Recientemente el Gobierno presentó los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) 2015, donde nuestra región vio una disminución a nivel de pobreza multidimensional, y a diferencia del año 2013, pasamos del segundo lugar a nivel nacional al cuarto lugar, con un 19,3% de pobreza en los hogares (muy por sobre el promedio nacional, que equivale al 16,6%). En Osorno, la realidad no varía demasiado, no obstante la comuna presenta un 20,3% de pobreza multidimensional.
Reconocemos el hecho de que las cifras de pobreza y de pobreza extrema hayan disminuido. Creemos que es un avance, pero no es suficiente. Actualmente existe en Chile un 11,8% de personas que viven en situación de pobreza por ingresos, es decir, casi dos millones de personas, lo que no puede dejarnos satisfechos. Nos parece importante hacer énfasis en que la forma más efectiva de medir la pobreza es a través de sus múltiples dimensiones, y no sólo por ingresos. Bajo esos parámetros, en Chile, un quinto de la población vive en pobreza multidimensional.
Finalmente, no podemos olvidar que, a pesar de que los números de la Casen indiquen que avanzamos en la materia, las familias que viven en campamentos siguen aumentando y la agilidad de las políticas públicas para abordar este asunto no da el ancho.
Si comparamos estos resultados con los que arrojó nuestra Encuesta Nacional de Campamentos 2015 (información recogida meses antes de la Casen), podemos concluir que la pobreza multidimensional afecta en mucho mayor medida a las familias que viven en campamentos. Es así como la pobreza multidimensional alcanza un 37,7%, además, la cifra se dispara en el caso de las familias que viven en campamento y sufren pobreza por ingreso, alcanzando un 84,1%.
Estas cifras no nos pueden dejar indiferentes, porque hablan de personas concretas, que tienen rostros e historias de sacrificios, hablan de familias que hoy están siendo golpeadas por un sistema país que reproduce la pobreza y mantiene la desigualdad; debemos comprenderlo como un problema país y de Estado, y no de Gobierno, como ha sido la tónica hasta el momento.
Esto nos exige más que nunca un trabajo coordinado entre todos los actores de la sociedad; debemos aunar las fuerzas de todos los que quieran ponerse a disposición para lograr el objetivo que a todos nos convoca: vivir en un Chile sin pobreza.
Giovanna Moreira Almonacid, directora regional de Techo-Chile