Mabel González

¿Quedarse en casa o salir? Esta es una pregunta que las personas se suelen hacer un fin de semana, cuando el tiempo libre las anima a realizar algo distinto para divertirse o, simplemente, descansar. Pero una investigación en Estados Unidos llegó a la conclusión de que, en general, el ocio en el hogar contribuye más a la felicidad que las experiencias novedosas o emocionantes.

Razón biológica

Y esto tendría una explicación biológica: "Puede ocurrir porque cuando el cerebro se enfoca en el procesamiento de información nueva, como participar en una actividad distinta con personas desconocidas y en un lugar nuevo, hay menos 'poder cerebral' disponible para centrarse en las relaciones familiares", sostuvo Karen K. Melton, una de las autoras del estudio y profesora de la Universidad de Baylor (en el estado de Texas, en Estados Unidos.).

No todo el ocio es igual

El equipo, consignado por el sitio web Science Daily, remarcó que todo tiempo pasado en familia es valioso y contribuye a la satisfacción personal, pero afirmó que no todas las actividades de ocio son iguales.

Melton indicó, en ese sentido, que "el mejor predictor de la felicidad de las familias puede ser pasar tiempo de calidad juntos en actividades dentro de la casa".

Tamaño de la muestra

En el trabajo, titulado "In the pursuit of happiness all family leisure is not equal" ("En la búsqueda de la felicidad, no todo el ocio en familia es igual") y publicado en la revista especializada World Leisure Journal, el equipo norteamericano empleó una muestra de 1.502 personas de 884 familias distintas del Reino Unido, las que tenían, al menos, un hijo de entre 11 y 15 años.

A los voluntarios se les preguntó, entre otras interrogantes, si habían participado de alguna actividad de ocio con sus parientes en el último año.

Si contestaban que sí, debieron detallar qué actividades (de 16 categorías diferentes) habían desarrollado, cuánto tiempo pasaron realizándolas y la frecuencia en que lo hicieron. Con esos datos, los profesionales observaron que los pasatiempos en casa tuvieron un efecto más significativo en la felicidad de los participantes que los panoramas llevados a cabo fuera del hogar.

Estrés y conflicto

Para graficar el sentido de los hallazgos de su indagación, la profesora Melton dijo al citado portal que la frase popular "La familia que juega unida permanece unida" trae consigo dos conceptos erróneos: que todo el ocio en familia conlleva resultados positivos y que todas las actividades en familia son iguales.

Asimismo, opinó que "los integrantes de una familia también pueden expresar estrés y conflicto, así como placer, durante su tiempo libre", y remarcó que "las actividades por sí solas no curan heridas de las familias que sufren".

Buenas noticias

De todas formas, la académica consideró que los resultados de su análisis son buenas noticias para aquellos clanes que no cuentan con suficientes recursos económicos o materiales para realizar actividades fuera del hogar.

Estas conclusiones van en línea con lo encontrado por investigaciones anteriores, que han sugerido, por ejemplo, que comer juntos es uno de los mejores predictores del funcionamiento de un clan, a diferencia de ver televisión, que ha sido visto como poco efectivo para la satisfacción individual y el funcionamiento familiar.

Pero Melton enfatizó que los factores pueden variar en un hogar y otro. "Para algunas familias, la calidad de la unidad es cenar juntos o participar en juegos; para otras, pueden ser los hobbies, los videos, la televisión o la música", comentó la profesora, quien dijo que, a fin de cuentas, lo que importa es el hecho que somos seres sociales que anhelamos un sentido de pertenencia y conectividad.

personas 1.502

de 884 familias del Reino Unido fue la muestra utilizada por este estudio de la Universidad de Baylor. 16

Pese a que en los últimos años ha habido mejoras en materia sanitaria, en las vacunas, la calidad del aire interior y la nutrición de los niños en países pobres, problemas como la obesidad, el alto nivel de azúcar en la sangre y el abuso de drogas y alcohol han contrarrestado estos avances y, por tanto, el incremento de la esperanza de vida en el mundo.

Así lo sostiene el informe "Global Burden of Desease", divulgado ayer por el Instituto de Evaluación y Métricas (IHME) de la Universidad de Washington en Seattle (EE.UU.) y publicado en la revista médica The Lancet. El estudio analizó más de 300 enfermedades en 195 países y territorios.

"Vemos que los países han mejorado mucho más rápido que lo que puede ser explicado por el ingreso, la educación o la fertilidad. Y también seguimos observando países, incluido EE.UU., que están mucho menos saludables que lo que sus recursos les pueden entregar", dijo el doctor Christopher Murray, director del IHME.

A nivel global, la esperanza de vida ha aumentado de 62 a cerca de 72 años entre 1980 y 2015.

Entre otros resultados, el trabajo reveló que la salud de muchas personas está hoy determinada por factores de riesgo, algunos de los cuales dependen del control de cada uno. Entre 1990 y 2015, la exposición global a sanidad poco segura, la contaminación del aire al interior del hogar, la desnutrición infantil y el tabaquismo han disminuido, cada uno, más de 25%. Sin embargo, la exposición a diversos riesgos ocupacionales, un alto índice de masa corporal y consumo de drogas aumentaron más de 25% en el mismo periodo.

