Origen del verbo: Estatal. Por su conjugación, regular en todo organismo público y últimamente en algunos privados.
Homo burocraticus: Especie mamífera que habita en las oficinas.
Modo de conjugación: Ellos, posando timbres, teléfonos, flores plásticas y tazas de café sobre un escritorio. De seis ventanillas atienden dos. Y nosotros los usuarios, entrando a una mole de concreto por fuera y una población de tabiques por dentro. Llevando antes que nuestra persona un mamotreto de papeles y fotocopias debidamente legalizadas, además de suficiente ánimo para ir a la notaría las veces necesarias para que un señor que no conocemos y al que debemos pagar para que firme y confirme que uno es uno y que lo que decimos es verdad.
En fin, ¿y el siglo XXI, el fin de la burocracia y todas esas promesas electorales? Nada, y aún peor, desde que descubrieron que además podían computarizar los trámites, nuestro país nunca más fue el mismo y hoy para hacer una simple pregunta por teléfono debemos marcar por lo menos cinco anexos antes de comunicarnos con una persona responsable para finalmente confirmar que la "mesa de ayuda" termina por mandarnos de patitas a una oficina para solucionar el problema; burocracia computarizada. Después de todo, detrás del computador hay un chileno poseído por ese espíritu superior que no le permite sonreír y le priva de toda iniciativa personal.
Por supuesto, nadie duda de la necesidad de algunos trámites y se agradece la buena voluntad de algunos empleados, pero este exceso de certificados, la obviedad timbrada, además de consumir bosques en papel y cientos de horas hombre tiradas al papelero (con cargo al contribuyente) está amenazando en convertir a este campo de flores bordados en la fotocopia feliz del Edén, firmada ante notario, obvio.
"Los burócratas nunca mueren porque jamás han vivido", decía Jean Paul Sartre. ¿Tendrá razón? Después de ver esta tragicomedia griega: paro ilegal de 40 días, mansedumbre popular, políticos mudos, ineficiencia gubernamental y premios-bono a los "trabajadores" por hacer bien la pega, los burócratas no sólo no mueren, tampoco nos dejan vivir en paz… ¿O sí, me permite? Protestoo, gracias.
Vivian Arend