Cuestionamientos al PDA de Osorno
El alcalde de la comuna deslizó las primeras críticas a la efectividad del instrumento que busca mejorar el aire. El problema no es la leña, sino que el tipo de leña que se usa. Una evaluación al PDA debería incluir el ritmo de inversión, que parece algo lento.
Acasi tres meses de la entrada en vigencia del primer Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) de Osorno, con el que se pretende reducir en un plazo de 10 años el 84% de las partículas tóxicas que quedan suspendidas en el aire por el uso de la leña, el alcalde de la comuna, Jaime Bertín, salió a criticar las medidas, la inyección de recursos y tiempos de esta política pública que lidera el Ministerio de Medio Ambiente. De acuerdo a su apreciación, no existe ninguna posibilidad real de que la población abandone el uso de la leña como fuente de calefacción de los hogares y, además, los altos índices de contaminación se producen sólo durante algunas horas en las noches, deslizando así una velada crítica a la Gestión de Episodios Críticos que contempla el PDA en cuanto a las declaraciones de preemergencia y emergencia.
Es cierto que suena irreal pretender que la gente deje de utilizar la leña. Este recurso dendroenergético es el de mayor disponibilidad en la zona sur y, por cierto, el de mayor accesibilidad para las familias en cuanto a su costo. Hoy por hoy, cualquier otro tipo de calefacción hogareña es más cara que las alternativas, que pasan por el pellet, la electricidad, el gas o los modernos sistemas que se basan en la parafina.
A pesar de que durante un tiempo se intentó "demonizar" a la leña, los especialistas en la materia coinciden en que adecuadamente utilizada, sigue teniendo ventajas sobre las restantes opciones. El problema no es la leña, sino el tipo de leña que se usa para alimentar los calefactores. Tal como se sostuvo latamente mientras se debatía el PDA, la leña no debe tener más del 25 por ciento de humedad para que la emisión de contaminantes sea lo menos dañina posible.
En cuanto a los horarios de concentración de la contaminación del aire, una revisión a los indicadores muestra que los peacks no se registran sólo en la noche, pues depende mucho de las condiciones de temperatura y de ventilación en la ciudad. En lo que va del año, por ejemplo, ha habido peacks de toxicidad a las 9 de la mañana y a las 18 horas.
Lo que sí se necesita evidentemente es que el ritmo de recambio de calefactores sea mayor y que haya incentivos concretos a la aislación térmica, como planteó el alcalde, pues allí hay una brecha que no resiste el transcurso de una década.