Obispo llama a la unidad y asegura que ha sentido "con dolor el rechazo"
RELIGIÓN. Monseñor Juan Barros Madrid redactó una carta que fue difundida en las misas de algunas parroquias. En el mensaje condena los abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.
"He trabajado más en silencio, dedicando mucho tiempo a orar, pidiendo las luces del Espíritu Santo para seguir siempre los caminos que Dios quiere. He sentido la cercanía sencilla de muchos de ustedes, su acogida y apoyo en la fe, y también he sentido con mucho dolor el rechazo". Esas son parte de las palabras con las que monseñor Juan Barros Madrid, describió cómo ha vivido sus siete meses a cargo de la diócesis osornina.
El obispo, quien asumió su rol el 21 de marzo pasado, redactó una carta que fue difundida en las diferentes misas realizadas durante el fin de semana en las parroquias de la provincia. En la misiva, llama a la unidad de la comunidad católica, relata el dolor que ha sentido ante el rechazo de su llegada, pide disculpas por no haber sabido expresar su posición ante quienes han sido víctimas-denunciantes de los delitos de abusos realizado por el ex sacerdote Fernando Karadima y condena los hechos cometidos por quien lideró la Parroquia del Sagrado Corazón de Santiago.
Diez puntos
El documento que fue escrito y enviado por monseñor Juan Barros, se gestó durante una reunión junto a 24 sacerdotes de la diócesis donde evaluaron la difícil situación que han experimentado desde la llegada del obispo, que ha sido indicado por las víctimas y denunciantes del caso Karadima como encubridor, situación que ha generado el descontento y reiteradas manifestaciones de la Agrupación de Laicos de Osorno y una sensación de desconfianza entre los fieles.
El sacerdote Mauricio Bello fue el encargado de realizar las misas de ayer en la Catedral San Mateo y quien leyó la carta del obispo, al igual lo hizo el párroco Bernardo Werth la tarde del sábado.
Pese a que el sacerdote asegura que no era una obligación hacer lectura de la carta, él junto al párroco Werth, decidieron hacerla pública durante el fin de semana. Así en vez de hacer lectura de la homilía procedieron a leer la misiva.
"Creo que es importante reiterar el mensaje de unidad que ha faltado el último tiempo en nuestra Iglesia y por eso me parecía necesario recordar y sincerar algunas cosas", dijo el sacerdote, quien estimó que hacía falta un análisis luego del tiempo y hechos transcurridos.
En el documento, que tiene 10 puntos y fecha del 22 de octubre, monseñor Barros resume su tiempo como líder de la Iglesia Católica en Osorno y explica que "he puesto mis esfuerzos en ir conociendo y amando en el servicio pastoral a la comunidad diocesana que la Iglesia me encargó guiar", aunque también esbozó una crítica: "En una sociedad donde tantas palabras van y vienen, vemos que también se crean realidades que no existen, pareciera que aquellos que más se manifiestan y mayor espacio ocupan en los medios de comunicación y las redes sociales tienen siempre la razón".
Eso porque desde su llegada la Agrupación de Laicos de Osorno ha realizado diversas manifestaciones para lograr la renuncia del sacerdote e incluso irrumpieron a la ceremonia de asunción del obispo.
"No se puede aceptar ni justificar que se lleguen a actos de violencia verbal y física, y menos en momentos tan sagrados como la celebración de la Santa Misa; que se interrumpa o utilice por parte de algunas personas incluso el momento de la Sagrada Comunión para increparme, faltando también el respeto a la comunidad que tiene derecho a celebrar su fe en paz y sobre todo a nuestro Señor Jesucristo presente en la eucaristía", añadió.
Víctimas
Monseñor Barros reitera su desconocimiento y rechazo ante los casos de abuso cometidos por el ex párroco de El Bosque y enfatiza que "muchos fuimos duramente impactados al conocerse esos acontecimientos de abuso que nos han escandalizado. Hoy yo mismo me siento en algún grado una víctima más, pues me he visto injustamente envuelto faltándose gravemente a la verdad".
Una aseveración que fue destacada por el padre Mauricio, quien describió el ambiente de confianza en que ocurren este tipo de hechos y donde incluso argumenta ni las mismas víctimas sabían de la existencia de otros jóvenes abusados.
"Es igual como cuando en una familia existen abusos de un padre a su hija o un tío a una sobrina, la familia no cree que eso pudo haber estado pasando frente a ellos sin que se dieran cuenta. Lamentablemente en las congregaciones puede pasar lo mismo, porque son relaciones que se basan en la confianza con los otros hermanos", reflexiona Bello.
No cambia nada
Mario Vargas representante de la Agrupación de Laicos de Osorno, recalca que la carta enviada por el obispo no significa ninguna novedad para ellos, ya que no creen en las palabras que él plantea.
"En reiteradas ocasiones hemos querido reunirnos con el obispo y sólo una vez lo logramos (junio) sin sacar nada en limpio porque él no reconoce sus faltas y no habla con la verdad. Para nosotros la única puerta de diálogo es que él esté dispuesto a sincerarse", dice Vargas, quien cree en el testimonio de Juan Carlos Cruz (víctima y denunciante de Karadima que por estos días está en juicio civil contra el arzobispado de Santiago) y asegura que el obispo siempre supo de las prácticas del ex párroco de El Bosque.
24 sacerdotes recibieron la carta enviada por el obispo y que fue leída en las misas de la Catedral San Mateo.
7 meses lleva a cargo de la diócesis de Osorno monseñor Juan Barros Madrid. Asumió el 21 de marzo.