Últimos albergados en Octay dejaron ayer la comuna para establecerse en Puerto Varas
ayuda. La familia de Daniela Cerón dejó definitivamente el albergue en el que se encontraba desde el 22 de abril junto a otras personas, tras la erupción del Calbuco. Los afectados fueron beneficiados por el Gobierno con un subsidio de arriendo.
lyevenesc@australsorno.cl
Mientras Daniela Cerón arregla la ropa de Constanza, su hija de dos años, en la televisión de la sala de estar del internado del liceo Benjamín Muñoz Gamero de Puerto Octay, están pasando un programa de entretención en un reconocido canal nacional.
Daniela junto a su hija Constanza y su pareja Rodrigo Saavedra eran los últimos albergados que quedaban hasta el mediodía de ayer en la comuna de Puerto Octay, luego que el 22 de abril pasado el volcán Calbuco hiciera erupción, lo que obligó a centenares de personas a abandonar sus hogares debido a la emanación de ceniza y la posterior destrucción de los sectores cercanos al macizo.
Y aunque se encontraban a pocos minutos de partir a Puerto Varas, donde comenzarán a rehacer sus vidas luego de escapar de Reflejo del Lago (un pequeño villorrio de cuatro pasajes cercano a Ensenada), Daniela se da tiempo para expresar su agradecimiento por la acogida que recibieron ella y su familia en la comuna que los albergó poco más de tres semanas.
"Si hay algo que debo decir, es que en esta comuna nos atendieron muy bien, nos cuidaron excelente. Todo lo contrario a lo que sucedió con nuestra comuna de origen (Puerto Varas), donde casi no nos vinieron a visitar o a saber cómo nos encontrábamos", indicó Daniela mientras la pequeña Constanza trata de mordisquear una manzana roja.
Así como Daniela y su familia fueron los últimos en abandonar el lugar que los refugió durante las últimas semanas de abril y principios de mayo, la mayoría de los cerca de 35 albergados que hubo en la comuna dejaron el espacio que los acogió durante días, para trasladarse a la comuna de Puerto Varas, donde utilizaron el subsidio de arriendo que les otorgó el Gobierno para formar un nuevo hogar, hasta que puedan volver a considerar como seguro el lugar que dejaron tras la erupción.
Salida y estadía
Entre quienes decidieron emprender el viaje antes está María Lara y su esposo, matrimonio que el miércoles pasado dejó definitivamente el albergue que de cierta forma remplazó a su hogar ubicado en el sector rural de Ensenada.
"Finalmente nos llegaron los subsidios que entrega el Gobierno para que pudiésemos arrendar", señaló la ahora ex vocera de los albergados octayinos.
Según sus palabras, la mayor parte de quienes dejaron el albergue decidieron rehacer nuevamente sus vidas en la localidad de Puerto Varas, aunque también señaló saber de algunos que emigraron a otras ciudades de la provincia de Llanquihue.
Al respecto, la directora del Departamento de Educación Municipal (Daem) de la comuna lacustre, Viviana Portales, y encargada de los establecimientos que utilizaron como lugar de residencia de los albergados (escuela Alberto Hurtado primero e internado del liceo Benjamín Muñoz Gamero), señaló que durante el transcurso de la estadía trataron de atender lo mejor posible a los albergados.
"Tratamos de hacer todo lo que estuviera a nuestro alcance para que pudiesen pasar una estadía agradable luego de tan terrible experiencia. Hicimos lo mejor que pudimos y para nosotros como Daem fue una nueva y bonita experiencia y ahora esperamos que puedan concretar un nuevo hogar, aunque sea temporal", manifestó Viviana.
Subsidios
El Gobernador Gustavo Salvo señaló que el subsidio de $200 mil que se entregó a los albergados permite que estos puedan arrendar una vivienda donde estimen conveniente.
Eso sí, señaló la autoridad, el subsidio podría seguir prolongándose dependiendo de la situación del Calbuco.