Presencia del casino no ha logrado revitalizar entorno en Rahue Bajo
IMPACTO. Cuando comenzó a funcionar el Casino Sol, actual Marina del Sol, en Rahue Bajo, se pensó que el sector aledaño al complejo iba ser fuertemente impactado con la aparición de hoteles, pubs y restaurantes, además de una mayor plusvalía. Vecinos, expertos, autoridades y el propio casino reconocen que ello no ha ocurrido.
Casi ocho años lleva funcionando el complejo comercial donde funcionan el Casino Marina del Sol (que comenzó siendo Casino Sol de Osorno) y el Hotel Sonesta, entre otros locales, y en el período que lleva operando es indiscutible el impacto que ha tenido en la oferta de actividades nocturnas que ofrece a la comunidad.
Sin embargo, muchos apostaron a que su instalación en los terrenos que por más de un siglo albergaron a la ex barraca Günther de calle Ejército redundaría en un potente impacto económico y urbanístico sobre el entorno directo que lo rodea en dicho sector de Rahue Bajo. Hoy, a una década de funcionamiento, eso no ha sido así.
"Está peor, de todas maneras. Porque puntualmente la gente viene al casino, pero a los negocios del sector para nada. Al menos acá no vienen. A eso hay que sumarle los supermercados grandes que hay más arriba (por avenida República). El Casino no nos afecta como tal, pero los supermercados sí a los negocios pequeños", cuenta Margarita Arcos, propietaria de un almacén ubicado en avenida República frente a un servicentro y a escasos metros del centro de juegos.
Margarita comenta que cuando se construyó el casino y luego el puente llegó más gente a impactar postiviamente el comercio del sector que lo que hay ahora. "Hoteles no hay. Llega la gente al Sonesta y sería. Para poder poder instalarse acá con un hotel o una residencial hay que tener los medios. Y la gente no lo va a hacer", comenta la comerciante.
Patrimonio
Precisamente para un hotel boutique podría servir una imponente casona de tres pisos que se levanta apenas unos metros más al oriente, a la entrada del Puente San Pedro. Se desconocen sus propietarios originales y constructores, pero hoy esta enorme casa pintada de color rosado es propiedad del comerciante Juan Solís, quien vende leña y arrienda sus 14 habitaciones como departamentos.
"Esta casona tiene muchas piezas y son súper grandes. Yo la compré el año 1994, pero se calcula que tiene más de cien años. Primero dicen que fue de unos alemanes y esos alemanes tuvieron una señora que les trabajó muchos años. Cuando ellos murieron se la dejaron a ella. Y después la señora se casó y formó su familia de apellido Canales. Ahora yo la arriendo por piezas. Me la quisieron comprar una vez cuando estaban por instalar el supermercado Santa Isabel, pero después pillaron el sitio de al lado y les convino más parece".
Hacia el interior del barrio, justo en la esquina de las calles Santiago e Iquique, se levanta otra construcción patrimonial que pudiese ser objeto de rescate si es que algún inversionista se atreviese. Se trata de la casona que originalmente era de la familia Paternoster y hoy también se arrienda por piezas.
Hoy estas dos construcciones son apenas un ejemplo de los potenciales proyectos que pudiese haber en un barrio que hoy se muestra deprimido, a pesar de que en su margen se mueven miles de millones de pesos.
"el osornino es especial"
Según Ismael Rivera, presidente del Colegio de Arquitectos de Osorno, señala que el sector aledaño al casino no ha logrado el repunte por dos cosas: "la principal de todas tiene que ver con un tema sociológico. El osornino es bastante especial. Por ejemplo, el edificio Centro Alto antes tenía una placa comercial a media cuadra de la plaza de Armas y nunca funcionó porque la gente no caminaba esa media cuadra. Pareciera que en Osorno si algo no está en Ramírez prácticamente no va. Eso es un tema sociológico y cultural. Además, Osorno es bastante sectorizado y segregado. Todo eso pesa mucho a la hora del análisis que hacen los inversionistas para hacer un proyecto", plantea.
Rivera agrega que "lo segundo tiene que ver con el plan regulador. Ese sector necesita que se vayan dando las normativas para que se puedan hacer otros emprendimientos. La modificación del plan regulador entiendo que lo contempla como zona comercial, por lo menos el eje República. Correr el riesgo de colocarse en Rahue como lo hizo el Casino y el Hotel Sonesta fue una apuesta importante que le ha funcionado porque su rubro lo permite. La gente iba a ir donde lo coloquen, igual que un mall. En algún momento eso se va a dar, pero en este momento no".
Plusvalía
En calle Ejército, por ejemplo, lo que se puede observar es hoy al casino por un lado y la misma fila de casas que estaban desde antes de su instalación, sin ningún impacto evidente sobre el sector por el hecho de convivir al frente del complejo de juegos.
