Amelia Carvallo
El reciente lanzamiento del disco de Adele, "25", llegó como un gran acontecimiento el pasado 20 de noviembre, uno que colmó las expectativas de sus fans y calmó la impaciencia de largos cuatro años de espera.
Taylor Swift fue la gran triunfadora en los recientes American Music Awards, con tres galardones, dos de ellos los codiciados a Mejor Canción del Año y Mejor Álbum de Pop Rock.
También es evidente el arduo trabajo de Kathy Perry con su extensa gira mundial "Prismatic", y lo mismo hace por su lado Rihanna al lanzar su octava placa "Anti" y alistar la correspondiente gira mundial que hará en 2016.
La industria de las divas del pop marcha saludable y mantiene los motores aceitados con las nuevas generaciones de jóvenes mujeres talentosas que asoman. Atención con estos nombres porque rondan el cetro de la nueva reina del pop, un imperio evanescente que en cada temporada propone nuevos rostros.
Una doncella
Karen Marie Ørsted es danesa, tiene 27 años y sube a los escenarios a cantar un seductor electropop bajo el nombre de MØ, una palabra que si no eres escandinavo no podrás pronunciar correctamente como ella misma ha dicho, un antiguo nombre nórdico que significa "virginal", "doncella", algo impoluto y puro, ingenuo y torpe como dice sentirse.
Con algo de Melanie C y de PJ Harvey, MØ saltó a la masividad en 2012 con el pegajoso single "Pilgrim" y hoy su colaboración con Major Laze y DJ Snake, "Lean on", superó los 830 millones de visitas en YouTube y es la canción más bajada de Spotify, multiplicada en cientos de videos su coreografía de ritmo híbrido entre reggae, house y un aire hindú.
Todavía no se presenta en América del Sur, si bien llegó hasta México en junio pasado y allí cerró la gira mundial donde presentó su primer disco: "No mythologies to follow". Lo más reciente que entregó fue "Kamikaze" una nueva colaboración con el DJ y productor estadounidense Diplo, cuyo videoclip en YouTube va por los cuatro millones de visualizaciones en un mes.
Nouveau jazzy pop
Así define la emergente Petite Meller a la música que hace y que otros categorizan simplemente como electropop. Teclados, saxofón y percusiones sostienen una voz a lo Vanessa Paradis, que crece en popularidad y encontró una veta a explotar en la imagen equívoca, entre infantil y excéntrica que proyecta.
Con su pelo casi albino y sus mejillas rosadas, indudablemente encarna a la eterna Lolita esta chica de edad y nombre real no precisado, al parecer nacida en Brooklyn pero con sangre francesa. Como otras estrellas pop, es difícil discernir cuán real es dentro del personaje que construye, uno que ama el cine de Fellini y Godard y se siente a sus anchas haciendo esquí acuático.
A comienzos de este año lanzó el cuestionado video de "Baby Love", que se rodó en una aldea de Nairobi, y que dejó a algunos molestos por el uso que hizo de los habitantes del lugar en las coreografías. Otros sólo quedaron perplejos con este despliegue de la cantante, toda albura y fragilidad "por los niños de África" como dice al final; mientras que otros aplaudieron las poderosas y contrastantes imágenes.
No es su único trabajo visual extravagante: en "Barbaric" aparece rodeada de ancianos que siguen sus simples danzas y en "NYC Time" se pasa todo el video llevada en brazos por un enorme hombre negro.
Estudiante de filosofía de La Sorbonne, creció escuchando el jazz de Gillespie, la canción francesa de Jacques Brel, "Graceland" de Paul Simon y Fela Kuti. En sus entrevistas desliza citas de Nietzsche, conceptos freudianos y aboga por las niñas secuestradas en Nigeria, ha dicho en más de una oportunidad que le gusta traer a la realidad en sus creaciones "sueños libidinales e inconscientes" que la fascinan.
Desde el house
Otra que comienza un camino musical bien aspectado es la inglesa Jess Glynne, quien desde la vereda del pop house bailable debutó en agosto pasado con el disco "I Cry When I Laugh", placa que ya alcanza las mejores posiciones en su patria.
Esta pelirroja saltó a la fama a fines de 2013 cuando acompañó a la banda electrónica inglesa Clean Bandit en la canción "Rather be" y este año ha puesto ya media docena de singles a la cabeza de los rankings europeos.
Compuesto a partir de una relación sentimental rota, "Lloro cuando me rio" habla de esas tormentosas separaciones, en este caso según confesó Jess Glynne de una chica como ella que, romance que no quiere la etiquete ya que disfruta su sexualidad sin definirla.
27 años tiene la danesa Karen Marie Ørsted, quien se hizo conocida en 2012 con su single "Pilgrim".
2013 fue el año en que el que la inglesa Jess Glynne saltó a la fama cuando colaboró con la banda Clean Banditen.