Mabel González / Agencias
El Partido Republicano nominó ayer oficialmente al magnate Donald Trump como su candidato a la Presidencia de EE.UU. Ahora, solo queda la formalidad de que el aspirante acepte la nominación mañana, cuando dará su discurso final.
La decisión se tomó en la votación que tuvo lugar en la segunda jornada de la Convención Nacional Republicana en Cleveland (Ohio), donde participaron 2.472 delegados. De ellos, Trump necesitaba el apoyo de 1.237.
La votación se desarrolló por estados y orden alfabético, lo que confirió a Alabama la primera posición en el proceso, al tiempo que el presidente de cada delegación anunció el número de votos que otorgaba al candidato en cuestión.
Durante las elecciones primarias, Trump superó con creces el mínimo de 1.237 delegados necesarios para adjudicarse la nominación, por lo que era muy esperable que fuese designado aspirante republicano a la Casa Blanca para los comicios de noviembre.
El senador Jeff Sessions presentó la candidatura de Trump y aseguró en un breve discurso que es "un líder único que pondrá a este país en el rumbo correcto".
Esta era la última oportunidad de los delegados opuestos a la nominación de Trump de mostrar su descontento en el plenario, después del intento frustrado de permitir a los estados salirse de la disciplina que marcaron los resultados de primarias.
En la primera jornada, nueve estados pidieron inicialmente un cambio de las normas para permitir la libertad de voto, pero la moción fue denegada entre gritos y protestas de los oponentes de Trump.
Con la votación de ayer, el Partido Republicano concluye un año de carrera electoral interna, en la que el multimillonario ligado al negocio inmobiliario compitió con más de una docena de precandidatos.
Está previsto que hoy el compañero de fórmula de Trump y candidato a Vicepresidente, el actual gobernador de Indiana Mike Pence, acepte la nominación.
La convención estuvo marcada por la ausencia de prominentes republicanos, incluyendo muchos legisladores que están en campaña de reelección, preocupados de que su asociación con Trump tenga un efecto negativo con los votantes.
Polémica por supuesto plagio
El discurso de la esposa de Trump, Melania, en la convención desató una polémica por sus similitudes con el de Michelle Obama en el cónclave demócrata de 2008. Sin embargo, el director de campaña del aspirante republicano, Paul Manafort, defendió la autenticidad del mensaje. "No creemos que haya nada en ese discurso que no refleja lo que ella piensa. Las palabras que usó eran personales para ella, lo decimos tranquilamente", afirmó. La Casa Blanca, en tanto, evitó referirse al tema.