de un instrumento único.
-¿Qué lo impulsa a crear la Asociación de Arpistas Chilenos?
-Se me ocurrió porque existen arpistas en Venezuela, Paraguay, Brasil y México, entre otros países del continente, y en Chile no había ninguna entidad que los agrupara, así que fundé la Asociación en 2012 y ha tenido éxito, porque hay muchos interesados, mucha gente joven, sobre todo, desde Arica a Punta Arenas.
-¿Qué objetivo persiguen?
-Hay varios, el primero fue que los intérpretes del arpa se conozcan, así después se pueden juntar, por ejemplo, en eventos que impulsan entidades como el rodeo, que hace varios eventos artísticos. Yo mismo fui a tocar el año pasado porque me invitaron a Mulchén.
-¿En qué situación se encuentran los arpistas nacionales?
-En Chile, la instrumentalidad del arpa se cultiva sobre todo en la zona centro sur, en ciudades como Parral, Linares, San Carlos, Los Ángeles, Cauquenes, entre otras, pero la mayoría, yo diría un 70%, son artistas cuequeros, lo que quiere decir que tocan el Arpa en un contexto folclórico. Solistas no hay muchos. No es como en Paraguay, por ejemplo, que es una tierra donde incluso hay Record Guiness en dicha disciplina, porque allá la mayoría tocan solos y acá en Chile no pasa eso, hay pocos solistas.
-Usted es solista...
-Sí, yo sí. Cuando era joven en Osorno toqué junto a mi hermana Violeta González, que es una artista internacional, ya que hizo una bella carrera y grabó por el sello odeón muchos discos. En esos años formé con ella un conjunto folclórico en Osorno y cubrimos toda la zona sur austral hasta que me compré dos arpas de gran calidad en Paraguay, que costaban dos millones de pesos cada una y con ellas me he dedicado a difundir este arte.
Difusión en internet
-¿De qué forma ha contribuido a la difusión del Arpa?
-He grabado muchos videos interpretando numerosos temas y los subo al sitio en internet YouTube, sólo basta que pongan mi nombre y se encontrará con un sinnúmero de presentaciones en video.
Me dediqué a eso, porque ya no estoy en condiciones para viajar tanto a realizar presentaciones, pero sí puedo difundirlo a través de las redes sociales.
-A través de Facebook también realiza difusión...
-Sí, porque de esa forma me contacto a lo largo del país con otros arpistas e incluso se comunican conmigo arpistas extranjeros de Paraguay, México y hasta de Japón me escriben.
-¿Por qué es importante que no se pierda la interpretación del Arpa?
-La mayoría en Chile no son profesionales del arpa, no somos como los paraguayos, quienes viven de eso, prácticamente nacen con el arpa en la mano y se dedican profesionalmente.
Por eso trabajamos asociados para aumentar el interés. En Osorno, el Colegio Artístico Santa Cecilia impulsa este arte y eso me alegra porque se enseña a la gente joven.
-¿Qué temas se pueden interpretar con ella?
-De todo, aparte del folclor chileno se pueden interpretar temas clásicos y de películas. Se pueden tocar temas románticos como los boleros o de películas como "La Misión", "Candilejas", de "El Padrino", entre otras.
-¿Cuál es el desafío pendiente para difundir más este arte musical en el país?
-El desafío es motivar a la juventud a tocar, interpretar este instrumento que es tan bello. Muchos queremos poner en alto el arpa chilena que tiene sus propias características, es más de concierto. El arpa llegó a América con los Jesuitas y ahora queremos que trascienda y llegue a más personas.