Concejo acuerda enviar la exposición de los laicos a la Nunciatura Apostólica
PRESENTACIÓN. Los ediles recibieron a los representantes del movimiento que se oponen a la presencia del obispo Barros en Osorno, lo que generó un fuerte debate dentro del cuerpo colegiado.
Miembros del Movimiento de Laicos de Osorno, grupo que se opone a la presencia del obispo Juan Barros como líder de la Diócesis local debido a sus vínculos previos con el sacerdote Fernando Karadima, realizaron ayer una presentación en el Concejo Municipal, la que provocó un tenso debate entre los ediles.
Luego de más de una hora y media de discusión, el Concejo acordó enviar una copia del acta con la exposición del grupo a la Nunciatura Apostólica ubicada en Santiago y liderada por el arzobispo Ivo Scapolo, máximo representante del Vaticano en Chile.
El propósito del movimiento era que el cuerpo colegiado declarara como "persona non grata" a Juan Barros Madrid, básicamente por su relación previa con el sacerdote Fernando Karadima, condenado por la justicia vaticana en el 2011 por abuso de menores, solicitud que finalmente fue declarada inadmisible por los concejales.
La sesión estuvo presidida por el concejal DC José Luis Muñoz, en reemplazo del alcalde titular Jaime Bertín, quien desde el 23 de septiembre está en receso porque va a la reelección, lo que le impide legalmente ser presidente del Concejo Municipal o realizar actividades propias de su cargo.
La presentación de los laicos la realizó Felipe Navarrete en reemplazo del vocero oficial, Mario Vargas, para evitar así un conflicto de intereses ya que su hermano Carlos es concejal PS en ejercicio.
"Persona Non Grata"
Desde el momento en que fue anunciada la exposición de los laicos, la cara de los concejales daba cuenta de la complejidad del tema, sumado a la presencia de una veintena de personas que con carteles en mano apoyaban las palabras e imágenes que proyectaba Felipe Navarrete durante su intervención.
Los argumentos empleados por los laicos apuntaron a la -según ellos- división del mundo católico en Osorno desde el 21 de marzo del 2015, cuando Barros tomó posesión de su cargo en la catedral y que estuvo marcada por fuertes manifestaciones en su contra tanto al interior como fuera del templo.
"Nosotros queremos solicitar que el Concejo se pronuncie y declare 'persona non grata' al ciudadano Juan Barros Madrid, quien además está vinculado con los abusos sexuales efectuados por Karadima tal como lo han declarado las víctimas y a quien nosotros le creemos. Él no es un pastor digno para Osorno", fueron parte de las palabras de Navarrete.
El edil José Luis Muñoz, en su calidad de presidente del cuerpo colegiado, señaló que la solicitud era inadmisible ya que no estaba dentro de las facultades del Concejo.
Luego, el primero en tomar la palabra fue el edil DC Osvaldo Hernández, quien entregó su apoyo a la solicitud argumentando que la Iglesia Católica no tiene ningún tipo de presencia en ningún acto protocolar, asiste a pocas misas y eucaristías en la provincia.
Opinión que fue compartida por su par Carlos Vargas (PS), quien ha participado activamente de las manifestaciones y velatones del movimiento. Éste agregó que el pueblo católico de la Diócesis no tiene claridad del trabajo pastoral y las actividades que realiza el obispo.
"Juntar 4 mil firmas es no es menor, es harto más de los votos que muchos tienen en este Concejo y creo que es bueno presentar el malestar y el descontento que existe en Osorno con la figura de Juan Barros. No podemos marginarnos como autoridades y representantes de la comunidad", sostuvo el concejal, en alusión a las firmas de apoyo a su cruzada reunidas por los laicos.
Sólo escuchar
La concejal DC, María Soledad Uribe, no se mostró de acuerdo con declarar al obispo como "persona non grata", por considerar que no es competencia de los concejales, aunque reconoce que lamenta profundamente la división que existe en la iglesia desde el arribo del ex obispo castrense.
"Yo no dejaré de creer en mis hermanos y en la Iglesia por la llegada de una persona", argumentó la edil.
Emeterio Carrillo, también demócrata cristiano, enfatizó que no está de acuerdo con lo que ocurre en la Iglesia y que es claro que el obispo ha provocado que muchos hermanos cuando entran a las parroquias sean cuestionados sólo por participar de actividades que van asociadas a la fe.
"Su lucha es legítima, la labor de un pastor es mantener su rebaño unido y acá eso no está pasando. Es doloroso no tener representación pública de la Iglesia y creo que el Papa no le ha dado importancia a lo que acá ocurre", sostuvo.
"No soy juez"
El concejal UDI, Daniel Lilayú, argumentó que el actual obispo claramente ha generado un problema, pero que en su calidad de católico se debe a lo decidido por el Papa Francisco. "Yo no soy juez y no voy a juzgar a nadie, no me corresponde, soy concejal y tengo clara mis funciones. Además, el obispo Barros no ha sido juzgado ni por un tribunal o por el Vaticano y menos condenado", comentó.
El también gremialista Víctor Bravo señaló que respeta a las personas que están en el movimiento de laicos, pero que no está de acuerdo con su postura ni su actuar. "Es injusto condenarlo. Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra. Ustedes no hacen un mea culpa de sus acciones y manifiesto mi profundo malestar y el de muchas personas que van al templo por su fe y ustedes interrumpen sin pensar en ellos. Han profanado la casa de Dios", dijo el edil.
Al finalizar su intervención y cuando ya se había acordado enviar la copia de la presentación a la Nunciatura Apostólica, Felipe Navarrete señaló que como movimiento de laicos no quedaron conformes con la decisión de algunos ediles.
"No queda claro qué criterios se emplean para declarar hijo ilustre o visita ilustre al momento de decidir que una persona es bienvenida a Osorno. Seguiremos en la lucha y ahora esperamos las elecciones y luego queremos el pronunciamiento del alcalde", expuso Navarrete.
Datos
Anuncio Juan Barros Madrid fue designado por el Papa Francisco en enero del año pasado.
Ceremonia La toma de posesión del cargo se efectuó el 21 de marzo, la cual se vio interrumpida por un masivo ingreso de personas que se manifestaron contra su arribo.