Locatarios rechazan diseño de feria PAC tras problemas en el mercado
REMODELACIÓN. La directiva de los 120 comerciantes de la feria ubicada en el área oriente considera que el proyecto del municipio no se ajusta a la identidad del recinto comercial campesino, que ha funcionado por más de 50 años en el sector. Rechazan, por sobre todo, el segundo piso de la estructura y temen por el alza de arriendos y tamaño de los locales.
Los pasillos de la tradicional feria Pedro Aguirre Cerda (PAC), ubicada en el cruce Lynch, están llenos de puestos donde se venden verduras, frutas, ropa, legumbres, semillas, quesos, entre otros productos típicos de la zona, además de cocinerías.
Los comerciantes invitan a los visitantes a degustar sus productos entre gritos y sonrisas y en el aire se respira la mezcla de olores propios de una feria que durante más de 50 años ha funcionado en el sector oriente.
Sin embargo, el municipio trabaja en un proyecto de remodelación que tendrá un costo de inversión de más de tres mil 700 millones de pesos provenientes del Gobierno Regional (Gore).
Esta situación preocupa a los más de 120 locatarios de la feria PAC, quienes rechazan el diseño del nuevo recinto por considerar que la estructura no resguardará la identidad de la tradicional feria.
Además, explicaron que existe temor y preocupación por los nuevos valores asociados al arriendo de los puestos y la cantidad de metros cuadrados que serán asignados a cada comerciante para desarrollar su actividad económica, que en la mayoría de los casos es el principal ingreso de sus familias.
Lo que ha ocurrido en el Mercado Municipal (ubicado en calle Errázuriz), donde han existido fuertes críticas a la estructura sumadas a un grupo importante de comerciantes que señala que los valores de arriendo son muy elevados, tiene preocupados a los feriantes de la PAC, ya que temen que la mala experiencia se repita en el recinto donde trabajan.
Elizabeth Sanhueza, presidenta de los locatarios de la feria PAC, explicó que la remodelación del recinto es muy necesaria, especialmente el mejoramiento del sistema de alcantarillado, el techo y los módulos; no obstante, quieren una estructura similar a la que tienen ahora. Agregó que son pocos los detalles que manejan del proyecto municipal y que si bien han visto planos, no hay precisión de costos o cantidad de metros cuadrados de cada local.
"No queremos que nos construyan un edificio gigantesco para que la gente lo visite un día. Queremos conservar el espíritu de nuestra feria y mantener el tamaño de los locales. No hay nada aprobado por nosotros aún y cuestionamos el segundo piso, ya que consideramos que no lo visitará nadie", explicó.
Agregó que el proyecto que les presentaron hace más de dos años consideraba trasladar las cocinerías y los dos restaurantes que actualmente funcionan en el recinto al segundo piso. A ellos se sumarían nuevos locales de comida y generar una especie de patio de comidas en el segundo nivel.
En la actualidad los locales de comida, los puestos de expendio de cerveza y los restaurantes mantienen un espacio propio en cada local. La decoración de los locales responde al gusto de cada dueño, quien a través del mobiliario, pósters, manteles e incluso la música marcan un sello propio en el recinto con cinco décadas de historia.
Jorge Muñoz, vicepresidente de los locatarios y por más de 33 años propietario de un local de venta de verduras, explicó que el proyecto de remodelación tiene al menos una década de historia, donde la opinión y aprobación pasa en un 100 por ciento por los comerciantes del recinto.
"Nos preocupa, y se los hemos explicado a las autoridades municipales, el tamaño que tendrá cada local porque si van a construir un segundo piso, cómo nos van a dar locales más pequeños. Y el costo tiene que estar claro antes de construir", indicó el dirigente.
Otro punto que también es analizado por los dirigentes tiene relación con la identidad del lugar, que se vincula a la labor de los floristas, chacareros que provienen de las zonas rurales de la provincia, los vendedores de granos que aún ofrecen sus productos en sacos, zapateros y variados oficios que muchas veces sólo se encuentran en recintos como la feria PAC.
