La nostalgia de Paolo Sorrentino revive en las salas chilenas con "Juventud"
"Juventud" transcurre en un hotel de los alpes al cual llegan famosos en crisis.
El cineasta paolo sorrentino.
en resumen
Sorrentino trabaja en la serie "The Young Pope", la que imagina al primer Papa estadounidense de la historia. Actúan Jude Law, Diane Keaton y Javier Cámara.
Andrés Nazarala R.
Al realizador italiano Paolo Sorrentino se le ha acusado de ambicioso y grandilocuente por "La Grande Belleza", película en la que abordó temas como la muerte, la religión y el amor con la certeza y la retórica de un tratado. En su defensa podríamos decir que, en tiempos de historias mínimas, su intención de construir una obra maestra es -a pesar de los bemoles- un homenaje a los grandes directores italianos que lo inspiraron, especialmente Federico Fellini y Roberto Rossellini.
Pero si Sorrentino ha adoptado el espíritu de sus antepasados lo ha hecho encarando nuevas tecnologías y formatos. Su nostalgia cinéfila no le impidió, en esa premiada película, llevar a "La Dolce Vita" (obra que toma como referente) a la era de la sobredosis audiovisual o registrar la extraña anatomía de una Roma 2.0 donde la historia está en constante choque con la modernidad.
"Juventud" -cinta que llega el jueves a salas chilenas- es, en cierto sentido, una extensión de aquellas elucubraciones sobre la muerte y el reconocimiento -además de una nueva insistencia en la construcción de escenas de vocación "trascendental"-, pero es también una obra mucho más intimista y modesta que la anterior, lo que le juega a favor.
Si el escenario de "La Grande Belleza" era Roma, con su inmensidad y majestuosidad, ahora todo transcurre en un hotel de los Alpes donde llegan celebridades en crisis. Ahí, un reconocido director de orquesta (Michael Caine) -cuya carrera se vio eclipsada por una popular sinfonía que lo acercó a una audiencia masiva- analiza su pasado y teme por su futuro. En tanto, un cineasta llamado Mick (Harvey Keitel) -pensado como una mezcla entre "Roger Corman, Sidney Lumet y William Friedkin"- escribe una nueva película, consciente de que ya no está a la altura de su mejor época. Sobre ellos pesan también los años, la responsabilidad hacia lo que han construido, la idea de que el tiempo se agota. Todo esto en un retiro del mundo donde no hay más que disgresiones, tiempos muertos, cenas, saunas, paseos por la montaña, conversaciones en jacuzzis y una joven modelo que se baña desnuda para recordarles que ya no son los jóvenes de antaño.
A Sorrentino le hace bien liberarse de un argumento único. En su recorrido por el hotel recopila historias, precipita interacciones entre personajes, ofrece caprichos visuales (algunos logrados, otros no tanto) y compone una interesante galería de personajes secundarios: una diva de la actuación que llega de visita (Jane Fonda), la hija del personaje de Caine (Rachel Weisz), un joven actor de Hollywood en crisis (Paul Dano), una Miss Universo, una insufrible estrella del pop juvenil (Paloma Faith interpretándose a sí misma) y Diego Armando Maradona, quien se desplaza por el lugar arrastrando un tanque de oxígeno (lo interpreta el argentino Roly Serrano).
Como si buscara a un aliado en melancolía, Sorrentino recluta también al gran cantautor Mark Kozelek (también conocido como Sun Kil Moon), quien ofrece sus emotivas canciones en escena. La suma de ingredientes potencia el resultado final. "Juventud" se hace cargo del espesor emocional que el gran cine italiano siempre buscó.
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