Periodista deja el área de prensa en televisión para instalar distribuidora de cervezas artesanales
emprendedor. Rodrigo Alarcón sostiene que jamás se acostumbró a la vida en Santiago. Se dejó la barba y desde hace seis meses junto a un socio ofrecen diversas variedades en La Cerveteca, incluyendo productos de la zona.
lyevenesc@australosorno.cl
Rodrigo Alarcón Bohle lleva seis meses sin afeitarse. Para él la barba tiene un significado especial: la experimentación del cambio de vida de una ciudad como Santiago, a su Osorno natal, ello luego de estar siete años trabajando a un ritmo al que según dice, siempre le costó acostumbrarse.
Tras egresar del Colegio San Mateo, Rodrigo partió inmediatamente a estudiar Periodismo en Concepción. Con el título en su poder llegó a Santiago, donde se desempeñó durante varios años en medios como el diario La Hora, la agencia Orbe y luego en las áreas de prensa en Canal 13 y Televisión Nacional.
Pero todo eso quedó atrás, luego que a contar de enero se instalara con una empresa distribuidora de cervezas artesanales, entre ellas varias de la zona.
Para ello Rodrigo cuenta con el apoyo de su socio Raúl Cárdenas, con quien pretende de una vez por todas dejar atrás los vaivenes de la capital y ofrecer al público local una amplia gama de productos derivados de la fermentación.
Experiencia
Si bien Rodrigo admite que en un principio llegar a trabajar en televisión estimula a cualquier periodista, con el tiempo esta tarea se vuelve un trabajo pesado, sobre todo para alguien a quien le gusta de disfrutar de sus propios tiempos, como es en el sur.
"Para estar trabajando en un medio así, tiene que gustarte mucho la pega, sobre todo en Santiago, donde no existe tiempo para almorzar o ir a tu casa. En el fondo siempre pensaba en volver a Osorno, pero no sabía para qué, cuándo o en qué circunstancia". Eso, hasta que un día luego de tomar varios estudios -entre ellos un magister y un diplomado en marketing-, realizó un curso de cerveza artesanal con el que comenzó con su propia producción en su departamento.
En paralelo seguía con su trabajo en prensa en TV. "Lo que producía (unos 25 litros), lo comencé a vender entre mis colegas y no me fue nada mal", reconoce.
Ahí se dio cuenta que aquella era la oportunidad que estaba esperando, la de poder retornar a Osorno y montar un negocio relacionado con la cerveza.
Y aunque no siguió como productor, se reconvirtió en un empresario que capta la producción de cerveza de la zona y la vende en su negocio -La Cerveteca- ubicado en la intersección de las calles Barros Arana con Zenteno, junto a su socio y ex compañero de colegio, Raúl Cárdenas.
"Cuando llegué a Osorno, me di cuenta que había mucha gente que en ese momento se dedicaba a fabricar su marca de cerveza, pero no había un lugar donde te ayudaran a venderla, entonces me pregunté, ¿por qué no ser yo ese mismo canal", señala Rodrigo.
Trabas
El negocio partió en enero y donde junto a Raúl no han estado exentos de complicaciones a la hora de instalarse.
"Ahí me di cuenta lo complicado que es en Chile poder convertirte en un emprendedor. Te das cuenta la cantidad de trámites que debes hacer, cómo te hacen ir de un lado para otro y luego devolverte. Sin ir más lejos, para instalarnos debieron transcurrir tres meses donde sólo se gastó dinero y tiempo en trámites".
Aun así Rodrigo está feliz, pues admite que manejar un negocio propio absorbe mucho tiempo (muy parecido al que tenía que entregar en Santiago), pero que puede manejarlo mucho mejor que en la capital.
"Estoy feliz aquí. Estoy cerca de mi familia y con la idea de formar un hogar, era imposible que me mantuviera allá", recalca el periodista.
la zona
En cuanto a las marcas de cervezas, éstas provienen tanto de sectores aledaños a Osorno como del resto de la zona sur. Por lo mismo, es posible encontrar en las estanterías marcas como Neumann, Cartes, Vertientes, Broken, Plagemann y otras que provienen del extranjero, como las estadounidenses Full Boar o Ballast Point , pero todas con la característica de ser absolutamente artesanales.
Por eso Rodrigo está contento y al parecer lo único que ensombrece su futuro es la idea de tener que afeitarse la barba. Algo que no hace desde enero y que su polola ya se lo solicitó.