Irlanda votó por abrumadora mayoría en favor de legalizar el matrimonio homosexual en el primer referéndum nacional que se celebra en el mundo sobre ese tema.
Según informó ayer la comisión del plebiscito, un 62,07% del electorado irlandés dijo "sí" al referéndum celebrado el viernes, mientras que los sufragios en contra de la propuesta del Gobierno, de coalición entre conservadores y laboristas, para autorizar y dar categoría constitucional al matrimonio homosexual alcanzaron el 37,93%.
La comisión también informó que la asistencia a las urnas fue del 60,52%, la más alta desde el referéndum sobre la legalización del divorcio celebrado en 1995, después del cual se celebraron 20 plebiscitos más.
"Somos el primer país en el mundo que consagra la igualdad del matrimonio en nuestra Constitución, y en hacerlo por mandato popular. Eso nos convierte en un faro, una luz para el resto del mundo en libertad e igualdad. Es un día de gran orgullo para ser irlandés", dijo Leo Varadkar, ministro del Gobierno irlandés y que se identificó como homosexual al comienzo de la campaña del Gobierno para reformar la conservadora Constitución del país, de mayoría católica y con 4,6 millones de habitantes.
"Habrá una mayoría muy importante de votos por el sí. Para ser franco con ustedes, no me sorprende en absoluto", dijo el senador irlandés Ronan Mullen, uno de los pocos políticos que había pedido el rechazo a la propuesta.
Los centros de votación informaban de mayorías de "sí" incluso en zonas rurales, indicó el analista político Noel Whelan.
Varadkar, que asistió al recuento de votos en el centro de votación del Condado de Dublín, señaló que la capital irlandesa parecía haberse inclinado en un 70% a favor del matrimonio homosexual, y la mayoría de los distritos fuera de la capital informaban de grandes ventajas del "sí".
Los partidarios del "no" atribuyeron el éxito de sus rivales a una campaña creativa y emotiva que aprovechó el poder de los medios sociales para movilizar a los jóvenes, de los que decenas de miles votaban el viernes por primera vez.
Además, apuntaron, una victoria del "no" era improbable dado que todos los partidos políticos y la mayoría de los parlamentarios apoyaban la legalización de los enlaces homosexuales, apenas cinco años después de que el Parlamento aprobara uniones civiles similares al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Michael Martin, líder del partido Fianna Fail, tradicionalmente cercano a la Iglesia católica pero que al igual que los demás hizo campaña por la legalización, dijo que "parece una victoria rotunda para el bando del 'sí'". En su nativa Cork, los observadores registraban una victoria del "sí" con más del 60% de los votos.
John Lyons, uno de los cuatro parlamentarios abiertamente homosexuales en la Cámara de 166 diputados, dijo estar sorprendido por la cantidad de votantes mayores a los que había encontrado en campaña que iban a votar a favor. Pero atribuyó un mérito especial a la movilización de los jóvenes, muchos de los cuales volvieron a casa de estudios o trabajos en el extranjero para poder votar.
El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, afirmó que el "sí" del electorado irlandés al matrimonio homosexual es un ejemplo de la "revolución social" que atraviesa "desde hace tiempo" este país y reconoció que la Iglesia católica debe reaccionar a estos cambios.
El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, recién casado con su compañero belga Gauthier Destenay, felicitó a Irlanda por haber votado a favor del matrimonio gay.