Cuenta de gestión de parlamentarios
Una importante acción de transparencia constituyen las rendiciones de cuentas de parte de las autoridades elegidas y nombradas para ejercer el servicio público.
En la actualidad, no sólo la Presidenta de la República debe rendir cuentas a la nación cada 21 de Mayo en el Congreso Nacional. También los alcaldes ejercen esta obligación ante la comunidad anualmente. Tal como ha quedado de manifiesto, en cada cuenta pública estas autoridades deben rendir cuentas de los logros alcanzados y del cumplimiento de sus deberes como autoridades.
Sin embargo, no existe una obligación -en el caso de los alcaldes- de dar cuenta de los hechos que han afectado negativamente su gestión y por tanto muchas de estas actividades se prestan para una evaluación general de miembros del Concejo Municipal acerca de lo bueno y malo que ha tenido una determinada gestión alcaldicia.
Ayer la Cámara de Diputados votó favorablemente la idea de legislar sobre una iniciativa que instaura que cada diputado y senador deberá rendir ante sus electores una cuenta clara de las labores realizadas en desempeño de sus funciones, de acuerdo a lo determina el reglamento interno de la corporación.
De esta manera, es muy probable que a partir de 2016 deberán detallas ante sus electores cómo votaron los distintos proyectos sometidos a su legislación, especificar el porcentaje de asistencia a las distintas sesiones y comisiones, como asimismo debieran aclarar el modo cómo distribuyen las asignaciones y presupuesto para sus funciones.
La intención de esta moción parlamentaria apunta a mejorar la credibilidad y transparencia del trabajo legislativo de cara a la ciudadanía, motivada por la mala evaluación que hoy enfrenta esta institución y la clase política en general.
Lo importante, más allá de cierta parafernalia que a veces acompañan a estos eventos públicos, es que los legisladores aprovechen estas instancias para dar cuenta de la exhaustiva labor que implica muchas veces ejercer la función legislativa, de representación ciudadana, que en definitiva permite perfeccionar las normas jurídicas y legales, fomentar la democracia y acompañar y a la vez fiscalizar la función gubernativa del ejecutivo.