La señora Corina Gallardo es vecina de dicha calle y vive justo frente a la entrada del casino. Ella recuerda cómo cuando se discutió la instalación del proyecto en el sector que hoy ocupa se habló de un enorme impacto comercial positivo que iba a redundar en una amplia plusvalía en las propiedades de ese cuadrante de Rahue Bajo. No es lo que dice ver actualmente.
"La plusvalía sigue muy baja. Han venido a comprar casas, pero está muy baja. Yo no he querido vender. Me han ofrecido, pero lo que pagan es ínfimo. Además, lo que ha proliferado en este barrio es el desorden, la bulla. Cualquier cantidad de gente sale quebrando vasos, botellas, de todo. En el frontis de la casa tenemos todos los taxis y colectivos toda la noche contando chistes y metiendo bulla. Ésto ya no es un barrio tranquilo como antes", opina Corina Gallardo.
A ese respecto, el arquitecto Ismael Rivera sostiene que ese es el otro gran aspecto de este problema "que dice relación con la especulación del valor del suelo. Aquí hay muy pocas familias que todos conocen y que son dueñas de grandes paños, de grandes manzanas en el centro y otros sectores y que no están interesadas en vender o en invertir para que haya un mayor desarrollo urbano".
De hecho, Corina Gallardo comenta que hace un tiempo atrás un conocido empresario local, que también es dueño otras propiedades en el centro de Osorno, llegó personalmente hasta su casa para ofrecerle comprar.
"No sé si trató de comprar otros (terrenos). Pero yo en $20 millones no voy a vender esta propiedad que tiene un inmenso sitio. Una cosa es que quieran hacer de este barrio algo más lindo y otra cosa es que vengan a lucrar de esa manera", dice Corina, quien afirma que no está en una búsqueda activa por vender, aunque lo pensaría en caso de una oferta razonable que, a su juicio, por el solo tamaño de su terreno no debería estar bajo los 80 millones de pesos.
"El otro problema que hay aquí es que la mayoría de los terrenos no están saneados. Por ejemplo, hay una casa donde son siete hermanos los herederos y cada uno tiene un pedacito. Y cada uno vende así nomás su pedacito", cuenta esta vecina de calle Ejército.
Experiencia
Uno de los emprendedores que se atrevieron en el sector fue Claudio Reyes. El empresario santiaguino compró un terreno en la esquina de Ejército con Santiago e instaló junto a un socio el centro de eventos Party Planet, destinado a la celebración cumpleaños, fiestas de matrimonio y otros.
Luego de un año de funcionamiento, el local está cerrado y en venta.
"En mi caso la venta del centro de eventos obedece a problemas internos en la sociedad, no a un fracaso del negocio. En el local, de hecho, nos fue bastante bien", aclara Reyes desde la capital.
Para el empresario ese sector tiene mucho futuro comercial, pero falta que sea la gente la que coopere. "Yo soy de Santiago y veía que todo el comercio cerraba a la hora de almuerzo. En Santiago no pasa eso. De repente a la hora de almuerzo sales a hacer todos tus trámites o a comprar y pillas todo cerrado. Eso es chocante para alguien de afuera, no se puede hacer nada".
Según la administradora municipal Karla Benavides en avenida República es verdad que el comercio ha estado bastante disminuido en relación a lo que fue en los años '80, por ejemplo. "Por eso tenemos un proyecto que significará mucho para las personas que hoy trabajan ahí. Específicamente en República lo que estamos sacando es un plan de mejoramiento de la calle. Lo mismo que pasó con Rodríguez y con Mackenna, que son un buen ejemplo de lo que significó arreglar la vía".
Pero la funcionaria agrega que "también es muy importante lo que pueda apoyar el casino. Aquí tiene que haber una colaboración entre privados. A los dueños del casino hoy día por supuesto que les convendría que ese entorno donde ellos se ubican surgiera como un barrio comercial importante. Porque al final si el vecindario es bueno, la plusvalía sube para todos".
Vieron oportunidades
En esa línea va la opinión de los ejecutivos del Casino Marina del Sol. Su representante legal, Álvaro Barrueto, sostiene que para revitalizar el sector "tal vez falte realizar acciones conjuntas con empresas de Rahue Bajo y organismos del Estado, como Sernatur, para potenciar el desarrollo del sector y mostrar sus bondades. Esto, sumado a nuevos proyectos de mejora, como lo que se está haciendo a orillas del río Rahue y lo que se hizo en avenida República, podría generar interés en nuevos inversionistas".
Barrueto destaca que "nosotros fuimos de los primeros en ver la oportunidad que el sector de Rahue Bajo ofrece al desarrollo comercial y turístico de Osorno. Como Casino trabajamos en lograr que la experiencia de nuestros clientes sea memorable, ese es nuestro primer gran aporte, contribuir con eventos, oferta gastronómica y juegos de azar. Es una lástima que otros inversionistas no vean el potencial que el sector tiene para la ciudad".