La meditación puede reducir el dolor hasta casi la mitad, según estudio
ANÁLISIS. Aunque se trataría de un efecto placebo, esta práctica podría aliviar el malestar físico en un 27% y el emocional en un 44%.
La meditación se ha vuelto popular en los últimos años gracias, entre otras cosas, a la difusión de sus beneficios, que según varios estudios, irían desde ayudar a mejorar las notas de los niños hasta aliviar la migraña. Ahora una nueva investigación analiza cómo los cerebros de los meditadores responden mejor al dolor y lo pueden disminuir en hasta un 44%.
El trabajo, realizado por investigadores del Wake Forest Baptist Medical Center (EE.UU.) y publicado en Journal of Neuroscience, examinó la meditación durante 15 años y observó mejores condiciones de salud como resultado de esta práctica.
"Pero, ¿qué pasa si todo esto es sólo un placebo?", se preguntó Fadel Zeidan, profesor de neurobiología de esa institución. "¿Qué pasaría si las personas están resportando mejoras en la salud y reducción del dolor sólo por la reputación de la meditación como práctica que promueve la salud?", agregó, citado por la revista Time.
Para responder a esas dudas, el investigador diseñó una serie de ensayos entre los que incluyó un "grupo de placebo".
Con el fin de aplicar estas pruebas, Zeidan reclutó a 75 personas sanas que no sufrían dolor. Escaneó sus cerebros usando imagen por resonancia magnética (MRI) mientras experimentaban una especie de calor doloroso causado por una sonda térmica de 120 grados.
Luego los científicos clasificaron a los participantes en cuatro grupos y se les proporcionaron cuatro días de entrenamiento.
Todos pensaban que estaban recibiendo una intervención real, pero la mayoría de ellos estaba siendo sometido a un tratamiento simulado.
En primer lugar, un grupo de voluntarios recibió una crema placebo. A los participantes se les dijo que este producto reduce el dolor con el tiempo, pero en realidad sólo era vaselina. Durante cuatro días se la frotaron en la parte posterior de la pierna y la probaron para aliviar el dolor causado por la sonda térmica.
Los investigadores comenzaron reducir el nivel de calor día a día, pero los participantes no lo sabían y pensaban que la crema estaba dando resultados.
A otro grupo se le enseñó una especie de falso método de meditación: tenían que respirar profundamente durante 20 minutos, pero no se le dieron instrucciones sobre cómo hacerlo de manera consciente.
El grupo de control se sometió a 20 minutos de un audiolibro muy aburrido: La Historia Natural y Antigüedades de Selborne.
Para la intervención real, la gente se sentó durante 20 minutos con una postura recta, cerraron los ojos y escucharon las instrucciones específicas sobre dónde centrar la atención y la forma de dejar que los pensamientos y las emociones pasaran sin ser juzgarlas.
Zeidan explicó que se les enseñó a centrarse en las sensaciones cambiantes de la respiración y a ser conscientes de ésta.
Los resultados
Después de cuatro días, todos volvieron a someterse a la máquina de resonancia magnética y soportaron el mismo dolor de 120 grados. Se les pidió usar su entrenamiento para respirar profundamente o aplicar la crema, según fuese el caso. Utilizaron una palanca para indicar la intensidad física y emocional del dolor.
Encontraron que las personas de todos los grupos pudieron reducir el dolor, a diferencia del grupo de control. La crema de placebo disminuyó la sensación de dolor en un 11% en promedio y el malestar emocional en un 13%.
En el caso del grupo que se sometió a un tipo de meditación "falsa", la reducción fue de un 9% y 24%, respectivamente.
Pero la meditación consciente los superó a todos. En estos voluntarios, la intensidad del dolor se redujo en un 27% y el dolor emocional en un 44%.
Los resultados impresionaron al científico, debido en parte a que estudios anteriores han indicado que la morfina opioide reduce el dolor físico en un 22% y la meditación superó aquello.