Entre la belleza y la eficiencia
Cuando en el oficio y la disciplina de la arquitectura nos gestamos a concebir viviendas y edificios se producen notorias diferencias de "escuelas" al momento de la toma de decisiones en el diseño de proyecto. La eterna tensión, desde el movimiento moderno a mediados del siglo XX hasta nuestros días, respecto de qué prevalece al momento de la concepción: "el contenido o la forma", y además: "la belleza o la eficiencia".
En nuestro país con su modelo económico neoliberal, ha comenzado a gestarse una obsesión por la "eficiencia", a tal punto que la belleza ha quedado largamente en un segundo plano, situación que es fácil de evidenciar al momento de observar nuestras ciudades con la aparición de viviendas o "cajas de habitar ", con ventanas y puertas dispuestas de forma aleatoria sin compromiso bioclimático, ni menos con el medio ambiente y el ecosistema respecto de su des-control energético.
Sin embargo, el tema no es dogmático respecto de un adjetivo o el otro, más bien se trata de reflexionar en que ambos conceptos, "belleza y eficiencia", se materialicen armónicamente en una obra de arquitectura como un todo en una unidad, sumando la variable medioambiental anteriormente expuesta la cual es consensuada como fundamental por la sociedad en virtud de las ciudades y la salud de sus habitantes.
Es por ello que en la formación profesional y académica, el rol de las Universidades Públicas en materia de sistemas Bioclimáticos y de Transferencia Tecnológica es fundamental como eje de innovación en la investigación: ellas debieran concentrarse contextualizando la rica herencia de la arquitectura y construcción étnica, fusionándola con técnicas y tecnologías de producción moderna y apropiada, con el objeto de desarrollar sistemas pasivos de captación de energías renovables provenientes de las bondades que ofrece el planeta, vale decir: energía solar (sol), eólica (vientos), geotermia (aguas subterráneas), aerotermia (aire), y undimotriz (oleaje de mareas).
Nuestro desafío ético y sistemático es concebir viviendas y edificios sustentables prácticamente sin gastos de energía, por el contrario, que produzcan energía para que esta sea transable al interior de los barrios y las ciudades se vuelvan más democráticas.
Hugo Fuentes Ubilla