"Quisiera que me invitaran para realizar un proyecto en Osorno"
MÚSICA. La destacada intérprete osornina explica que retornó al país debido a que sentía que necesitaba generar un proyecto musical en su tierra. Desde 2014, la concertista trabaja en un proyecto con niños de bajos recursos en la comuna de La Ligua (Región de Valparaíso), que en lo personal quisiera replicar en su ciudad.
Descansando en su residencia de Santiago, luego de llegar hace muy poco de Antofagasta donde participó activamente de un festival de canto en el que le tocó acompañar a los participantes del evento junto al instrumento con el que se ha identificado toda la vida, la gran pianista osornina Karina Glasinovic se encuentra satisfecha con la vida artística y trabajo que lleva desde hace poco más de dos años en la capital del país.
La reconocida intérprete arribó el 2014 al país proveniente de Nueva York (Estados Unidos), donde residió durante una década y media. Tras reinsertarse al ambiente nacional, se hizo cargo de un proyecto por medio del cual instruye en el piano a niños en riesgo social en la comuna de La Ligua (Región de Valparaíso), entre otras iniciativas artísticas.
Alejada de Osorno desde hace muchos años, Karina en la "cercanía" que representa Santiago, ya se encuentra soñando con poder realizar una actividad dedicada a la música y al piano en su querido y natal Osorno.
Poco amiga de fechas y de entregar números exactos relacionados con su edad, Karina habla de su pasado, presente y de sus proyectos.
-¿Qué sensación le dejó su viaje al norte del país?
-Fue una experiencia muy linda, ya que llegó gente de distintos puntos del país a participar y también del extranjero, como Brasil, México y Argentina por mencionar algunos. Este fue un evento que se hizo por primera vez en la ciudad y se denominó Nuevas Voces Líricas.
-Han pasado dos años desde que volvió desde Nueva York para radicarse en Chile. ¿Por qué esta decisión?
-En el fondo, nunca quise irme de Chile. Lo hice sólo por el estudio en un principio y el problema en realidad es que me quedé mucho más tiempo del que hubiera pensado. Me fui cuando tenía poco más de 20 años y la razón es que gané el concurso Luis Sigall en Viña del Mar a fines -no recuerdo bien- de la década de los '80 o inicios de los '90. Luego de eso me dijeron que tenía que irme a Nueva York a perfeccionarme.
Superación
-Entonces tuvo que ver exclusivamente para mejorar en el plano profesional
-Por supuesto, en lo profesional lo vivido fue muy interesante. Conocí a muchas personas que me ayudaron a crecer en lo que hago, estando y trabajando al lado de gente de un gran nivel en el mundo de la música. Tras estudiar a lo que había ido, quedé seleccionada para realizar un magíster en piano y me quedé dos años más...
-¿Qué le costó de sus inicios en Estados Unidos?
-Me decía a mí misma todos los días, 'qué hace una osornina paseando aquí en Nueva York', porque es algo muy difícil que suceda. Una chilena, de regiones y estudiando junto a gente muy talentosa de todo el mundo, era como para no creerlo. Era un nivel en el que sobrevivías o te devolvías. Afortunadamente sobreviví. El idioma me costó mucho y además no contaba con un familiar cercano. Gracias a Dios me empezó a ir bien y pude tocar en muchos lugares.
-¿En qué escenarios pudo exhibir su talento?
-En el Centro para las artes escénicas John Kennedy de Washington y en el Carnegie Hall de Nueva York por mencionar algunos, pero también me tocó viajar a Francia (París) mientras me encontraba viviendo en Estados Unidos.
-¿Cómo fue la recepción en Europa?
-Fue muy interesante lo que pasó allá, ya que a ellos les parecía que la forma en que tocaba venía junto a ideas nuevas. Decían que yo tocaba algo y les entregaba una perspectiva distinta de la música a la que estaban acostumbrados. Eso les llamó la atención y les gustó.
-¿Cómo partió su acercamiento con el mundo artístico?
-Desde pequeña mi pasión fue la música. Pese a no contar con un piano en la casa, yo ensayaba con partituras mi forma de tocar, lo hacía de memoria. Era bien raro porque en aquellos años ni siquiera sabía cómo se veía un piano, pero era algo muy fuerte en mí que no tenía explicación. Así estuve dos años, hasta que por fin pude 'tocar' uno, cuando ingresé al conservatorio Carolina Klagges donde estudié ocho años.
-En febrero falleció Flora Inostroza, gran gestora cultural, alma de las Semanas Musicales y también intérprete de piano. ¿Cómo fue su conexión?