Mabel González

¿Quedarse en casa o salir? Esta es una pregunta que las personas se suelen hacer un fin de semana, cuando el tiempo libre las anima a realizar algo distinto para divertirse o, simplemente, descansar. Pero una investigación en Estados Unidos llegó a la conclusión de que, en general, el ocio en el hogar contribuye más a la felicidad que las experiencias novedosas o emocionantes.

Razón biológica

Y esto tendría una explicación biológica: "Puede ocurrir porque cuando el cerebro se enfoca en el procesamiento de información nueva, como participar en una actividad distinta con personas desconocidas y en un lugar nuevo, hay menos 'poder cerebral' disponible para centrarse en las relaciones familiares", sostuvo Karen K. Melton, una de las autoras del estudio y profesora de la Universidad de Baylor (en el estado de Texas, en Estados Unidos.).

No todo el ocio es igual

El equipo, consignado por el sitio web Science Daily, remarcó que todo tiempo pasado en familia es valioso y contribuye a la satisfacción personal, pero afirmó que no todas las actividades de ocio son iguales.

Melton indicó, en ese sentido, que "el mejor predictor de la felicidad de las familias puede ser pasar tiempo de calidad juntos en actividades dentro de la casa".

Tamaño de la muestra

En el trabajo, titulado "In the pursuit of happiness all family leisure is not equal" ("En la búsqueda de la felicidad, no todo el ocio en familia es igual") y publicado en la revista especializada World Leisure Journal, el equipo norteamericano empleó una muestra de 1.502 personas de 884 familias distintas del Reino Unido, las que tenían, al menos, un hijo de entre 11 y 15 años.

A los voluntarios se les preguntó, entre otras interrogantes, si habían participado de alguna actividad de ocio con sus parientes en el último año.

Si contestaban que sí, debieron detallar qué actividades (de 16 categorías diferentes) habían desarrollado, cuánto tiempo pasaron realizándolas y la frecuencia en que lo hicieron. Con esos datos, los profesionales observaron que los pasatiempos en casa tuvieron un efecto más significativo en la felicidad de los participantes que los panoramas llevados a cabo fuera del hogar.

Estrés y conflicto

Para graficar el sentido de los hallazgos de su indagación, la profesora Melton dijo al citado portal que la frase popular "La familia que juega unida permanece unida" trae consigo dos conceptos erróneos: que todo el ocio en familia conlleva resultados positivos y que todas las actividades en familia son iguales.

Asimismo, opinó que "los integrantes de una familia también pueden expresar estrés y conflicto, así como placer, durante su tiempo libre", y remarcó que "las actividades por sí solas no curan heridas de las familias que sufren".

Buenas noticias

De todas formas, la académica consideró que los resultados de su análisis son buenas noticias para aquellos clanes que no cuentan con suficientes recursos económicos o materiales para realizar actividades fuera del hogar.

Estas conclusiones van en línea con lo encontrado por investigaciones anteriores, que han sugerido, por ejemplo, que comer juntos es uno de los mejores predictores del funcionamiento de un clan, a diferencia de ver televisión, que ha sido visto como poco efectivo para la satisfacción individual y el funcionamiento familiar.

Pero Melton enfatizó que los factores pueden variar en un hogar y otro. "Para algunas familias, la calidad de la unidad es cenar juntos o participar en juegos; para otras, pueden ser los hobbies, los videos, la televisión o la música", comentó la profesora, quien dijo que, a fin de cuentas, lo que importa es el hecho que somos seres sociales que anhelamos un sentido de pertenencia y conectividad.

personas 1.502

de 884 familias del Reino Unido fue la muestra utilizada por este estudio de la Universidad de Baylor. 16

Pese a que en los últimos años ha habido mejoras en materia sanitaria, en las vacunas, la calidad del aire interior y la nutrición de los niños en países pobres, problemas como la obesidad, el alto nivel de azúcar en la sangre y el abuso de drogas y alcohol han contrarrestado estos avances y, por tanto, el incremento de la esperanza de vida en el mundo.

Así lo sostiene el informe "Global Burden of Desease", divulgado ayer por el Instituto de Evaluación y Métricas (IHME) de la Universidad de Washington en Seattle (EE.UU.) y publicado en la revista médica The Lancet. El estudio analizó más de 300 enfermedades en 195 países y territorios.

"Vemos que los países han mejorado mucho más rápido que lo que puede ser explicado por el ingreso, la educación o la fertilidad. Y también seguimos observando países, incluido EE.UU., que están mucho menos saludables que lo que sus recursos les pueden entregar", dijo el doctor Christopher Murray, director del IHME.

A nivel global, la esperanza de vida ha aumentado de 62 a cerca de 72 años entre 1980 y 2015.

Entre otros resultados, el trabajo reveló que la salud de muchas personas está hoy determinada por factores de riesgo, algunos de los cuales dependen del control de cada uno. Entre 1990 y 2015, la exposición global a sanidad poco segura, la contaminación del aire al interior del hogar, la desnutrición infantil y el tabaquismo han disminuido, cada uno, más de 25%. Sin embargo, la exposición a diversos riesgos ocupacionales, un alto índice de masa corporal y consumo de drogas aumentaron más de 25% en el mismo periodo.