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Los tan esquivos rayos de sol asoman cada día con menos timidez en la zona, irradiando luz por los lugares de esparcimiento y recreación en la ciudad, por lo cual niños, jóvenes y adultos disfrutaron por igual ayer con los agradables 23 grados de temperatura, destellando alegría y relajo. Algunos transeúntes, como familias con sus hijos, quisieron plasmar el instante a través de una fotografía, otros especialmente niños y jóvenes, dedicaron un espacio de su tiempo para detenerse en sus lugares predilectos y así realizar deporte, compartir con los amigos de una buena charla, tomar un refresco o tocar música, porque la inspiración del día estaba a flor de piel. El calor siempre toca la fibra de los osorninos, cansados ya a estas alturas de aquel melancólico y gris invierno, cargado de lluvias y bajas temperaturas.