-Ella, sin conocerme demasiado, me invitó a participar de varias Semanas Musicales y luego nos hicimos muy amigas, pues nos unía la pasión por el piano. Ella siempre tuvo fe en mí y hasta el último momento compartimos ideas. Le gustaba mucho mi imaginación creativa, creo que porque ella también era igual. Flora siempre decía que la música clásica lo hacía a uno una mejor persona.
-¿Qué premios ha recibido a través de su carrera?
-Sé que me voy a olvidar de algunos, pero el primero fue el que me permitió ganar dinero por primera vez en mi vida, el Luis Sigall; luego el premio Ravel, más tarde dos premios en España, uno del Bellas Artes y el Altazor. En Estados Unidos saqué un premio de música de cámara y cuando comencé a componer por primera vez en mi vida, me otorgaron una mención especial.
-¿Se ha dedicado también a la composición?
-Desde pequeña he inventado música, aún sin contar con un piano o estudios. Me gustaba tanto esto de la música que sin haber estudiado nada le ponía a mis composiciones de improntus, sonata y otros nombres pomposos de los que no sabía nada. Luego en ese largo proceso de aprender a componer, años después y luego de ganar un premio, viajé a París a estudiar y allí me pidieron que elaborara una composición como parte de mis trabajos de estudiante, lo que no es fácil para un músico. Afortunadamente no me costó mucho y tanto le gustó a mi profesor, que sin saberlo yo, envió mi composición a un concurso y afortunadamente lo gané.
-Luego de tantos años fuera llenos de éxito, ¿qué la hizo volver?
-Por cosas de la vida me tocó conocer gente humilde en Estados Unidos, que lo único que buscaban era una oportunidad para que sus hijos pudiesen aprender piano, cosa en la que afortunadamente les pude ayudar. Tras el aprendizaje, estos chicos pudieron ingresar a escuelas de música y avanzar mucho en su vida.
-¿Y cómo se vincula esa experiencia con su retorno?
-Precisamente un día cualquiera andaba caminando por el Central Park de Nueva York y me dije: '¿qué hago aquí tan lejos de mi país?, ¿por qué lo que estoy haciendo con estos chicos en Estados Unidos no lo hago en mi país y colaboro con quienes necesitan esta oportunidad?'. Ahí comencé a pensar que en Chile también me necesitaban otras personas.
-¿A eso se suman otros factores?
-Claro, pensé también que ya llevaba demasiado tiempo lejos de mi familia, más tiempo del que se me hubiera ocurrido. Por ejemplo no tuve la fortuna de ver crecer a mi sobrino o de disfrutar de cosas en Chile. Eso, pese a que estaba pasando por un gran momento profesional en Estados Unidos.
-¿Tiene algo en mente para realizar en Osorno?
-Actualmente estoy trabajando con niños en la región de Valparaíso en un proyecto muy lindo con chicos de La Ligua desde hace dos años, pero me encantaría que se pudiese hacer algo en Osorno. Para mí sería un sueño tener un papel activo en mi ciudad. En Santiago le hago clases a niños de estrato social bajo y con el piano y la música pretendemos incentivar ciertas cualidades que pudiesen estar dormidas en ellos, como la parte motriz fina y la activación del cerebro y el pensar, lo que está comprobado de manera científica. El estudiar piano desarrolla la inteligencia como ninguna otra actividad.
-¿Qué hace falta para que se concrete un proyecto similar en Osorno?
-Me gustaría que se pudiera dar una instancia donde cumplir una labor educativa similar a la que estoy haciendo en La Legua. Me gustaría que hubiese una invitación por parte de los osorninos a hacer un proyecto, porque ideas ya tengo formadas (ríe).
Escenarios
El centro para las artes John F. Kennedy el Carnegie Hall, son algunos de los escenarios donde ha tocado.
17 de mayo próximo, Karina llevará a cabo un recital de piano en el Centro Cultural Gabriela Mistral, a las 19:30 horas.
"En Nueva York pude apoyar a algunos chicos de pocos recursos y ahí me pregunté por qué no podía hacer lo mismo en Chile"
Karina Glasinovic, Pianista osornina
2 años atrás retornó al país (2014) la pianista osornina, quien tiene su residencia en Santiago. Allí se encuentra trabajando en un proyecto junto a niños de La Ligua.
8 años estudió Karina Glasinovic en el conservatorio Carolina Klagges, mientras vivió en Osorno. Durante su vida ha viajado para interpretar su arte en Europa y Asia.
15 años vivió Karina en la ciudad de Nueva York, donde se especializó aún más en el estudio del piano. Allí pudo presentarse en diferentes e importantes escenarios.