Armando Piticar se encuentra sentado en su bote mientras un tímido sol de mayo se asoma sobre el río Rahue. En su hora de descanso, este antiguo ripiero de Puerto Aravena fuma un cigarro a orillas del cauce donde trabaja, mientras en la base del bote destacan sus pies descalzos y llenos de arena negra que le llegan hasta el tobillo, los cuales denotan un trabajo que duró toda la mañana.

En medio del río y a la altura de Puerto Aravena en Ovejería se vislumbran una serie de piedras que marcan el camino que deben tomar los ripieros para navegar sin temor a quedar varados por el bajo caudal que lleva el río.

"En ese lugar tuvimos que excavar con palas para hacer fondo", dice Armando Piticar.

Con 30 años de experiencia en el oficio, Armando confiesa que jamás había visto en su vida tan bajo el caudal del río, apreciación que es confirmada por una serie de registros fluviométricos y pluviométricos efectuados por la Dirección General de Aguas (DGA), que indican que este año el déficit hídrico es alto con respecto a años anteriores o a los promedios históricos que registra el cauce.

"Con lo bajo que está el agua, es poco lo que podemos transportar en estos días. Ni siquiera alcanza para cargar la mitad de lo que estamos acostumbrados", señala mientras termina de fumar, se levanta y comienza a palear el material que le va quedando.

Déficit de lluvia y caudal

En efecto, los informes de la entidad indican que la pluviometría de la sub cuenca del río Rahue presenta en el periodo enero-abril de 2015 un déficit promedio de 78,74% respecto de un año normal; y 73,50% menos en relación a lo ocurrido en 2014, todo esto en base a la información emitida por la estación pluviométrica Adolfo Matthei.

En tanto, en la estación Rupanco se registró en el mismo periodo un déficit de 75,51% de agua caída respecto de un año normal y 73,71 % en comparación al mismo periodo de 2014.

En lo referente al caudal mismo del río, el análisis en base a la estación fluviométrica de Forrahue indica que en 2011, entre los meses de enero y abril, el río Rahue presentó un caudal promedio de 106.9 metros cúbicos por segundo (m3s), en 2012 bajó a 92 m3s; el 2013 fue 95.9 m3s; el año 2014 fue de 93.5 m3s; y este año tuvo apenas un promedio de 61.2 m3s, el caudal más bajo de los últimos cinco años para dicho periodo de meses.

Por lo tanto, el caudal actual del emblemático río osornino cumula a la fecha un déficit de 45,7 m3s en relación al caudal registrado en 2011; y de 32,3 metros cúbicos por segundo menos en comparación al mismo periodo del año pasado.

Y si se compara el mes de abril de este año con el de 2014, el déficit fue de 59,9 metros cúbicos de agua por segundo, ya que este año el caudal llegó a 55,9 m3s versus los 115,8 m3s de abril del año pasado.

Sólo basta realizar un rápido recorrido por el río que cruza la ciudad para ver extensos bordes descubiertos de agua, además de verdaderas islas de piedras en medio del caudal y muy poca activividad de ripieros y pescadores.

Javier Vidal, director de la DGA de Los Lagos, confirmó, en base a estudios actuales e históricos, la baja que actualmente registra el caudal, fenómeno que puede ser apreciado a simple vista.

Es así que la DGA, en base a las dos estaciones pluviométricas que tiene en la comuna (las cuales miden la cantidad de agua caída), la Adolfo Matthei (ubicada a un costado de la ruta 5) y la de Rupanco (que se encuentra en el desagüe del lago del mismo nombre), emitió los informes correspondientes a la baja del caudal este año.

Lo mismo con los datos generados por la estación fluviométrica (que mide los caudales de agua) que la DGA mantiene en el río Rahue y que se ubica en el sector de Forrahue.

Consecuencias

"Así como está el río, es poco lo que se puede ganar en el día", dice Armando Piticar, quien señala que actualmente ganan en promedio poco menos de la mitad de lo que se hace en un día normal.

"Calculo que alcanzo a hacerme unos seis mil pesos diarios, cuando en un día normal debería lograr el doble e incluso un poco más", detalla.

Eso sí, Armando está consciente que la situación puede cambiar en cualquier momento con las lluvias de junio.

"El año pasado se inundó tanto que el agua subió hasta allá", dice apuntando con su dedo una zona de la orilla del cauce siete u ocho metros más arriba.

El panorama actual del río es diametralmente opuesto a lo ocurrido a inicios de junio de 2014, cuando el Rahue se desbordó debido a la intensa lluvia caída (en un día y medio de precipitaciones cayeron 85,3 milímetros de agua), anegando áreas como el Parque Bellavista, la cancha de fútbol Alberto Duhalde y domicilios particulares de los sectores que bordean el río. "Lo que vivimos fue igual a lo ocurrido hace unas décadas, cuando debíamos salir de nuestras casas en bote", dijo en aquella oportunidad el rahuino Abel Henríquez.