La primera reunión que sostendrían ayer, a las 17 horas, representantes del Movimiento de Laicos de Osorno y el nuevo obispo de la ciudad, Juan Barros Madrid, finalmente no se realizó, debido a la presencia policial que había en la sede del Obispado, donde se llevaría a cabo.
El problema se originó cuando llegaron los dos sacerdotes que oficiarían como ministros de fe, entre ellos el directivo de la Fundación Cristo Joven, Peter Kliegel, quienes notaron que el edificio estaba custodiado por Carabineros con perros, además otros uniformados en los alrededores. Tras ello, Kliegel decidió retirarse y no participar del encuentro.
Ante esto, los cinco representantes del Movimiento de Laicos, encabezados por Mario Vargas, decidieron no ingresar al edificio por considerar que no estaban las garantías necesarias para el encuentro.
Al ver la situación fue el propio obispo Juan Barros quien salió a ver qué ocurría y los invitó a pasar en reiteradas ocasiones, pero los laicos se negaron.
Incluso, el obispo se comunicó con el sacerdote Peter Kliegel por teléfono para que volviera al lugar, pero eso no sucedió. Luego de eso intentó dialogar para lograr concretar la reunión que finalmente no se materializó.
Poco a poco comenzaron a llegar más miembros del Movimiento de Laicos, quienes increparon al obispo por la presencia de los uniformados.
Ante ello Barros intentó explicar que no tenía ninguna responsabilidad y que él no había solicitado la fuerza policial en el lugar. Finalmente, monseñor ingresó al edificio mientras el grupo de unos 20 miembros del Movimiento de Laicos realizó un ronda y solicitó su renuncia a viva voz.
quiebre y mal entendido
El Movimiento de Laicos, encabezado por Mario Vargas, señaló que lamentaban la situación, que no tenían mala disposición, pero la presencia policial fue un factor negativo.
Mario Vargas explicó que esto provocó un quiebre definitivo a cualquier intento de dialogar con la primera autoridad de la Diócesis de Osorno.
"Lamentamos esta situación provocada por el propio obispo, quien cree que en Osorno es necesario tener reuniones custodiadas por Carabineros", explicó Vargas.
Por su parte Barros señaló que "por un lamentable malentendido este diálogo no se pudo realizar" y manifestó su "dolor y disposición a reunirse nuevamente".
La reunión sería el primer encuentro entre ambas partes desde que Barros fuera nominado y luego asumiera el cargo entre fuertes protestas en su contra, debido a que las víctimas del sacerdote Fernando Karadima (condenado por la justicia vaticana) lo acusan de haber presenciado y encubierto sus abusos.
El prefecto de Carabineros Leonardo Castillo señaló que no había ningún servicio policial solicitado en el Obispado. De hecho, indicó que el personal presente era una pareja de Carabineros con un perro policial.
Pero precisó que cuando se comenzó a reunir un grupo superior a 10 personas en el frontis del edificio, otro grupo de Carabineros que realiza rondas en el sector del centro fue a verificar qué ocurría.
"Se debe tener claro que si hay un grupo de personas y con el ánimo un poco exaltado es responsabilidad de Carabineros verificar lo que sucede. Ese fue el procedimiento, sin ningún otro particular", señaló el prefecto Castillo.