San Clemente, en la región del Maule, se transformará en la primera comuna del país que cuente con "alumbrado público inteligente" a través del sistema denominado "Telegestión", herramienta que ayudará a la eficiencia energética y que ha tenido algunos usos experimentales en la Ciudad Empresarial y La Reina.

El proyecto se relaciona con el recambio de luminarias del alumbrado público en el país que desarrolla el Ministerio de Energía y que está implementando la Agencia Chilena de Eficiencia Energética.

El sistema de "Telegestión" plantea la posibilidad de iluminar "lo justo", asegurando el nivel lumínico correcto, con un ahorro de hasta 75% y optimizando la infraestructura de alumbrado. En el caso de San Clemente, las autoridades municipales que operan el formato localizan posibles fallas y disminuyen los costos de mantenimiento.

El modelo permite que las luminarias LED se enciendan, apaguen o regulen su intensidad en la medida que hay circulación de personas o vehículos, lo que evita espacios públicos con iluminación a plena potencia, "administrando" la luz en función de las necesidades del lugar y la hora.

Para la comuna del Maule, el oferente ganador fue la empresa AHIMCO, que instalará tecnología de Telegestión de la firma Schréder. Los operadores cambiarán 2 mil 104 luminarias tradicionales por tecnología LED con un sistema telegestionado Luco NX, programado para operar todo el sistema comunal.

¿Qué significa?

El sistema se adapta para que sólo algunas de las luminarias se enciendan cuando se detecta un ciclista o peatón, o que toda la luminaria se encienda cuando un bus o auto usa un camino. Cuando no hay tráfico, los niveles de iluminación se reducen a 15%, pero cuando una cámara instalada detecta el movimiento de un peatón, ciclista o vehículo, los niveles de iluminación suben hasta el 100% para una visibilidad total.

Diego Lizana, director ejecutivo de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (ACHEE), dijo que el proyecto de San Clemente tiene relación con el trabajo que desarrolla el Comité de Ciudades Inteligentes de CORFO, y que la experiencia podría ampliarse a utilizaciones más valiosas, como información sobre congestión o contaminación.

"Estamos probando la Telegestión, que tiene un potencial tremendo. Pero tenemos que romper barreras culturales e ir trabajando con los municipios", afirmó.

proyecto nacional

Lizana destacó que la Agenda de Energía que lanzó el Gobierno en 2014 incluye como uno de sus ejes el reemplazo de 200.000 luminarias en 85 municipios en cuatro años, con una inversión de US$ 120 millones y con énfasis en aquellas que utilicen tecnologías menos eficientes, para modernizar el alumbrado público de las comunas que aún no han invertido en eficiencia energética.

Para esto, el Ministerio de Energía financiará durante el segundo semestre de este año el recambio de 49.151 luminarias en 13 ciudades, proyecto que será adjudicado entre fines de agosto y octubre y que ejecutará por la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (ACHEE).

Lizana explicó que el programa gubernamental "no sólo apunta a mejorar la eficiencia energética a nivel nacional, sino que las capacidades que dejemos en los municipios llegarán a la comunidad a través de la formación de capacidades".

La ACHEE adelantó que la primera etapa del recambio de alumbrado público se aplicará en 13 comunas dividas en tres grupos. Las primeras comunas beneficiadas serán Cabrero, Laja, Mulchén, Nacimiento, Santa Bárbara, Tomé y Constitución, con una inversión de $ 6.727.481.310. Luego vienen La Pintana, San Ramón y Ancud, con $ 6.063.932.300, finalizando con Alto Hospicio, Quintero y La Calera ($ 3.983.433.390 de inversión). Se espera llegar a 85 comunas en cuatro años

$ 17 mil

millones invertirá el Ministerio de Energía en la implementación del recambio de luminarias en la primera etapa este año.

85

comunas serán beneficiadas con este plan en cuatro años, según la Agencia Chilena de Eficiencia Energética.

Un estudio realizado por la Universidad de Plymouth (Inglaterra) asegura que los padres tienden a evaluar mal la felicidad de los hijos, ya que se concentran en sus propias expectativas.

La investigación, publicada en el Journal of Experimental Child Psychology, indica que los padres de niños entre 10 y 11 años de edad sobreestiman de manera constante la felicidad de sus hijos. En tanto, los padres de adolescentes entre 15 y 16 años subestiman estos sentimientos.

Los autores explican que este tipo de situaciones se produce por un "sesgo egocéntrico", a través del cual los padres confían demasiado en sus propios sentimientos a la hora de evaluar la felicidad de la unidad familiar en su conjunto.

El objetivo del estudio fue poner atención acerca de cómo los niños y adolescentes evalúan su felicidad. Asimismo, quiso determinar el origen de la mala relación entre padres e hijos, cuestión que puede derivar en una depresión.

La investigación, encabezada por las especialistas Belén López-Pérez y Ellie Wilson, consultó a 357 niños y adolescentes de dos escuelas diferentes de España, además de sus padres. El nivel de felicidad se evaluó mediante una serie de medidas y valoraciones a través de auto-informes.

Los resultados mostraron que los padres ven la felicidad de sus hijos en función de sus propias emociones. Esto se logró detectar a través de las diferencias notables entre los informes de niños y adultos.

También se detectó que los niveles de felicidad de los padres de niños es distinto al de los padres de adolescentes.

"No ser capaz de leer la felicidad de los niños de manera adecuada puede aumentar la incomprensión entre los padres y los niños o adolescentes, lo que ha demostrado tener consecuencias negativas para las relaciones entre padres e hijos. Además, los padres no pueden ser capaces de proporcionar el apoyo emocional adecuado o atender las necesidades de precisión de sus hijos", concluyó López-Pérez.

Problemas

El estudio afirma que los padres tienden a fijarse en sus propios sentimientos a la hora de evaluar el nivel de felicidad de los niños y adolescentes.

Consecuencias

Además de provocar malentendidos en las relaciones entre padres e hijos, una mala evaluación de la felicidad puede conducir a una depresión.