Precisaron el temor es que muchos de ellos dejen de operar en el nuevo edificio, tal como ocurrió, por ejemplo, con las pescaderías del Mercado Municipal o los locales del segundo piso de la Feria Libre de Rahue (en calle Temuco).
La vida del feriante
Dionila Ávila tiene 72 años y toda una vida ha trabajado en la feria PAC. Gracias a las ganancias de sus ventas, logra ser el único sustento de su hogar, el cual comparte con su nieto Marco Antonio, de 18 años, quien tiene capacidades diferentes, su nieta Ana, de 23 años, y su bisnieto Ronald, de ocho años.
La adulta mayor está totalmente de acuerdo que se realice un proyecto para mejorar las condiciones sanitarias del lugar, el sistema de alcantarillado y aguas lluvias, pero no comparte la idea de construir un edificio gigantesco.
Su principal preocupación es que los costos sean muy superiores a los actuales, lo que provocaría que muchos locatarios, incluida ella, debieran dejar el lugar.
"Ya pasó algo así con el Mercado Municipal y aunque digan que es el costo del progreso, yo necesito llevar alimento a mi hogar y me da temor ese punto, porque acá las ventas no son muy buenas y un edificio nuevo tan grande no garantiza un mayor flujo de público", explicó la mujer mientras vendía hierbas y diversos artículos.
Margarita Huenchalaf ha vendido verduras, legumbres y granos por más de 20 años en la PAC. Ella es jefa de hogar y el sustento de las ocho personas que viven con ella, entre hijos, nuera y nietos.
La mujer también apoya la idea de remodelar el edificio, pero siempre que esté asociado a un diseño similar al que tienen actualmente, donde los protagonistas son los productos y no la majestuosidad de una vetusta estructura.
"Hemos visto casos similares con la Feria Libre de Rahue, donde ese famoso segundo piso fue una mala idea; y en el mercado también hay problemas asociados a un edificio sin identidad. No queremos oponernos a la remodelación, pero la identidad que tenemos es un sello propio que nos da miedo perder", enfatizó la mujer.
El proyecto está en etapa de ingeniería y es desarrollado por el municipio para ser presentado al Gobierno Regional durante el segundo semestre y obtener así el financiamiento para iniciar las obras.
Este medio intentó contactarse con César O'Ryan, director de la Secretaría de Planificación (Secplan) de la municipalidad, para conocer sobre el actual estado del proyecto y cómo se realizará el proceso de socialización, pero pese a los reiterados intentos no fue posible ubicarlo.
Detalles de la nueva feria PAC
La futura nueva estructura albergará a 219 locales donde funcionarán cocinerías, fruterías, chacareros y bazares. El recinto abarcará una superficie de 2.021 metros cuadrados. La idea básica del nuevo edificio es aprovechar al máximo la luz natural y ventilación en dos niveles. En el primer piso se emplazarán 37 locales cerrados, 11 pescaderías, 22 módulos comerciales abiertos, 24 locales de fruterías, 77 módulos para chacareros y cinco bodegas, además de áreas destinas a administración y servicios higiénicos. En el segundo piso funcionarán 9 cocinerías, 39 locales cerrados, baños y una sala de reuniones. Y en el subterráneo se habilitarán cinco bodegas, 750 metros cuadrados para estacionamientos y 1.200 metros para área de circulación de carga y personas.
3.700 millones de pesos es el costo de inversión estimado para construir el nuevo edificio para la PAC. El proyecto es desarrollado por el municipio y los dineros serán solicitados al Fondo Nacional de Desarrollo Regional.
219 locales tendrá el nuevo recinto de la feria PAC, el cual albergará a los chacareros rurales, verduleros, cocinerías y bazares, entre otros negocios.
120 comerciantes son los que actualmente trabajan en la feria PAC, muchos de ellos por más de 20 años han desarrollando su actividad comercial en el tradicional recinto campestre.